Cazar mapuches: comienza el juicio contra Ivana Huenelaf
Este lunes, inicia en Esquel el juicio público a Ivana Huenelaf, mujer mapuche que enfrenta una causa armada y llena de irregularidades, junto con otros cuatro comuneros. Fueron víctimas, el 10 de enero de 2017, de una brutal represión defendiendo el territorio del Pu Lof Cushamen. Les dispararon, torturaron, amenazaron, golpearon y desaparecieron por horas. Sin embargo, y como parte de la película absurda a la que nos quieren acostumbrar, les acusan de atentar contra la autoridad.
Por Redacción La tinta
“Es muy doloroso que el pueblo no vea
lo que está sucediendo con nosotros, sobre todo con las mujeres,
y que estamos dispuestas a dar la vida para que esto cambie
porque no se puede permitir más hermanos.
Seis hijos, cinco nietos, ¿cómo no voy a luchar para que cambie esto
y reafirmar nuestro pueblo nación?”.
Ivana Huenelaf – Marcha de mujeres originarias por el buen vivir
Ivana es activista mapuche-tehuelche, vive en Río Negro y apoya la causa de la comunidad del Pu Lof en Resistencia Mapuche Cushamen, en Chubut. No habita ese territorio, pero, el 10 de enero de 2017, acudió en ayuda por la represión, por solidaridad con sus hermanos y hermanas, y porque comprende que es la misma tierra que preservan desde los tiempos de sus antepasados.
Eran las seis de la mañana cuando efectivos de Gendarmería Nacional y la Policía de Chubut irrumpieron en el territorio con una feroz represión. Hubo detenciones, allanamientos, casas destrozadas, golpizas a niñxs y mujeres. Ivana, junto con otras personas, acudió en ayuda, llevando comida a quienes quedaban en el lugar. Al llegar al Lof, un hermano mapuche les dijo que también les habían secuestrado sus animales y salieron a buscarlos. Los encontraron en la estancia de Benetton, en un camión. Cuando se acercaron a pedir por estos, apareció una camioneta blanca con un sicario del terrateniente que abrió fuego contra ellos, comenzando una persecución a la que se sumó la Policía de la provincia. Una modalidad represiva implementada por los grandes empresarios, con métodos como secuestros, torturas y allanamientos ilegales, avalada y apoyada por el Gobierno provincial y nacional.
Finalmente, lxs detuvieron en un hospital abandonado en El Maitén, donde llegaron para pedir ayuda, ya que, en la confusión, no sabían si estaban heridxs. La camioneta estaba llena de agujeros de bala.
https://www.youtube.com/watch?v=i-egq-yYM9I
La crónica del arresto estremece, pero hay cuerpos que saben de estos tratos que la democracia no se llevó, que son constitutivos de la creación del estado, que es una continuidad y actualización del proceso de conquista. Lxs encapucharon hasta llegar a la comisaría, donde estarían desaparecidxs por varias horas. “Empezó la segunda conquista del desierto”, les decían mientras cargaban las itacas en sus cabezas.
Además de las torturas que sufrieron, hoy enfrentan el juicio de una causa armada y llena de irregularidades, caratulada como “atentado a la autoridad agravado por el uso de arma y por ser más de tres las personas involucradas en carácter de coautores”, a cargo del juez José Colabelli, famoso en Chubut por fallar siempre en contra de las comunidades mapuche.
El desarrollo occidental, capitalista, colonialista y patriarcal, que organiza todo en torno al crecimiento económico sin límites, le declaró la guerra a la vida misma. La persecución a Ivana Huenelaf se inscribe en la criminalización a las guardianas de la tierra y de la vida, a la resistencia que ejercen las mujeres ante el saqueo y despojo al que están sometidas las comunidades y la tierra, a la defensa de la soberanía de los cuerpos y los territorios. Es una embestida del sistema por desaparecer otros paradigmas que atentan contra su desarrollo.
El Pu Lof Cushamen es territorio ancestral y tiene todo lo que necesitan para poder desarrollarse como comunidad. En el Encuentro Feminista de Abya Yala, en marzo de este año, Ivana explicó: “Se está volviendo diferente estar en el territorio porque lo están militarizando, es terrible lo que nos hacen a las mujeres, la persecución que estamos teniendo, y, sobre todo, es terrible cómo no te dejan desarrollarte en el territorio. Pero ese es el problema para el Estado. Tenemos un territorio muy rico, tenemos agua, tenemos naturaleza, tenemos leña, tenemos tierra, tenemos piedra, tenemos todo lo que se necesita para desarrollarse en el territorio. El Estado está asustado porque nosotros no necesitamos consumir todo lo que nos ofrece”.
“Nos quieren fuera del territorio, por eso nos judicializan, por eso nos persiguen, por eso nos amenazan. Somos territorio, no somos terroristas”, concluyó.
* Por Redacción La tinta