Voces desde las asambleas y tomas de la UNC
El paisaje de Ciudad Universitaria no es el mismo de siempre: hay 6 facultades tomadas y se puede ver a lxs estudiantes reunidos en asamblea, en clases públicas, organizando intervenciones artísticas, talleres y debatiendo qué acciones tomar frente al vaciamiento de la Educación Pública. La tinta entrevistó a estudiantes de distintas unidades académicas que participan de las tomas para conocer cómo se organizan.
Por Florencia Ogas para La tinta
“Los dolores que nos quedan
son las libertades que nos faltan”
Fragmento Manifiesto Reforma del 18.
La toma de 55 Facultades y 5 rectorados a lo largo y a lo ancho del país, tiene un porqué y también un horizonte posible, cargado de juventud. La situación que atraviesa la Educación Pública es crítica. Entiéndase esto a partir de algunos hechos puntuales. El primero es el salario docente. Un salario devaluado a raíz de la inflación, que, según el Ministerio de Hacienda, rondaría el 42% a fin de año. Esto impacta de lleno en el poder adquisitivo de los y las docentes que aún hoy continúan de paro.
El segundo aspecto gira en torno al presupuesto universitario. De los 100 mil millones de pesos que le correspondían a las universidades, se recortaron 3 mil millones de pesos. Además, tras haber transcurrido más de la mitad del año, sólo el 56,6% del presupuesto fue ejecutado. Este panorama provoca serios problemas en algunas universidades para sostener su funcionamiento. Tal es el caso de la Universidad Arturo Jauretche, ubicada en el partido de Florencio Varela, Provincia de Buenos Aires. Su rector, Ernesto Villanueva, manifestó hace algunas semanas, durante un abrazo solidario a la institución, que tienen “fondos que sólo alcanzan para pagar sueldos hasta octubre».
El tercer elemento tiene que ver con los últimos anuncios del Gobierno que terminaron por agravar el descontento de la comunidad educativa en su conjunto. En el marco de una nueva corrida cambiaria que disparó el dólar a 40 pesos, el presidente Mauricio Macri informó, mediante un mensaje grabado, la eliminación del Ministerio de Ciencia y Técnica, que ahora pasará a rango de Secretaría y será absorbido por el Ministerio de Educación, que también se fusionará con Cultura. A propósito, el Grupo Ciencia y Técnica (CyTa) difundió un comunicado repudiando la decisión: “La indiscriminada apertura de la economía, la brutal transferencia de recursos a las empresas prestadoras de servicios que involucran tarifazos que destruyen a la pequeña y mediana empresa, la liberalización del mercado y fuga de capitales, el desmedido endeudamiento, el sometimiento a los planes de ajuste del FMI y el castigo a la educación pública en todos sus niveles son las claves para entender que, para este gobierno, el Estado y las universidades públicas son un estorbo y la ciencia y tecnología pueden ser prescindibles”, expresaron.
Ante estas medidas, el claustro estudiantil emprendió una lucha que incluye la toma de Facultades, frente al paquete de ajuste a la educación pública. Las tomas devinieron de procesos asamblearios, democráticos y abiertos. ¿Qué se dice de las tomas? ¿Por qué se las demoniza? ¿Qué imágenes construyen los medios de comunicación?
Lo que se dice de las tomas vs. Las voces de los estudiantes en toma
Históricamente, las tomas de las Universidades están cargadas de prejuicios, deslegitimaciones y rechazos. En su mayoría, vienen de los propios rectores, decanos, medios de comunicación y, en algunos casos, de los propios estudiantes y Centro de Estudiantes que responden a gestiones más reacias a esa estrategia. Hay un sentido común con una fuerte carga peyorativa que habla de estudiantes “demasiados politizados” o “vagos” sin ganas de “laburar”. Existe esa idea, está anclada en el imaginario colectivo y es reforzado por el aparato mediático más conservador. Esto lleva a que, en el peor de los casos, se produzca una rivalidad entre quienes defienden las mismas causas comunes. La defensa por la educación pública, gratuita, laica y de calidad es un caso. Desde las asambleas, y ante la desinformación que busca deslegitimarlos y ponerlos en contra de sus pares, respondieron con seguridad: “Esta es una lucha obrero-estudiantil y estamos en la misma vereda”.
Desde que se tomó el Pabellón Argentina, ubicado en el corazón de Ciudad Universitaria, los medios de comunicación empezaron a prestar atención al conflicto docente. Previo a la ocupación del centro político de la UNC, las tapas de los diarios no se hacían eco de lo que venía sucediendo. A esto, se le sumaron dos marchas durante el mes de agosto, que hicieron imposible la operación de invisibilización. Para romper el cerco mediático, desde las tomas, se pusieron en funcionamiento “centros de producción” que difunden clases públicas y actividades que organizan lxs estudiantes y profesores para visibilizar lo que pasa dentro y fuera de cada unidad académica. Una experiencia a remarcar es el caso de Radio Revés -tomada por estudiantes de la Facultad de Comunicación-, que lleva adelante una programación especial que arranca desde las primeras horas de la mañana y se extiende hasta la madrugada. Por allí, pasan profesores, estudiantes, músicos, etcétera. Además, se transmite el programa #TomaCorriente con información sobre las tomas a nivel nacional.
Es innegable. El estudiantado está siendo protagonista de su destino. Ante la desinformación que busca deslegitimar las acciones políticas de lxs estudiantes, decidieron salir a narrar de primera mano cómo transitan y habitan los procesos asamblearios y las tomas de sus facultades. Las experiencias son múltiples y diversas, como así también los reclamos de cada unidad académica.
La tinta se reunió con estudiantes de Historia, Filosofía, Trabajo Social, Psicología y Comunicación para charlar sobre qué piensan de las asambleas, las tomas y cómo ven al Movimiento Estudiantil de Córdoba en el año del Centenario de la Reforma Universitaria.
—Aisha, estudiante de Filosofía
“Estamos pensando con lxs compañeros la idea de las tomas como un acto de amor. Estamos aprendiendo todo el tiempo a construir el espacio y a cuidarnos, y, de repente, te ves abrazado o riéndote con gente que no conocías o de carreras que nunca habías visitado, o espacios de la facu a los que no habías ingresado, es súper lindo ver cómo se van tejiendo esas redes y se van formando comunidades. En dos días, ya parece como si hubiese vivido ahí cinco años. Yo me fui a la toma del Pabellón cuando fue y, cuando volví a Filo, sentí que extrañaba esa toma. Mi lugar está en filo».
—Sofía, estudiante de Trabajo Social
“Entendemos la toma como un espacio de diálogo y reflexión constante. La idea no es ir a tomar la Facu para estar tomando mate ahí adentro, sino que estamos tejiendo redes y estableciendo vínculos interclaustros. La relación con el claustro docente, no docente y con las autoridades de la facultad están siendo de mucho diálogo. Eso nos posibilita un proceso articulado».
—Florencia, estudiante de Trabajo Social
“Es la primera vez que las tres carreras nos encontramos cara a cara. Fue algo que celebramos desde el primer día. También entendemos que estamos en un estado asambleario constantemente entre comisiones. En este momento, está funcionando la de artística, la de comunicación, seguridad, logística y se están por abrir tres comisiones nuevas. Hay que entender la toma y reivindicarla como una medida de lucha que sirve, que permite la visibilización. Un claro ejemplo es la toma del Pabellón. Córdoba está siendo un centro en todo esto, está todo el país enfocado en Córdoba por lo que está pasando por la toma del Pabellón y apostamos a eso. Desde la Asamblea de la Facu de Sociales, reivindicamos la toma. Es necesaria, es una forma de visibilización, de encuentro de cara a cara, de compartirnos experiencias, tenemos compañeros que ya han estado en otras tomas y que la nutren, y compañeras -como en mi caso y de muchas- que son las primeras tomas en las que estamos. Si bien hemos participado en otros procesos asamblearios, no es lo mismo. Celebramos el encuentro entre organizaciones, te encontrás debatiendo, rosqueando y llegando a consensos entre organizaciones que no pensamos nunca que va pasar y entre autoconvocados también”.
En la Facultad de Sociales, funcionan actualmente dos cooperativas: la primera es “La Carpa”, que realiza labores de limpieza, y la segunda es el “Wallmarx”, la cantina autogestionada por lxs estudiantes. Frente a la demonización de las tomas como facultades vaciadas y en contra de estudiantes y trabajadores, la asamblea de sociales tiene una respuesta clara: “Pudimos consensuar con las compañeras de las cooperativas que trabajan dentro de la facultad. Ellas y ellos sostienen su vida diaria a partir de las horas de trabajo y si no trabajan, no cobran. Pudimos consensuar que las compañeras sigan trabajando en la facultad durante la toma. En este contexto de crisis y de ajuste, nos unimos los obreros, lxs estudiantes y vamos juntas para el mismo lado”.
—Luz, estudiante de Historia
“Es muy importante poder ver la trascendencia que está teniendo, no sólo dentro de los espacios en cada facultad y en cada escuela, sino también que estamos generando lazos con otras facultades dentro de toda la UNC que no teníamos en mente. Estamos conviviendo con compañeros de Facultades que, por ahí, son más reaccionarias o más tradicionales en sentidos políticos de decisiones y de acción. Celebramos cómo nos unen las causas comunes y, sobre todo, la fuerza que está teniendo la lucha estudiantil. A la vez, es triste que, a cien años de la Reforma Universitaria, estemos nuevamente generando las mismas luchas en ciertos aspectos, pero también es muy valorable que todavía las piedras debajo de la tierra que quedaron de esos estudiantes luchadores y militantes del 18 las podamos retomar, reivindicar y resignificar en todo este contexto de avasallamiento de nuestra educación pública”.
—Matías, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación
“Es importante recalcar los procesos asamblearios que se están dando y que son muy nutritivos para todos y todas las compañeras, ya sea que pertenezcamos a una organización o no, me parece que, como individuos o como sujetos, todos nos estamos nutriendo muchísimo de esta situación y estamos aprendiendo un montón. La facultad está tomada, pero está siendo utilizada para aprender. Estamos generando conocimiento acá adentro y al conocimiento nos lo estamos transmitiendo entre nosotres, de toma a toma o de facultad a facultad, y eso es algo que, por ahí, no se daba. Estamos generando nuestro propio conocimiento y hay pocas cosas tan revolucionarias como esas. Por eso, lo celebro eso y espero que se siga dando”.
—Magalí, estudiante de Historia
“Es importante la reivindicación y legitimación del método asambleario, donde todos nos reunimos, tanto en las facultades como en las escuelas. Esto de sentarnos, vernos las caras entre todos, tener la posibilidad de decir lo que pensamos, lo que creemos justo y cómo queremos seguir mirando para adelante, mocionarlo y que se vote democráticamente. Creo que las asambleas han tomado un protagonismo total de que ese es el método que tenemos que seguir utilizando para todo. De esta solidaridad, esta organización y este movimiento no se vuelve, creo que, de ahí, es nivelar para arriba. Para mí, es muy importante estar defendiendo la educación pública y lo reivindico como hija de obrero. Estoy defendiendo la educación pública tanto para mí como para mis compañeros. Estamos muy organizados y nos felicito a todos”.
—Valentina, estudiante de Psicología
“Ahora, nadie puede negar que les estudiantes, les docentes, todes les trabajadores estamos queriendo tomar las decisiones y que vamos a defender todas las conquistas que hemos tenido con lo que sea. No vamos a parar hasta dar vuelta todo lo que está pasando. Por eso, también, las reivindicaciones no solamente son el 30% de aumento al salario docente, sino que también tenemos reivindicaciones más específicas dentro de las mismas facultades. En nuestro caso, vamos por la derogación de la resolución 1254 que, en la Facultad de Psicología, nos recortó de 15 a 5 actividades reservadas, todas ya destinadas solamente a la psicología clínica. También lo que es el Sistema Nacional de Reconocimiento Académico, que viene a recortar nuestras carreras de grado para meterlas en posgrados. Entonces, esta lucha tiene que tomar medidas radicalizadas porque nos estamos enfrentando a organismos internacionales que quieren decidir y se quieren meter directamente con lo que es la universidad pública, entonces, las medidas no pueden ser simples, sino que, sí o sí, tienen que ser radicales”.
—Julián, estudiante de Ciencias de la Educación e integrante del medio Ósmosis
“No es lo mismo un par de días sin clase que una vida sin educación. Me parece que es súper válida las medidas de la toma, las medidas de radicalizar el movimiento. Cada vez que la rebelión estudiantil se pone de pie y se organiza, y que la juventud decide tomar una lucha, es un antes y un después para el movimiento y los procesos organizacionales de ese lugar. Venimos de tomas del 2005, 2010, 2013, 2016 y ahora en 2018, donde somos muchos compañeros y compañeras que nos encontramos y confluimos en todas estas tomas previamente, gente que viene a visitar y que participó en anteriores tomas. Por ejemplo, en la asamblea anterior habló Laura Vilches, que estuvo en las tomas del 2005 y hoy es legisladora. Entonces, es un gran proceso que nos venimos dando y es muy importante porque nos constituimos como un grupo humano, como un grupo generacional, que genera ciertas formas de profundizar ciertas luchas particulares para las problemáticas puntuales”.
En todo estos meses, lxs estudiantes encontraron en la Asamblea Interfacultades de la UNC una experiencia de organización estudiantil que contiene las demandas y las discusiones en relación a qué modelo de país y educación soñamos: “La Interfacultades nace del encuentro de las asambleas por escuelas de la Facultad de Filosofía y Humanidades que crean el espacio de interasambleas de la Facu de Filo. Frente al Congreso Regional de Educación Superior (CRES), que se dio hace unos meses atrás en Córdoba, es que llaman a todas las facultades a organizarse por asamblea y a informarse ante el paquete de reformas académicas que están implementando. Se crea como un espacio orgánico, de participación amplia y, efectivamente, comienza a nuclear y a movilizar a todas las asambleas que nacen de forma lógica en cada una de las facultades”, concluye Julián.
Más allá de los intentos de desacreditar al movimiento estudiantil, está claro que su fuerza se refleja en el poder de organización y en el ensayo de estrategias para fortalecer vínculos que profundicen su paso por la Universidad. En un contexto de ebullición social, política, económica y cultural está a la altura de las circunstancias. Una vez más, como en aquel histórico 1918. La rebeldía de la juventud es el futuro que ya llegó. Y la rebelión está a la vista.
* Por Florencia Ogas para La tinta. Imágenes: Colectivo Manifiesto
