Senegal comparte cultura
La comunidad senegalesa de Catamarca celebró el Gran Magal de Touba, principal evento religioso del país africano que conmemora el retorno del líder del mouridismo, Cheick Amadou Bamba, del exilio forzoso al que le condenaron los colonos franceses. Esta celebración es motivo de la peregrinación de millones de devotos a la ciudad santa de Touba, en Senegal. Pero los mourides que migraron a distintas partes del mundo también se reúnen en la fecha señalada y lo celebran compartiendo comidas y bebidas a todos los que se acercan, como un modo de practicar y mostrar la solidaridad y hospitalidad de la cultura senegalesa y del mouridismo.
Por María Emilia Lobo Herrera para Parámo
Ndiaje Badara, aquí conocido como Rico -cuando nos presentan bromea «Rico, Aldo Rico»-, es uno de los más de tres mil senegaleses que desembarcaron en los últimos años en Argentina, y de los 10 que actualmente viven en San Fernando del Valle de Catamarca, y es quien nos recibe ese mediodía en la puerta de Club Hindú.
Rico nos invita a pasar al salón que está vestido con telas en distintos tonos de verdes, largos mesones esperando ser ocupados por los invitados y una fotografía grande en blanco y negro de Cheikh Ahmadou Bamba, líder y fundador del mouridismo.
Gaby, cuyo nombre en realidad es Tyan Bora, nos cuenta que Bamba fue «un revolucionario a quien los franceses lo veían como una amenaza y siempre quisieron eliminarlo. Por eso lo condenaron al exilio pero nunca lograron matarlo a pesar de que lo intentaron».
Desde un equipo de música se reproducen oraciones del Corán, que se repetirán una y otra vez como un mantra que nos acompañará todo el almuerzo. Mientras todos comemos, ellos siguen recibiendo invitados, acomodándolos en las mesas, yendo y viniendo con bandejas colmadas de comida.
Hace semanas la pequeña comunidad de senegaleses organiza el encuentro para compartir su cultura, sus rituales y disfrutar de sus comidas típicas con amigos, conocidos, vecinos y algún que otro curioso. Se repartieron tareas y responsabilidades para que no falte comida y garantizar la limpieza.
El inmenso asador ubicado en el fondo del club nunca queda vacío, la abundancia es una de las características de esta celebración.
Astou es la única mujer del grupo y fue la encargada de cocinar el «arroz africano», como lo denominaron los comensales. Una preparación con cordero, maíz, pasas de uva, vegetales condimentados con muchas especias y el infaltable arroz.
En un castellano un poco duro aún, darán gracias a Allah y a quienes se acercaron a compartir esta festividad y luego se sentarán en ronda a lavar ollas, platos y cubiertos, entre charlas, risas y selfies.
28 de octubre de 2018, 18 safar del calendario musulmán.
Por María Emilia Lobo Herrera / Fotografías: Ariadna Leguizamón y Javier García para Parámo
Foto de portada: María Emilia Lobo Herrera