Elección del rectorado en la UNC o la aplicación de la contrarreforma
El próximo 16 de mayo, se realizarán, por primera vez, elecciones directas a rector/a y vice en la Universidad Nacional de Córdoba, en la que participarán más de 200 mil votantes. Será, también, la puesta en práctica de la reforma política aprobada en 2016 de manera bochornosa por el oficialismo, en medio de una grave represión a la comunidad educativa y que promueve una concentración del poder en pocas manos.
Por Lucía Maina para La tinta
Es un jueves 15 de diciembre de 2016. Desde la madrugada, miles de estudiantes, docentes, egresadxs y no docentes se movilizan a tres puntos diferentes de la ciudad para impedir que el oficialismo, comandado por el rector Hugo Juri, apruebe una reforma política cuestionada por diversos sectores de la Universidad Nacional de Córdoba. Finalmente, es el complejo Feriar el lugar donde la Asamblea Universitaria se decide a sesionar. Es allí donde se despliega, entonces, la batalla: durante horas, cordones humanos rodean el predio para impedir la votación frente a decenas de policías con perros, armas y hasta un camión hidrante que intentan amedrentar a la multitud para permitir el ingreso de decanxs y autoridades oficialistas. Acompañados por hombres de civil –anteojos negros, tatuajes, músculos- que les abren paso a empujones, algunos de ellos logran avanzar.
—Se declara a esta asamblea legalmente constituida—, anuncia finalmente Mirta Spadiliero de Lutri, la decana de la Facultad de Odontología a quien le toca presidir el acto, en ausencia del rector y el vicerrector que no han conseguido llegar. Con estas palabras, la autoridad afirma que, en el recinto, se encuentran presentes 124 de los 247 asambleístas necesarios para dar quorum. Así, en una sesión que dura menos de siete minutos y con más de un millar de personas movilizadas en su contra, la mitad de la Asamblea Universitaria aprueba a mano alzada un proyecto -presentado menos de 24 horas antes- para modificar en los Estatutos Universitarios la forma de elección de autoridades, un cambio que tiene para el ámbito de la UNC la misma importancia que una reforma de la Constitución Nacional para un país.
Poco más de dos años después, este cambio está a punto de aplicarse en toda su expresión, cuando el próximo 16 de mayo se realicen las primeras elecciones directas de la conducción del rectorado.
Aunque esta normativa ya se aplicó en dos ocasiones para la votación de decanxs, es, en esta instancia, donde la mayor crítica a la contrarreforma se verá plasmada, ya que los principales cuestionamientos refieren a la desigualdad que genera en la representación política de las quince facultades, al permitir que las cuatro unidades académicas más numerosas (todas ellas alineadas con la actual gestión de Juri) representen el 50% de los votos en la elección de rector.
Así, el mayor riesgo de este sistema de elección directa es que lo que aparece como una democratización se transforme en un instrumento usado por el radicalismo para renovar y legitimar su poder, mientras se confina a un plano decorativo a las facultades pequeñas. Y, entre ellas, se destacan, especialmente, aquellas disciplinas que aportan sus conocimientos a la crítica del mercado y el modelo capitalista actual: las humanidades, las ciencias sociales y las artes. Unidades académicas que, a su vez, concentran, justamente, la mayor cantidad de votos opositores.
Este es el trasfondo que habrá que considerar, trayendo al presente la memoria de aquel diciembre de 2016, el próximo 16 de mayo, cuando, por primera vez, los alrededor de 230 mil docentes, estudiantes, no docentes y egresadxs que conforman el padrón de la UNC asistan a las urnas para votar al espacio político que conducirá el Rectorado en el período 2019-2022.
El peso de los votos
En el próximo mes, la comunidad universitaria elegirá, a través del voto directo y obligatorio, no sólo al próximo rector/a y vice, sino también a consejerxs y consiliarixs. Los detalles de la elección fueron definidos por el Consejo Superior en la última sesión del año pasado, donde se aprobaron normativas que completan la reforma política iniciada a fines de 2016 y donde también se extendió el mandato de la gestión actual hasta el 31 de julio de este año.
Según el nuevo texto del Reglamento Electoral, los votos serán ponderados por claustros de la siguiente manera: 49% para profesores (donde, a su vez, los titulares tendrán mayor peso que adjuntos y auxiliares), 34,5% para estudiantes, 9% para graduadxs y 7,5% para no docentes.
Tal como se advertía durante la aprobación de la contrarreforma, en el caso de las facultades, no existirá un tratamiento igualitario, ya que habrá una ponderación simple, es decir, sólo basada en la cantidad de individuos que las integran. Esto, sumado a los porcentajes definidos para cada claustro, implica que aquellas facultades que posean mayor cantidad de cargos –especialmente, de docentes titulares- y mayor cantidad de estudiantes tendrán un peso superior en el resultado.
Así, la participación de las facultades en la elección puede llegar a variar desde un 2% (las disciplinas con menos estudiantes y cargos, como Sociales, Artes y Famaf) hasta un 18% (como sería el caso de Medicina, que, además, posee una gran cantidad de docentes titulares y no docentes).
Al no existir una ponderación que garantice una igualdad de participación desde las distintas disciplinas que incluyen las quince facultades de la UNC, las cuatro unidades académicas más masivas y que han conseguido también más cargos para su funcionamiento -casualmente, en manos del oficialismo- tendrán, en gran parte, la potestad de definir las próximas elecciones a rector.
Lxs candidatxs
La semana que viene, se cumple el plazo que poseen las listas para presentarse ante la Junta Electoral y poder participar de los comicios. En ese marco, hay espacios que todavía no han confirmado sus candidatxs a rector y vice. De cualquier manera, hasta ahora, serían tres las listas que se presentarían. En el caso del oficialismo, todo indica que Hugo Juri aspirará a una reelección.
Por otro lado, en el arco opositor, ayer se lanzó el espacio Vamos, vinculado con el kirchnerismo, con el decano de Ciencias Químicas Gustavo Chiabrando como candidato a rector y como vicerrectora Ana Falú, docente jubilada de Arquitectura y directora del Instituto de Investigación de la Vivienda y Hábitat de la misma facultad. A ello, se suma la candidatura de Patricia Altamirano, actual decana de Psicología, por el espacio Avanzar.
*Por Lucía Maina para La tinta