A tres años del crimen de “Lama no Rio Doce”, solidaridad argentino-brasilera contra el extractivismo
Diversas y múltiples asambleas y colectivos, en resistencia al régimen extractivista, el saqueo de territorios y la contaminación del ambiente en Argentina, se suman al reclamo de justicia para lxs afectadxs por el rompimiento de las represas de la minera Samarco. El mayor desastre socio ambiental de Brasil cumplió, el 5 de noviembre, tres años sin que hubiese condena de los responsables.
Por Redacción La tinta
El 5 de noviembre de 2015, se derramaron 48,3 millones de metros cúbicos de lodo de desechos de la megaminería por la ruptura del dique de cola de la minera Samarco, controlada por las empresas Vale y BHP Billiton.
El alud recorrió cerca de 650 km hasta la desembocadura en el mar, en un trayecto que comprende 43 municipios y 17 aldeas de los pueblos indígenas Krenaks, Tupinikins y Guaraníes, dentro de los estados de Minas Gerais y Espíritu Santo. Destruyó casas, bienes, modos de vida, fuentes de ingresos y trabajo, sueños y proyectos de vida. La ruptura mató a 19 personas y provocó el abandono forzado de toda la localidad de Bento Rodrigues.
Desde entonces, inicia la re-victimización. Las familias afectadas, al calor de que intentan recomponer sus vidas, tuvieron que iniciar la lucha por el reconocimiento del crimen y el castigo de los responsables. La estrategia de los Estados y la empresa fue la burocratización de la asistencia y el trato discrecional a fin de cansar y dividir a las familias.
El diario Brasil de Fato señala que diversos estudios realizados después del crimen evidencian negligencia por parte de la empresa. Un dictamen realizado por la Policía Federal, presentado en 2016, señaló fallas graves de manutención de la represa y la omisión de la firma Samarco en reparar los problemas detectados ya en 2014. Todavía conforme al estudio, 28% del lodo vertido en Fundão en 2014 venía de la Vale y no había licencia ambiental para la operación. Otro informe realizado por el Ministerio Público Federal afirma que la Samarco promovió “alteraciones significativas en la represa de Fundão, de forma ilegal, sin ninguna licencia o control” y que “la empresa indujo a los órganos ambientales al error, presentando estudios, dictámenes e informes falsos, por omisiones gravísimas, en los procedimientos de licenciamiento y fiscalización”.
A tres años del crimen, son 2.800 desplazados, pero ninguna nueva casa fue construida. Las personas denuncian problemas en la piel y respiratorios en toda la cuenca, y, a comienzos de este año, un examen realizado por la Universidad de São Paulo (USP) comprobó que 15 afectados por el lodo están contaminados con metales pesados. Aún hay más de un millón de afectadxs sin reconocimiento, tres municipios sin suministro de agua, las cuencas están contaminadas, la pesca –fuente de trabajo-, prohibida.
Decenas de organizaciones socioambientales de Argentina redactaron un documento conjunto para abrazar la lucha de sus pares en Brasil, ante lxs mismxs enemigxs: «Nuestro abrazo y solidaridad, en una lucha que nos hermana contra el modelo de saqueo de nuestros bienes comunes y de hambre y enfermedad para nuestros pueblos. Porque, desde aquí, desde nuestros territorios al sur, también sufrimos la destrucción y contaminación de la megaminería en nuestras montañas, los agrotóxicos en nuestro aire, agua y alimentos, el electromagnetismo, el fracking, los gases tóxicos de las fábricas industriales, de la producción de agrocombustibles y etanol, las curtiembres y termoeléctricas, el avance del desarrollismo inmobiliario y la frontera agropecuaria sobre el monte nativo, lagos, mares y ríos, humedales, glaciares; sufrimos también la criminalización de quienes luchan y la persecución de los pueblos originarios«, expresa el comunicado firmado por decenas de organizaciones argentinas.
Particular es el caso de la Asamblea Jáchal no se Toca, que, en el mismo año, sufrió el derrame de millones de litros de agua con cianuro y metales pesados sobre el río Jáchal, provocando uno de los ecocidios más grandes de la historia del país. Desde la solidaridad y la representación en la lucha, señalaron: «Ambos hechos no sólo están impunes, también siguen contaminando, y lo hacen con la complicidad de gobiernos que, desoyendo el reclamo popular, siguen señalando áreas para el sacrificio. La primarización de la economía es tan brutal e impiadosa que podemos asegurar que Sudamérica enfrenta un nuevo saqueo histórico en proceso. Y acá estamos nosotros, resistiendo al señalamiento de nuestros territorios, resistiendo a la destrucción de nuestras vidas. En plena consciencia y sembrando conciencia en nuestros hermanos, asumiendo nuestra condición de emergentes ante el estrago que enfrentamos. Y así seguiremos, hermanados y cada vez más unidos en defensa de nuestra tierra, por nosotros y por los que vienen».
* Por Redacción La tinta