Familia lesboparentales

Familia lesboparentales
14 mayo, 2019 por Redacción La tinta

En Brasil, Jimena de Garay Hernández y Marcio Rodrigo Vale Caetano realizaron una investigación académica que permite visibilizar la realidad de la familias lesboparentales, es decir, aquellas donde la parentalidad es ejercida por una lesbiana o por una pareja lésbica. En un contexto latinoamericano de creciente conservadurismo, es fundamental que el periodismo feminista también recupere y visibilice otras realidades posibles de familias para discutir la naturalización de la familia patriarcal.

Por Redacción La tinta

Jimena de Garay Hernández y Marcio Rodrigo Vale Caetano realizaron esta investigación de la que participaron trece hijas con edades entre 5 y 50 años, y algunas de sus madres. Las mayoría de las hijas que crecen o crecieron en dicho contexto familiar era proveniente de clase social media-baja y media. Les investigadores consideran el contexto social en el que se desenvuelven estas hijas como una cotidianeidad marcada por una falocracia heterosexual que sólo tiene en consideración el modelo familiar fundado en la dependencia de un hombre y en la diferencia entre los sexos.

El devenir hija de una familia lesboparental constituye un tránsito a una serie de posibilidades que impacta en el discurso fundamentalista que sostiene la dicotomía antagónica y binaria que se atribuye el poder de considerar que el modelo de familia patriarcal es más importante que otros. Sin embargo, aquí estamos para decirles que otras posibilidades ya están siendo posibles y deseadas.

Maternidades lésbicas

“-¿Por qué crees que te han entrevistado tanto en la televisión?
-Porque mi familia es diferente
-¿Por qué es diferente?
-Porque tengo dos mamás.
-¿Eso es muy diferente?
-No, ellas me cuidan de la misma forma. Eso es lo que le digo a todo el mundo”.
Fragmento de entrevista de la investigación de Jimena de Garay Hernández y Marcio Rodrigo Vale Caetano.

Les investigadores utilizan el término “lesboparentalidad” para reivindicar las identidades políticas de las lesbianas que ejercen la parentalidad. Para elles, “puede de cierta forma vaciar el concepto de maternidad, que otros conceptos y posturas reafirman y esencializan (…) puede marcar la especificidad de la experiencia lésbica dentro del campo de la homoparentalidad, que incluye, por ejemplo, una tensión entre la esencialización de la maternidad en las mujeres y el cuestionamiento a la femineidad de las lesbianas”.

Las maternidades lésbicas representan una ruptura de la heteronormatividad en la constitución de familias. El discurso único naturaliza la maternidad de mujeres heterosexuales, hablar siempre sólo de esta experiencia podría significar un debilitamiento de la propuesta política del movimiento de lesbianas que busca ampliar el abanico de posibilidades de ser y devenir mujer(es) madres.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Investigaciones feministas

La investigación estuvo permeada por la epistemología feminista crítica, es decir, una mirada que propone desenraizar cualquier tipo de opresión de una colectividad por cuestiones como raza, género, orientación sexual y generación. El feminismo crítico deja de lado la visión del feminismo hegemónico, que partía principalmente de mujeres blancas, urbanas y heterosexuales, entendiendo que todas las mujeres vivían exactamente las mismas condiciones de desigualdad social.

Les investigadores se “implicaron” con la investigación, es decir, en términos metodológicos, significa que se establecen vínculos afectivos, históricos y profesionales con las personas, grupos, organizaciones y sistemas institucionales. Elles dicen: “En el proceso de investigación, tuvimos el mayor cuidado en establecer relaciones de confianza con las niñas y jóvenes, donde se sintieran libres de expresarse”. Para Rene Lourau, sociólogo, teórico del análisis institucional y del concepto de implicación, une investigadore implicade es aquel cuyo proyecto político incluye el transformarse a sí misme y a su lugar social, a partir de estrategias de colectivización de las experiencias y análisis. No consiste solamente en analizar a los otros y otras, sino también en analizarse a sí misma o mismo en todo momento.

La metodología feminista insiste en reflexionar por qué y desde dónde le investigadore se coloca en una posición, y cómo lo que sucedió en el campo también deconstruye aspectos de dicha posición. Una investigación feminista es necesaria como práctica política de transformación social, manteniendo nuestras prácticas y miradas fluidas, abiertas y responsivas a los movimientos del tejido social.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

En el proceso de investigación, les investigadores conocieron una diversidad de historias familiares. Recuperamos algunas de ellas:

“Dakota, de nueve años, negra, fue adoptada desde que nació por Julia, de 33 años, en aquel momento soltera, blanca, en una forma llamada «a la brasileña», es decir, a partir de un acuerdo con la gestante de Dakota desde que estaba embarazada, a través de la ayuda de un abogado. Actualmente, la compañera de Julia, Ingrid, está en proceso de adopción de Dakota, para oficializar una maternidad que ya es totalmente reconocida en la dinámica cotidiana familiar. Incluso, Julia dice, en tono de broma, que se sintió ofendida al ver que, en el celular de Dakota, su número estaba guardado como Madre 1 y el de Ingrid como Madre 2, pues ella «fue madre primero»”.

“Maira, de 12 años, negra, nació en un contexto heterosexual, con padre y madre. La madre sufría violencia por parte del marido, lo que llevó al fin del matrimonio. Tiempo después, comenzó una relación con una mujer, lo cual escondía de Maira y de los hijos de la compañera, que no tardaron en descubrir la relación. Ahora viven todas y todos juntos”.

“Lourdes, de ocho años, blanca, y su hermana Gisele, 14 años, blanca, son hijas de Gaby, hombre transexual, blanco, salvavidas, que tiene una relación con Ana, enfermera, blanca, que acababa de tener un bebé por inseminación artificial casera”.

“Paty, de 12 años, negra, y Erika, de cinco años, negra, también vienen
de contextos heterosexuales y sus madres ahora se relacionan con mujeres”.

“Camila, de 13 años, blanca, y João, su hermano de 18 años, blanco, son hijos de dos relaciones heterosexuales de su madre, Laura, de 36 años, blanca, periodista y activista. Laura se asumió como lesbiana cuando Camila y João eran niños y, a partir de ahí, convivieron con sus compañeras. Cuando Laura fue a vivir a Río de Janeiro, Camila se quedó en Brasilia viviendo con su abuela y Joao se fue a vivir con su padre.
Hace un año y medio, Camila se mudó a Río para vivir con su madre”.

“Claudia, de 16 años, blanca, es hija de Olga, de 31 años, blanca, estudiante de psicología y activista voluntaria del movimiento LGBT, y de su padre, que no es muy presente en su vida. Olga tiene otros dos hijos más pequeños, de seis y ocho años, frutos de otra relación heterosexual”.

“Carla, 27 años, blanca, psicóloga, fue adoptada por «madre blanca» y «madre negra» de pequeña, las cuales vivían en pareja en el momento de adoptarla. Continúa en contacto con su madre biológica. Actualmente, vive con su compañero”.

“Carolina, de 50 años, blanca, socióloga, viene de un contexto heterosexual, pero, tiempo después de la separación, su madre se reconoció como lesbiana y comenzó a relacionarse con una amiga del movimiento comunista”.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Pluriparentalidad

Si pensáramos que las tareas del cuidado no están diferenciadas entre cuidados maternales y cuidados paternales, sino que tienen el mismo significado, estaríamos en condiciones de pensar en la parentalidad colectiva. Bell hooks, escritora y activista feminista, sugiere que las tareas del cuidado no estén vinculadas a roles a ser cumplidos, sino a momentos, circunstancias, movimientos, donde les niñes y jóvenes puedan experimentar relaciones de cuidado con varias personas y sean les integrantes de la familia críticos del propio proceso.

Para les investigadores, la discusión sobre lesboparentalidad puede vincularse íntimamente con la pluriparentalidad, pues, en muchas experiencias lesboparentales, los padres y madres biológicos se suman a la composición afectiva y social. La disociación entre conyugalidad y parentalidad se da en familias donde las hijas son de una unión heterosexual anterior y la madre vive ahora con otra mujer (como Maira), otros donde las niñas son adoptadas por una lesbiana soltera o en pareja, y mantienen contacto con su padre y/o madre biológica (como Dakota y Carla), entre muchos otros casos posibles, que problematizan el lugar de cada adulto en la concepción, en la colocación en el mundo, en la educación, en la ley y en las prácticas, como señalan les investigadores.

La pluriparentalidad es revolucionaria en esta sociedad marcada por la oposición entre padres y madres, considerando a éstas últimas como las únicas cuidadoras. Este tipo de responsabilidad compartida puede suceder en comunidades pequeñas donde las personas conocen y confían en las otras. No puede suceder en contextos donde padres y madres consideran que les niñes son sus “propiedades” o su “pertenencias” como la propiedad privada de los bienes materiales.

Por último, Jimena de Garay Hernández y Marcio Rodrigo Vale Caetano reflexionan retomando de las redes de mujeres negras, el establecimiento de redes de cuidado y responsabilidad colectiva. Las relaciones parentales no deben surgir necesariamente a partir de un lazo biológico. La “familia escogida” aparece como importante en estas familias de lesbianas, en la cual pueden participar tanto amigas y amigos homosexuales como heterosexuales. Estas familias ofrecen sociabilidad, apoyo, reconocimiento, afecto y reciprocidad. A partir de esto, al pensar en el contexto de la pluriparentalidad, las figuras parentales no son restadas, sino sumadas, en una infinita expansión del devenir familia, con personas con diversas inversiones de performances de género, expresiones de la sexualidad, formas y momentos de ejercer la parentalidad.

Esta investigación nos permitió, por un lado, conocer una experiencia que produce rupturas en el tejido social patriarcal y, por el otro, considerar el lugar central de la teoría e investigación feminista para la transformación social. Para todes nosotres que estamos deseando habitar un mundo feminista que esquive la imposición del modelo de familia patriarcal, visibilizar estas experiencias es mostrar que el patriarcado tiene alternativas posibles.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Por Redacción La tinta.

Palabras claves: Día de la Visibilidad Lésbica, Maternidad, paternidad

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