Bielsa, la belleza y la deconstrucción del fútbol

Bielsa, la belleza y la deconstrucción del fútbol
31 agosto, 2018 por Redacción La tinta

¿Por qué Marcelo Bielsa provoca lo que provoca? ¿Será que nos conecta con valores que van a contramano de lo establecido? ¿Será que Bielsa es contracultural? Como fenómeno social, el fútbol refleja y refuerza los valores del sistema, del mercado, del patriarcado. Por eso, es lógico lo que nos proponen las chicas del taller La Música de los Domingos: decirle adiós al fútbol tal como lo conocemos y resignificar este deporte. Y esa propuesta, sin dudas, es bielsista.

Por Gonzalo Reyes para La tinta

«¿Por qué Marcelo Bielsa provoca lo que provoca?», se preguntó hace pocas semanas Ariel Scher desde su columna en La Diaria de Uruguay. Y agregó: «¿Será que Bielsa nos pone en contacto con unos valores futbolísticos y no sólo futbolísticos que quizás son intangibles, pero en alguna parte nos importan y van a contramano de lo que domina al fútbol y a parte de la vida en este tiempo?».

Distraído, repaso atento algunos videos de conferencias de El Loco. Cada uno busca orientar su rumbo como puede. El encuadre del aficionado anónimo que filma deja mucho que desear y, casi desde el vértice derecho inferior de la pantalla, el DT habla a su público: «Se nos presentan dos obligaciones al dirigir un equipo de fútbol. En realidad, nos presentan una: hay que ganar. Y la forma de ganar dejó de ser importante», dice a modo de introducción. Luego, ofrece una de las explicaciones más bellas y didácticas sobre su estilo de juego y sobre la vida: «Yo adoro al fútbol. Adoro al fútbol porque quiero a la gente que quiere al fútbol. Y la gente que quiere al fútbol, que a mí más me interesan, son los que encuentran en el fútbol una satisfacción que no consiguen de otra forma, es decir, los más pobres. Todos los demás tenemos un montón de alternativas para recrearnos. Pero los más pobres sólo tienen el fútbol. O lo que remplace al fútbol (en el mundo, es el fútbol). Entonces, a mí me cuesta aceptar que lo único que vamos a ofrecer son resultados. Porque si no le ofrecemos (a la gente) el fútbol como elemento estético, lo estamos empeorando como seres humanos. Porque la valorización de lo estético es una condición que tenemos los seres humanos vinculada con la sensibilidad, que no se puede ignorar. No se puede mercantilizar todo. Todo no puede ser según el mercado: el que gana es vivo y el que pierde es zonzo. La belleza también tiene algo que ver». (N. del E.: Ver video desde los 2:30 min)

Nadie aplaude en el video. Es entendible, ya que Marcelo acaba de hacer sólo un paréntesis en medio del desarrollo de su idea sobre «Reducción del espacio entre líneas». Tras esas palabras, el Loco se baja de las ramas y retoma su clase sobre táctica, siempre con una pantalla blanca, una cancha dibujada y movimientos de fondo. Nadie lo advierte, pero el DT no habló de fútbol. O no solamente de fútbol. Habló de la vida en clave fútbol. Habló de la importancia de rescatar el valor de las formas sobre el resultado, del camino por encima de la llegada. Bielsa, una vez más, nos habla sobre unos valores futbolísticos -y no sólo futbolísticos- que quizás son intangibles, pero que, en alguna parte, nos importan y van a contramano de estos tiempos. Quizá por eso a todos nos provoca.


Estrategia para derrotar al fútbol tal como lo conocemos

«Estamos dispuestxs a dar la lucha necesaria para resignificar este deporte que tanto amamos», escribió Stephanie Simonetta en Una despedida al fútbol como lo conocemos. Suena desafiante. Y advirtió: «es por tu propio bien: cuando finalmente derribemos el patriarcado, no queremos que vos también vueles por los aires». Leo sus palabras y no dudo: es una proclama bielsista.

Sí, lo es. Basta repasar las pocas apariciones de El Loco para certificarlo. Ahí donde sabe que su voz va a provocar y propagarse, es que ataca con sus ideas: contra los medios de comunicación, que sustituyen el rol de la educación, advirtiéndole a un joven jugador francés que su problema es «ser millonario, pero no poder comprar tiempo», repitiendo hasta el cansancio que «en cualquier tarea, se puede ganar o perder, y por eso lo importante es la nobleza de los recursos utilizados», o dando por terminada aquella recordada discusión con un periodista que le exigía éxitos tras el fracaso de 2002: «Cuanto más lejos estoy de lo que usted representa, mejor soy». Igual de desafiante suenan las palabras de Stephie. Y eso es lo que proponen las chicas del Taller de escritura y lectura sobre fútbol, «La Música de los domingos». Mirar al fútbol tal como lo conocemos y decirle que, cuanto más nos diferenciemos de él, seremos mejor. Un llamado a la deconstrucción del fútbol.

Para lograrlo, hay que ser contrahegemónico, contracultural. Bielsa, guste o no, expresando esos valores que quizá son intangibles, pero que nos importan, es tan contrahegemónico como la propuesta de Simonetta. Defender un estilo de juego apelando a la importancia de la belleza sobre el resultado, por la relevancia que tiene el aprender a valorar lo estético para el ser humano, vaya si lo es.

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A veces, Bielsa tartamudea, se detiene, revisa lo que dijo, lo que dice y lo que va a decir, y termina usando mil palabras para explicar su idea. Ha sabido admitir su falta de síntesis y, por eso, admira a Cruyff. Su pecado es, en todo caso, cuidar demasiado el uso y elección de las palabras y es por esto que no debemos confundirnos y desconocer que no es un detalle que Bielsa se refiera a «la gente que quiere al fútbol» para señalar a sus interlocutores válidos, a quienes pretende llegar con su mensaje, es decir, a aquellos que «encuentran en el fútbol una satisfacción que no consiguen de otra forma». Y si bien nos repiten que esos locos que escuchan al Loco son pocos, cada vez son más. Somos más.

Básicamente, todos amamos al fútbol, pero la pregunta debería ser cómo lo amamos y cómo nos relacionamos con él, partiendo de la idea de que, como fenómeno socio-cultural, nos atraviesa de lleno en todo. En cómo pensamos, cómo elegimos, cómo sentimos y cómo amamos. Entonces, con esa idea bajo la suela, imagino la estrategia bielsista: si el fútbol nos atraviesa a todos y el fútbol refleja y refuerza valores hegemónicos, oponiendo a dichos valores otros diferentes, contrahegemónicos, se puede cambiar el modo en que vemos el mundo. Si no cambia, al menos se problematiza, se pone en duda, nos obliga a pensarlo y a repensarlo. Al igual que sus ataques, la estrategia bielsista va directo y vertiginosamente a la cuestión, a buscar el gol. A cuestionar el fútbol desde lo cultural. Conseguirlo o no, es otra historia.

Así, El Loco hace contraste en este fútbol e incomoda, planteando sus diferencias con la cordura dominante. Desde su quijotesca lucha contra la lógica resultadista, emerge un frente de batalla necesario para repensar el fútbol, para decir «adiós, fútbol tal como lo conocemos» y “hola, fútbol como herramienta de cambio”. Algunas lo hacen desde un taller de escritura y lectura sobre fútbol; otras, pateando una pelota ante la mirada prejuiciosa de muchos hombres, otros lo hacen desde una conferencia, mientras explican cómo reducir espacios entre líneas.

Y cuando nos damos cuenta, observamos muchos frentes de batallas interpelando al fútbol tal como lo conocemos. Cada vez más futbolistas profesionales buscan desmarcarse de esa idea establecida que los señalan como seres superficiales, que no tienen nada para decir, que hablan con un cassette y que no les interesa la realidad social. «Existe una gran cantidad de futbolistas que entendieron la responsabilidad que tienen al ser referentes y ser observados», dice Miguela La Cruz en su nota “El jugador de fútbol, acariciando su deconstrucción”.

«Sebastián Dominguez se ató el pañuelo verde a favor de la legalización del aborto en Argentina. Agustín Lucas alzó la voz en Uruguay cuando empezó, junto a sus compañeros, con el movimiento Más Unidos que Nunca. Pablo Aimar, Juan Pablo Sorín y muchos más escribieron sus historias en un libro hermoso y valiente, titulado “Pelota de Papel”. El peruano Juan Cominges hizo un gol y mostró la remera con la inscripción ´Hasta la victoria siempre Fidel´. Ignacio Bogino y Leonardo Di Lorenzo, jugadores de Temperley, llevan adelante un programa de radio. Kurt Lutman, en Argentina, se alzó contra los poderosos y renunció a ser cómplice de una dirigencia nefasta; se fue diciendo: “Me retiro del fútbol, cansado de los discursos individualistas y del éxito para pocos”, dice La Cruz en el portal Marcha.

En esa lista, podemos sumar a Juan Cruz Komar, actual jugador de Talleres y estudiante de sociología, que divide sus tiempos entre entrenamientos y trabajos junto a organizaciones sociales en diferentes barrios de Córdoba. Con Rodrigo Gaitán, periodista y jugador referente del club Los Andes de José Ignacio Díaz, participan con frecuencia en los ciclos de cine, fútbol y política que organiza otro periodista, Mariano Saravia.

Ese es el plan de juego que propone El Loco sin decirlo. Desgastar al fútbol cuestionando sus valores predominantes. Romper el molde. Armar una escuelita de fútbol mixto para las pibas y pibes de Marechal y que se llame «La Canchita«, porque lo que defienden es esa porción de tierra que les pertenece por identidad barrial. Organizarse entre mujeres en Sierras Chicas para generar espacios de intercambio, reflexión y promoción del fútbol femenino, y que se llame «Abriendo la Cancha», para luego marchar con una pelota gigante contra la violencia de género y la legalización del aborto.

«Cuanto más lejos estoy de lo que usted representa, fútbol como lo conocemos, mejores personas seremos”, podría decir El Loco. Ese es el plan y muchos ya lo estamos jugando.

*Por Gonzalo Reyes para La tinta

Palabras claves: Marcelo Bielsa

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