Ni cuerpo que lo aguante, despidos en la era Macri: INTI

Ni cuerpo que lo aguante, despidos en la era Macri: INTI
21 junio, 2018 por Redacción La tinta

No hay Cambiemos que dure cien años. Pero desde que comenzó la gestión en 2015 pareciera que el gobierno CEO no se acaba más y que el “sinceramiento” viene de la mano de inflación, represión y despidos masivos. Entre el achicamiento del Estado y la persecución política e ideológica, crece el miedo y la resistencia. En esta segunda entrega, conversamos con Juan Nicastro, despedido de INTI Córdoba.

Por Débora Cerutti para La tinta

Con Juan nos conocimos hace diez años en un espacio de luchas socioambientales, la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC). De andar ligero, de sonrisa fácil, de largas conversaciones, su formación en comunicación (y la mía) hizo que nos encontráramos en frecuentes ocasiones vinculados a roles de prensa dentro de las organizaciones que habitamos. Recuerdo cuando me contó con entusiasmo de su nuevo trabajo: Juan todavía vivía en Bariloche y había comenzado a trabajar dentro del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Él tenía como desafío armar una estructura de comunicación en la Patagonia, allá por el año 2008. Oriundo de Villa Giardino, en el 2010 volvió a Córdoba con una tarea aún mayor dentro de la institución: encargarse del área de comunicación del INTI en la Región Central del país (Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba).

En los últimos años, los avatares dentro del Instituto empezaron a rondar nuestras conversaciones: trabas burocráticas en su trabajo, falta de presupuesto, vaciamiento del área de Comunicación. Hasta que llegó el despido. Meses después, Macri le explicaría a Juan, a mi, a Lanata y a los espectadores de la televisión argentina, el motivo de una crisis “gradual” que atravesamos y que ya contabiliza en dos años y medio de gobierno miles de despedidos de dependencias estatales. Su explicación es simple: “De golpe pasaron cosas, porque el mundo está volátil”.

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La táctica

Para despedir gente en el INTI, organismo autárquico dependiente del Ministerio de Producción de la Nación, el gobierno desplegó una modalidad particular. Los rumores se empezaron a tejer varios días previos. Por los pasillos de las dependencias flotaba en el aire un número impreciso y sin rostro referido a quiénes serían los que engrosarían los números de desocupación en el país. Entre 270 a 300 personas estaban a punto de quedarse sin trabajo. El rumor se efectivizó. Los despidos comenzaron el 26 de enero de 2018 y 258 personas quedaron desvinculadas del INTI. En Córdoba, fueron diez las y los despedidos. Seis de Capital, tres de Cruz del Eje y uno de Bell Ville

Fue un viernes. El mismo día en que se estaban empezando a enviar los telegramas de despidos a trabajadores de todo el país del INTI, en Buenos Aires se estaba haciendo una presentación de lo que iba a ser la reestructuración del organismo. Esto implicaba reducir abruptamente la cantidad de personas que trabajaban allí: el INTI tenía cerca de 3000 personas de las cuales, 2000 trabajaban en el el Parque Tecnológico Miguelete, zona que nuclea centros de investigación, laboratorios y oficinas sobre la avenida General Paz, en Ciudad de Buenos Aires.

Aquel día, un grupo de trabajadores de la dependencia porteña salió a cortar la calle en protesta por los despidos, sin mucha repercusión mediática ni respuesta de parte de las autoridades. Javier Ibáñez, presidente del INTI, no había emitido comentario alguno acerca de lo que estaba sucediendo. Las y los trabajadores tuvieron una asamblea y se preguntaron ¿y ahora qué hacemos? Decidieron quedarse en las instalaciones y ocupar el organismo de manera pacífica.

Durante ese fin de semana, las personas que se quedaron ocupando la institución permanecieron en comunicación con las personas de afuera, alambrado de por medio: “Imaginate la cantidad de gente que fue pasando ese día y los posteriores. Las autoridades del INTI querían que no pudieran unirse los que estaban adentro con los que estaban afuera, trajeron mucha policía, cerraron las puertas y empezaron a dar asueto el día lunes”. Un lock out patronal, un cierre por decisión propia de las autoridades que podía tener, en términos legales, un máximo de 10 días hábiles, nos explica Juan. La ocupación pacífica que había empezado el 26 de enero, era el comienzo de la lucha contra los despidos. Los asuetos no podían ser para siempre.

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Foto: Colectivo Manifiesto

Todas las luchas, la lucha

Junto a otras tres personas despedidas de Córdoba, Juan decidió viajar a Buenos Aires. El foco de la resistencia y de la movilización estaba puesto allí. A Juan le habían dicho por teléfono que era uno de los despedidos. Su coordinador fue el encargado de comunicárselo, porque la directora del área no se animaba a darle la noticia.

El día 9 de febrero, las y los trabajadores que se encontraban allí pudieron tener la lista negra en sus manos: “Muñoz Darío José Enrique, Mobia Murdoja Lucas Leonel, Murno Hernán, Ladino Liliana Ester, Meder Pablo Alfredo, Nicastro Juan Emilio, Nobas Andrés, Olarte Damián Matías, Orliguesti Marcelo Rafael, Ortiz Cairo Mariano Esteban Joaquín, Otero Tamara Nerea, Faccio Leonardo Daniel…”. Durante más de media hora en las puertas del INTI, un trabajador pronunció los nombres de los 258 despedidos. La lectura solo confirmó que “las cosas”, ya estaban pasando.

Al octavo día de ocupación pacífica, las autoridades llamaron a trabajar al sector de Finanzas del INTI Buenos Aires: alrededor de 60 personas debían ingresar a las instalaciones. Habían sido presionadas por las autoridades. Juan recuerda que esperaron a la gente que debía ingresar esa mañana temprano y que cuando llegaron, las invitaron a conversar. A poner en común investigaciones que venían llevando a cabo respecto al estado del INTI, el achicamiento que se venía. Finalmente se hizo una asamblea y todo el sector finanzas se sumó a la ocupación pacífica.

A las autoridades se les cumplieron los diez días en que podían tener cerrado el INTI y tuvieron que abrir sus puertas: “El primer día hábil en que iban a tener que abrir las puertas era el miércoles 14, después del feriado de carnaval. El carnaval fue de pura lucha, todos los días murgas de Buenos Aires desfilando frente al INTI, con letras especiales, con mucha fuerza. El 12 fue mi cumpleaños, no dudé que lo tenía que pasar ahí. Llegó el miércoles a la mañana entró toda la gente, y se armó una asamblea de más de mil personas, fue transmitida en directo por televisión, y se decidió paro total de actividades. Ese momento fue para mí histórico, dentro de todo lo histórico que son todas estas luchas que se están llevando adelante en todo el país, en este momento de intensificación del ataque del neoliberalismo, del capitalismo, como lo queramos llamar”, nos dice Juan. Se iniciaba una nueva etapa con paros también en el interior del país.

La movilización y la unión entre las y los trabajadores fue creciendo, hasta lograr una Mesa de Diálogo donde lo primero que se acordó fue que los despedidos pudieran salir y entrar libremente de los edificios del INTI.

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El “diálogo”

La reestructuración del INTI era un maquillaje marketinero para el desguace que planeaban, nos narra Juan. La empresa Tecnalia, oriunda del País Vasco, había sido contratada por Javier Ibáñez, para imponer una nueva estructura, con una propuesta centrada en planificar la oferta tecnológica del INTI en tres sectores productivos: alimentos, movilidad y energía. Despreciando la gran amplitud de sectores que actualmente asiste. Pero lo más grave era que el plan de Tecnalia proponía “Quick wins” (ganancias rápidas) mediante venta de activos y tercerización de servicios.


Nicastro nos cuenta que la serie de denuncias que fueron realizando públicamente, a medida que empezaron a investigar que la reestructuración del INTI implicaba su privatización, fueron un tema importante en la Mesa de Diálogo. Otro punto, fue que las y los trabajadores presentes en esa mesa, habían demostrado que las personas despedidas no eran “ñoquis” como habían dicho desde el gobierno. “Teníamos un ritmo de trabajo alto, con alto nivel de compromiso, de capacitación y lo que era muy notable es que de los 258 despedidos, 194 éramos afiliados a Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Ese dato era clarito en cuanto a cuáles eran las causas de los despidos”.


Todos los telegramas de despidos fueron sin causa: “Cuando por teléfono por fin logro una comunicación con una autoridad, uno de los coordinadores del área de prensa de Buenos Aires, Pablo Cid, me dijo que los despedidos eran los que iban a las asambleas. Ese fue el centro de su mensaje. No nombró la más mínima crítica para mi trabajo. Me blanqueó que era la gente activa, la gente que las autoridades consideraban molestas”. El diálogo está grabado y es parte de las pruebas de la acción judicial que Nicastro está llevando adelante. Él había sido candidato a delegado en octubre de 2017 y en el momento del despido estaba bajo la tutela sindical de ATE.

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Cansados pero no rendidos

Reuniones con los mineros de Río Turbio, marchas, visitas a medios de comunicación, exposiciones de los trabajos que se venían realizando desde las distintas áreas del INTI, movidas artísticas en las que participó hasta el Ballet Nacional en apoyo a las y los despedidos, rondas con científicos, con sectores productivos, fueron parte del amplio abanico de actividades que se llevaron a cabo en estos meses de lucha por la reincorporación y visibilización de las políticas de vaciamiento de esta institución pública.

Al mismo tiempo, una de las estrategias comunicacionales fue “contarle a la gente del país qué hace el INTI y cuál es su importancia”, nos dice Juan. Y continúa: “Salimos a contar qué hacíamos, en qué trabajábamos, en qué procesos industriales el INTI era vital. La asistencia a la industria, principalmente a las Pymes, todo lo que es investigación propia en los laboratorios y centros de investigación sobre procesos industriales, nuevos materiales, nuevas tecnologías y la tercer pata muy fuerte, todo lo que es controles a productos nacionales e importados, verificaciones de balanzas, surtidores de combustibles, que hacen a la calidad de vida de toda las personas que habitan el país. Es por esto también que decíamos que en el INTI no sobra nadie, porque al contrario, para hacer mejor las cosas, para un verdadero desarrollo industrial sostenible y para controles más efectivos, necesitaríamos más gente”. La reestructuración también planteaba un nuevo nicho de negocios, muchos de esos controles iban a ser tercerizados ante empresas privadas.


La Mesa de Diálogo fue traicionada por las autoridades. Cuando por fin llegaron a que las autoridades admitieran que debían realizar las reincorporaciones, las y los trabajadores levantaron el paro y el acampe en la sede del INTI. Pero inmediatamente, en lugar de cumplir lo acordado, militarizaron violentamente el INTI, con policía federal, privada y policías de civil para impedir un nuevo acampe pacífico en la sede principal del organismo.


A partir de ahí comenzó otra etapa de lucha que todavía no termina. A cuatro meses de los 258 despidos realizados en el INTI, se produjeron siete nuevos en el mes de mayo. Ni en la movilización, ni en las vías legales, ni en las luchas que se están llevando adelante en el Congreso, las y los despedidos han obtenido resultados favorables, si bien han logrado por vía judicial más de 40 reincorporaciones que han tenido que hacer las autoridades por violar la ley.

El desgaste en los cuerpos se siente. Mientras siguen luchando por la reincorporación, las y los trabajadores continúan levantando una consigna de lucha: En INTI no sobra nadie. Juan sigue llevando adelante tareas de comunicación y prensa dentro de los equipos de lucha junto a sus compañeras/os. Pero además, su energía vital está puesta en seguir dando batalla en otros frentes. Ayer nomás, era parte de la organización de la Caravana por la Ruta 38 contra la construcción de la Autovía en el valle de Punilla: “Tuve que atender lo que pasa en mi valle, están haciendo esta autovía destrozando las sierras, ningún ataque al territorio debe desatenderse, te atacan la casa, el pueblo, la identidad. Dejé de viajar a Buenos Aires para estar junto a mis vecinos. Pero todas estas luchas están relacionadas, son luchas por recuperar la dignidad”.

Macri dice que “pasan cosas”. Sabe que no veníamos bien, pero eso no le importaba. Que ya no hay un acto oficial al que pretenda ir y no pase nada. Sabe que crece la resistencia, que crece el escrache, que crece la indignación, que cada vez son más los que le creen menos. Macri sabe que que cada cuerpo que aguanta, es un paso atrás para su mal gobierno.

*Por Débora Cerutti para La tinta.

Palabras claves: despidos, INTI

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