Otra víctima a juicio y van… ¡Absolución de Yanina Farías ya!

Otra víctima a juicio y van… ¡Absolución de Yanina Farías ya!
11 abril, 2019 por Redacción La tinta

En la segunda jornada de un juicio que no tendría que existir, otra mujer joven y pobre está sentada en el banquillo de las acusadas. Para la fiscalía, Yanina Farías es penalmente responsable por el asesinato a golpes de su niña Xiomara, en manos de su ex, Alfredo Leguizamón. El juicio continuará el 17 de abril.

Por Laura Salomé Canteros para Marcha

Se realizó el lunes 8 de abril, con el acompañamiento de activistas feministas organizadas, la segunda audiencia del juicio oral contra Yanina Farías en los Tribunales de Mercedes, provincia de Buenos Aires. Declararon, ante el Tribunal Oral en lo Criminal 4, integrado por Fabián Brahim, Viviana Guerrieri y Miriam Rodríguez, vecinxs del barrio Cuartel Quinto de Moreno y el efectivo policial que acudió al llamado de emergencias. No hubo pruebas testimoniales en favor del violento, Alfredo Leguizamón, y el fiscal de la causa, Guillermo Altube, confirmó que iba a ampliar la imputación contra Leguizamón a “homicidio con alevosía” y a bajar la imputación contra Yanina Farías a la de “abandono de persona”.

La joven, detenida y encerrada sin condena desde el 6 de agosto de 2017, enfrenta la acusación de “homicidio agravado por el vínculo, por omisión”, ya que el poder judicial la acusa de ser mala madre y no haber defendido a su niña, Xiomara de dos años, de los golpes de Alfredo Leguizamón, su ex. El proceso penal comenzó el viernes 29 de marzo y se suma, desde las instituciones, a la larga lista de violencias contra Yanina, quien además de haber padecido las agresiones de Leguizamón, sufre el femicidio vinculado de su niña y el alejamiento de sus otros dos niños, de once y seis años, a quienes no ve desde que está detenida.


Yanina tiene un retraso madurativo y fue torturada en el encierro, lo que constituye violencia institucional de género según la Ley 26.485 y una grave violación a la Ley de Salud Mental en particular y a los Derechos Humanos en general. Según declaraciones que realizó en una entrevista con profesionales de la Comisión Provincial por la Memoria, afirmó que fue golpeada en una comisaría de Moreno -que no contaba con celdas para alojar a mujeres-. Yanina permaneció durante tres días en el piso, esposada a una biblioteca, sufriendo maltratos: “Cada vez que pasaba un policía, me pegaban una patada o me tiraban agua”, relató. De ahí, pasó a la Comisaría segunda de Malvinas Argentinas donde estuvo 3 meses y, luego, a la Unidad 51 de Magdalena, donde aún se encuentra y donde padeció golpizas de otras presas que llegaron incluso a quemarla con agua hirviendo.


Sin embargo y a pesar de la crueldad del machismo y de quienes integran las instituciones del Estado que perpetúan y consolidan esas violencias, Yanina no está sola. Además de las que siempre activan porque nos queremos libres, está acompañada por integrantes de organismos de Derechos Humanos como el CELS, REDI y la Comisión Provincial por la Memoria que presentó un amicus curiae en la causa exigiendo al Tribunal Oral en lo Criminal 4 de Mercedes “abordar este caso desde una perspectiva de género”, afirmando que “es imposible entender su trayectoria (la de Yanina) por fuera de las múltiples violencias que ha padecido a lo largo de su vida por ser mujer y pobre”.

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“El juicio no se tendría que haber hecho”

“Los testimonios de hoy fueron muy claros”, afirmó Alejandro Bois, abogado de Yanina Farías. “Fue una jornada muy positiva porque las y los testigos del barrio fueron coincidentes en que el que ejercía violencia sobre los chicos era Leguizamón, descartando cualquier tipo de participación de Yanina”, agregó. “Todos los testimonios fueron unívocos en cuanto a que ella era víctima de esa violencia”.


En relación al cambio de carátula que propuso a final de la jornada el fiscal de Moreno, Guillermo Altube, Bois opinó que “no está bien que se continúe sosteniendo como principal hipótesis que Xiomara murió por lo que no hizo Yanina respecto de Leguizamón” y agregó, “que Yanina esté juzgada es un tema medieval, el juicio no se tendría que haber hecho, que se sostenga esta imputación no deja de ser una visión machista y patriarcal, y con falta total de perspectiva de género”.


Para las mujeres jóvenes y pobres, la simple acusación ya es una condena que cargan el resto de sus vidas. Además, la criminalización de una víctima de violencias machistas y sobreviviente de violencia sexual de parte del poder judicial es un intento de disciplinamiento a todas. Sobre todo, a las que se atreven a vencer y no se callan más. Leguizamón hostigó y violentó síquica, física y sexualmente a Yanina; y como parte de este odio hacia ella es que se extienden las agresiones contra sus niños. Por eso, muchas de las activistas que la acompañan hablan de “femicidio vinculado”.

A la salida de la audiencia, Laura Mahiojas, de la Comisión por la Libertad de Yanina Farías, relató cómo fue la jornada dentro del TOC 4 de Mercedes. “El fiscal (Altube) planteó que iba a ampliar la imputación a Leguizamón a homicidio con alevosía y a bajar la imputación a Yanina a abandono de persona, lo que, si bien es muy injusto y demuestra la falta de perspectiva de género del fiscal, da cuenta que, en el juicio, estamos demostrando la inocencia de Yani”, afirmó.

“Las y los testigos, del barrio, pidieron testificar sin Leguizamon”, relató la activista, dando cuenta del carácter violento del acusado de asesinar a golpes a Xiomara. Por su parte, contó que el efectivo policial que acudió tras el llamado de emergencia el 6 de agosto de 2017 dijo ante el Tribunal que “el ataque lo había cometido el padre biológico de la niña (Leguizamón) y que la callaba (a Yanina), por lo que creemos que ella mantuvo silencio por miedo”, siendo ésta la única razón por la que la joven quedó detenida.

Mahiojas se refirió a la actuación del fiscal Guillermo Altube y lo calificó como “misógino que desprecia a las mujeres”, y dijo en relación a la próxima audiencia: “esperamos tener la reflexión de este fiscal y el Tribunal”. Cabe destacar que, desde el 10 de enero, está vigente la “Ley Micaela”, que obliga a las y los operadores de justicia -y del resto de los poderes- a estar formadxs y ejercer sus roles con perspectiva de género.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

“¿Cuántas Yaninas más hay en los penales?”

En las afueras de los Tribunales de Mercedes, mujeres, lesbianas y personas no binaries organizades por la exigencia de absolución y libertad para Yanina Farías se concentraron en una radio abierta y festival. Allí, pudieron organizar la bronca y el pensar cada día cuántas Yaninas habrá, cuántas son las mujeres jóvenes y pobres que permanecen encerradas injustamente por un sistema de odio y crueldad.

“La jornada fue de mucha furia y bronca”, afirmó Carina Leguizamón, activista de la Red de Mujeres y de la Comisión por la Libertad de Yanina Farías, “nos da impotencia tener que volver a la calles por una víctima del patriarcado” y agregó que “que una presa pobre tenga que pagar las consecuencias de un macho violento y una justicia patriarcal” indica que “no solamente el poder judicial, sino también el político no tienen herramientas genuinas para estos temas, que azotan en las barriadas”.

“¿Cuántas Yaninas más hay en los penales?”, increpó la feminista, “una vez, dijimos, en los Tribunales de San Isidro, cuando absolvían a Yanina González, que no tenemos nada que festejar y lo voy a seguir diciendo: por defendernos, por estar vivas estamos presas y por no defendernos terminamos muertas o nos terminan matando a nuestros hijos”.

Yanina será trasladada al penal de Mercedes, uno de los que cuenta con las peores condiciones de detención, y luego a Magdalena. El juicio oral continuará el próximo 17 de abril, día en que se estima se realizará la declaración en Cámara Gesell del hijo mayor de Yanina, quien estuvo presente en el momento de los hechos. Al igual que con Yanina González, las hermanas Jara, Celina Benítez y Reina Maraz, el feminismo que tiene memoria y lucha por todas liberará a Yanina Farias para que no haya más “presas políticas del patriarcado”. El festejo quedará en suspenso: estamos hartas de arrancar a nuestras hermanas de las garras del patriarcado.

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*Por Laura Salomé Canteros para Marcha.

Palabras claves: Justicia machista, Patriarcado, Violencia de género, Yanina Farías

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Un femicidio no es un espectáculo

Un femicidio no es un espectáculo
27 marzo, 2025 por Jazmín Iphar

Néstor Aguilar Soto era el único imputado en la causa por el femicidio de Catalina Gutiérrez y fue condenado a prisión perpetua. En el juicio, había declarado: “Soy un homicida, pero quiero defenderme y no soy un femicida”, y mostró detalles del momento y cómo cometió el asesinato. Esa escena, que ocurrió en la sala donde se desarrollaba el proceso legal, fue replicada por muchos medios locales como Telefé, Canal 12, La Voz, entre otros. ¿Por qué se piensa que es útil la información difundida? En 24 horas, ocurrieron dos femicidios en Córdoba, uno en Río Ceballos y otro en La Granja.

Por Verónika Ferrucci y Jazmín Iphar para La tinta

#ColegasNoSon

El pasado 19 de marzo, culminó el juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez, ocurrido el 17 de julio de 2024, donde el único imputado era Néstor Aguilar Soto, quien fue condenado a prisión perpetua por las autoridades de la Cámara en lo Correccional y Criminal de 11º Nominación de Córdoba, luego de un juicio con jurado popular. La cobertura mediática que vimos fue, al menos, irresponsable.

En la 6° audiencia del juicio, la abogada defensora de Soto, Ángela Burgos, sostuvo la estrategia judicial para que se cambie la carátula y el acusado no sea juzgado por un caso de violencia de género, ya que consideraba que eran “descabellados” esos términos, e insistió en que debía ser sentenciado por «homicidio simple». Ante los jurados populares, el acusado declaró: “Soy un homicida, pero quiero defenderme y no soy un femicida”. Y, durante la audiencia, mostró la mecánica que utilizó para matar a quien era su compañera de facultad, usando a su abogada de víctima en la simulación.

Desde la Organización Feministas en Derecho, que congrega a estudiantes y abogadas de la Facultad de Derecho de la UNC, repudiaron la actuación de la abogada Burgos por incumplimiento de deberes éticos. «Ilustrar gráficamente un femicidio no solo revictimiza a la víctima y a la familia, sino que implica una falta al Código de Ética de los abogados y abogadas en Córdoba. Tal como lo establece el art. 21 de la Ley provincial 5805 del Ejercicio de la Profesión de Abogado: ‘Los abogados son pasibles de algunas de las sanciones establecidas en esta Ley (…) por cualquiera de las siguientes faltas: Inc. 15) Excederse en las necesidades de la defensa formulando juicios o términos ofensivos a la dignidad del colega adversario o que importen violencia impropia o vejación inútil a la parte contraria, magistrados y funcionarios’”. 

Carlos Hairabedián, abogado querellante, había solicitado que se vuelva a incluir el agravante de alevosía en la causa, retornando a la carátula inicial. La fiscalía modificó la carátula del caso y sumó la agravante de criminis causa. Finalmente, la condena contempló como agravantes femicidio y criminis causa. 

¿Por qué se puso en juego la figura del término femicidio?

A tono con la época, la abogada trabajó durante todo el proceso legal para que no sea juzgado por femicidio e hizo su parte en los medios que amplificaron su voz, donde tuvo un protagonismo central. En muchos casos, sin repreguntas, aun cuando se expresaba con gritos y discusiones con quienes les hacían preguntas. Fueron pocos los casos de quienes cuestionaron el posicionamiento de la abogada, entre esos, las panelistas del programa «Mujeres Argentinas» de Canal 13, cuando Burgos dijo que “la víctima podría haber sido un hombre» y que «si sos mujer y matás, te van a juzgar como se les dé la gana”. Ante la contraargumentación, terminó abandonando la entrevista. 

En estos momentos, donde es necesario volver a aclarar no solo los marcos normativos vigentes para los casos de femicidios, también se debe insistir sobre los términos del concepto. Como aclararon las Feministas en Derecho, tomando una cita de Mariana Villarreal: “El femicidio es un término político. Es una denuncia a una sociedad patriarcal que sostiene el ejercicio de violencias como modo para controlar que las mujeres se comporten conforme a los mandatos de género, donde la razón detrás de su muerte es la de asegurar lo que se espera de ellas”.

El scroll por los portales web y redes sociales de noticias locales y nacionales estuvo lleno de las fotos donde Soto muestra la maniobra con que mató a Catalina, junto a titulares que hablan de “relato escalofriante” o “el minuto a minuto del crimen”. Canal 12, La Voz, Telefé: ¿por qué piensan que es útil difundir esa información? ¿En serio nos van a poner a debatir cosas que creíamos saldadas desde 2015?

Este año, se cumple una década del Ni Una Menos y, en enero de 2025, tuvimos 1 femicidio cada 26 horas, según relevó el Observatorio «Ahora que sí nos ven». Mientras tanto, los grandes medios cordobeses parecen ignorar los marcos legales nacionales e internacionales, protocolos de acción, guías de trabajo periodístico, capacitaciones en perspectiva de género y los años de debate e investigaciones que indican con claridad cómo realizar coberturas éticamente responsables y con perspectiva de género. 

Desde el Colectivo Ni Una Menos, detallaron: «Ilustrar gráficamente un femicidio, con un enfoque sensacionalista, más que una cobertura, se parece a una manual de información para posibles agresores. Además, cuando se detallan maniobras, métodos y circunstancias de un femicidio, se revictimiza a la víctima y a su familia. Este tipo de coberturas deshumaniza a la víctima, reduciéndola a un mero objeto de morbo, perpetuando la cultura de la violencia en la que los agresores pueden encontrar justificaciones en la narrativa que se les ofrece”. 

Relatar desde la perspectiva del femicida habilita la justificación del actuar: “Catalina me pegó una cachetada y me agarró del cuello, y ahí se me apagó la tele, arrancó el Néstor loco”. 


Ya lo ha dicho Rita Segato en los comienzos de sus investigaciones y desarrollos teóricos: «Los femicidios se repiten porque se muestran como un espectáculo. La curiosidad morbosa llama a la gente a curiosear. Cuando se informa, se informa para atraer espectadores, por lo tanto, se produce un espectáculo del crimen y, ahí, ese crimen se va a promover. Aunque al agresor se lo muestre como un monstruo, es un monstruo potente y, para muchos hombres, la posición de mostrar potencia es una meta. Entonces, el monstruo potente es éticamente criticado, es inmoral, pero, a pesar de eso, es mostrado como un protagonista de una historia y un protagonista potente de una historia. Y eso es convocante para algunos hombres, por eso, se repite».


La mediatización y espectacularización, el enfoque policial, el relato constante y detallado de cómo se mata a una mujer se transforma en un espectáculo. Lamentablemente, no es novedad la forma en que muchos medios locales abordan los contenidos de las violencias de género en un contexto donde los femicidios y las denuncias por violencias en los hogares aumentan, y la política del Gobierno nacional ha sido el desmantelamiento de las políticas de prevención y asistencia como parte de la batalla cultural contra feministas y diversidades, frente a un nuevo discurso negacionista y odiante propulsado por el presidente Javier Milei.


*Si fuiste víctima de violencia de género, en Córdoba, podés comunicarte con el Polo de la Mujer al 0800-888-9898 las 24 horas del día, todos los días del año. También podés enviar un mensaje de WhatsApp al 3518141400. O acercarte y hacer la denuncia en la Unidad Judicial de Violencia Familiar, ubicada en la calle Entre Ríos n.° 680.

*Por Verónika Ferrucci y Jazmín Iphar para La tinta / Imagen de portada: La tinta.

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Palabras claves: Catalina Gutiérrez, Femicidio, Néstor Aguilar Soto

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