Un México sin ustedes
Dos miembros del Concejo Indígena y Popular de Guerrero – Emiliano Zapata (CIPOG-EZ) fueron secuestrados y posteriormente asesinados el pasado 4 de mayo. Desde las comunidades indígenas guerrerenses hacen responsables a los grupos armados narcoparamilitares que buscan acabar con las formas de gobierno autónomas de las comunidades desde hace décadas.
Por Débora Cerutti para La tinta
“Nos los arrebataron”, expresan con dolor en el comunicado lanzado por el Concejo Indígena y Popular de Guerrero. Nos los arrebataron, y la frase “Nunca más un México sin nosotros” se vuelve grito y clamor de justicia. Porque el asesinato de dos concejales que integran el Concejo Indígena es el intento de matar al pueblo, los espacios de decisión colectiva y las formas de gobierno comunitario que florecen en la costa, en las montañas, en las selvas de Guerrero y en cada rincón de México.
José Lucio Bartolo Faustino era concejal y Modesto Verales Sebastián delegado del Concejo Indígena de Gobierno-Congreso Nacional Indígena, ambos electos por las asambleas de la región en la que vivían. Participaron de la recolección de firmas y acompañaron el recorrido estatal de Marichuy en el 2018.
En el caso de José Lucio, era Concejero activo de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias – Policía Comunitaria – Pueblos Fundadores. Modesto por su parte había ocupado diversos cargos en su comunidad y en 2018 fue comisario de su pueblo Buena Vista, donde ya había servido como Policía Comunitario y al momento de su asesinato, desempeñaba cargo de Comandante y era promotor regional del CIPOG-EZ.
La policía comunitaria en México, es una forma organizativa que llevan adelanta las comunidades indígenas-campesinas y que implica el ejercicio de los derechos como pueblos autónomos. Esto es reconocido por la misma Constitución mexicana en su artículo 2 y por la ley 701 de derechos y reconocimientos de los pueblos y comunidades indígenas de Guerrero.
La policía comunitaria nace como parte del pueblo organizado, en un contexto de hostigamiento, de represión, de violaciones de derechos humanos y con presiones de parte de las fuerzas militares y de la delincuencia organizada hacia las comunidades. El objetivo de estos últimos actores: el control del territorio.
El abismo no nos detiene¹
Para hacer frente a la ambición del narcotráfico, del Estado y de las empresas transnacionales, desde hace años las comunidades se vienen organizando en defensa de sus tierras. Es en este marco que se cometen los asesinatos de José Lucio y Modesto: “El CIPOG-EZ es la casa de los pueblos Na Savi, Me´pháá, Nahua, Ñamnkué y Afromexicanos del estado de Guerrero. Reconocemos nuestra historia reciente desde 1992 cuando comenzamos a luchar por nuestro derecho a la autonomía y libre determinación, constituimos el Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia que creció con el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y se articuló con el Congreso Nacional Indígena. Así llegamos hasta el 2001, luchando para que los Derechos y la Cultura indígena fueran reconocidos en la constitución, pero ningún partido, ningún político profesional quiso frenar la guerra de exterminio que aún continua”, manifestaron en el comunicado lanzado por el CIPOG-EZ.
Es que en la Costa Montaña de Guerrero, las comunidades llevan a la práctica nuevas formas de gobierno comunitario, constituyendo sus propias instituciones. Así fue que nació la Policía Comunitaria en 1995 y la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias en 1998, que luego se disolvió por la presión e incidencia de los malos gobiernos que también lograron fragmentar y dividir lo que llaman el Sistema Comunitario de Seguridad y Justicia (CRAC-PC).
El agua es más bella despeñándose²
“El CIPOG-EZ trabaja con la gente sencilla y humilde, pero honesta y digna. Tomando en cuenta su palabra y su pensamiento de cómo podemos seguir caminando como pueblos. Construimos una red organizativa que toma en cuenta la palabra de la gente para construir propuestas para resistir a la guerra de exterminio contra los pueblos originarios”.
Las formas que se ha dado el CIPOG-EZ para organizarse desde su nacimiento en el 2008, configuraron “una casa para los pueblos y comunidades originarias en el estado de Guerrero”. Desde sus orígenes, trabajan para fortalecer sus formas de vida comunitaria, las relaciones de respeto y apoyo mutuo, su cultura, su lengua y su pensamiento como pueblos. Al respecto manifiestan: “Nosotros estamos construyendo nuestro propio horizonte, con nuestras propias fuerzas, con la fuerza organizativa que levantan los pueblos cuando desde la palabra nace el acuerdo y crecen las propuestas y la organización”.
En el 2014 nace la Policía Comunitaria de los Pueblos Fundadores (CRAC-PC-PF) en la región de la montaña baja de Guerrero, en el municipio de Chilapa de Álvarez, donde habitan los pueblos nahua que son asediados por los grupos narcoparamilitares que llevan décadas actuando en la región: “En estos más de cuatro años hemos aprendido a organizarnos regionalmente, hemos logrado un poco más de seguridad en nuestras comunidades. El reto es enorme y hemos visto como las policías locales, estatales, el ejército y la marina permiten la impunidad de estas organizaciones criminales”, afirmaron en el comunicado.
El narcotráfico está muy presente en la región de la montaña de Guerrero. Indígenas y campesinos, son quienes pagan las consecuencias de este negocio multimillonario que asedia con violencia a los territorios: “Nos acosan las fuerzas de seguridad pública, los ejércitos, y los narcoparamilitares, nos reclutan, nos violentan, abusan de nuestras mujeres, nos amenazan, nos extorsionan, nos secuestran y nos asesinan”.
La CRAC-PC-PF y el CIPOG-EZ luchan contra la violencia del crimen organizado, con el fin de recuperar su territorio comunitario: “Para arrancar la violencia de raíz en nuestros territorios vemos que es necesario que florezcan el pensamiento colectivo, la autonomía y la organización comunitaria del territorio. Y esa organización y pensamiento comunitario se contrapone a este sistema capitalista de muerte, que en nuestros valles y montañas se viste de narcoparamilitarismo. En esta batalla entre la vida y la muerte nuestros hermanos Lucio Bartolo Faustino y Modesto Verales Sebastián asumieron y se ganaron su lugar en la historia”.
* Por Débora Cerutti para La tinta. Imágenes: Colectivo Manifiesto y Archivo CIPOG-EZ.
Los puntos ¹ y ² corresponden a una frase del anarquista mexicano Ricardo Flores Magón “El abismo no nos detiene, el agua es más bella despeñándose”.