Organización: la respuesta de los sectores populares ante la crisis
Organizaciones sociales, curas y laicos de Común-Unión expondrán sus experiencias de trabajo cooperativo en el primer “Encuentro de las solidaridades organizadas”. Además debatirán sobre los tres ejes que hoy reclaman en las calles y que el Gobierno no quiere escuchar: tierra, techo y trabajo.
Por María del Mar Job para La tinta
Seis horas de exposiciones y debates, luego de tres años de experiencia conjunta y muchos años más de reclamos constantes en las calles y organización popular. Así podría resumirse en términos temporales lo que ocurrirá este 9 de junio en el centro de la ciudad de Córdoba.
Pasadas las 9 de la mañana, este sábado comenzará el 1° Encuentro de las Solidaridades Organizadas. Tierra, Techo y Trabajo convocado por organizaciones sociales y populares en conjunto con curas y laicos de la Iglesia Católica de Córdoba que conforman desde 2015, el grupo Común-Unión.
Durante el encuentro funcionará una feria donde las organizaciones sociales y cooperativas compartirán sus diversas experiencias de trabajo y los productos de la economía popular sobre el pasaje Santa Catalina, a un costado de la Catedral de Córdoba.
Mientras, en el salón de la Catedral, movimientos sociales, organizaciones políticas y barriales, referentes y especialistas debatirán sobre los ejes “Tierra, Techo y Trabajo” divididos en tres paneles diferentes. El Movimiento Campesino de Córdoba, pobladores de la toma de tierra de Parque Las Rosas, la Coordinadora en Defensa del Bosque Nativo, el Grupo de Trabajo educativo y cultural “Promoviendo Derechos”, TECHO, e integrantes de CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular) son algunas de las organizaciones que participarán durante del encuentro.
Los excluidos organizados
Según datos oficiales del Indec, en Argentina hay unos 3,4 millones de personas con problemas de empleo (1,4 millones de desocupados y el resto, subocupados). Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 3 de cada 4 argentinos tiene un trabajo precario. Millones de excluidos del sistema de trabajo formal buscan una manera de sobrevivir y mantener a sus familias.
“Hay un hecho que es estructural del nuevo capitalismo que se agudiza en época de crisis, que es una porción de la población que en Argentina se estima que supera a los cuatro millones de trabajadores y trabajadoras, que están fuera del sistema de trabajo formal. Eso es producto de un sistema de exclusión para grandes sectores y de inclusión muy explotada para las grandes mayorías populares muy vinculado a la tecnologización de la economía, tecnología al servicio de la ganancia y no del hombre. Cada vez los trabajadores formales trabajan más y son más explotados y cada vez quedan más sectores por fuera de la economía formal. Entonces esos trabajadores y trabajadoras que quedan por fuera, la forma que han encontrado de sobrevivir es organizarse por medio de cooperativas y trabajos territoriales, nucleados en los movimientos sociales. Desde 2011 a esta parte, hemos ido construyendo un sindicato propio que es la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular que los nuclea y representa en sus intereses”, explica Sergio Job, doctor en Ciencias Políticas e integrante de la CTEP Córdoba.
“El trabajo que realizan estos sectores tienen un beneficio social, no sólo ellos sino el conjunto de la sociedad se beneficia gracias a este trabajo no reconocido por el Estado ni por el mercado de trabajo formal”, sostiene Sergio y se pregunta: “¿Qué pasaría si esos cuatro millones de compañeros y compañeras que están organizados en sectores populares no se hubieran generado su propio trabajo? y además un trabajo que por lo general tiene un impacto sobre la ecología, sobre el bienestar social del conjunto de la Nación”.
Para Sergio “sólo una economía construida al servicio de las personas, desde abajo, desde los pequeños procesos que a su vez son los que garantizan la soberanía alimentaria, los que garantizan la posibilidad de acceder a las tierras y a los recursos de la Nación para que la usemos todos y no unos pocos” es la posibilidad de subsistencia “ante un mundo cada vez más en crisis y en guerra y que camina hacia el desastre”.
Silvia Quevedo, referente de Barrios de Pie en Córdoba, coincide en que los excluidos, los explotados, comenzaron a buscar otras maneras de organizarse por fuera de los partidos políticos y sindicatos tradicionales: “La crisis de representación política que hay en este país hace que mucha gente empiece a observar a los movimientos sociales, a las organizaciones comunitarias, como un lugar donde verdaderamente pueda ser protagonista, donde verdaderamente pueda ser y escuchar su voz”.
Tierra, Techo y Trabajo
El encuentro de este sábado invitará a debatir sobre tres ejes: Tierra, Techo y Trabajo. Reclamos sobre los que los Gobiernos nacional, provinciales y municipales prefieren esquivar y seguir respondiendo a los reclamos más urgentes y básicos como son los bolsones de comida y asignaciones sociales.
“Una vez le dije al ministro (Carlos) Massei: ‘Me parece una vergüenza estar discutiendo con ustedes en diciembre tres bolsones de Navidad cuando en realidad quisiera estar discutiendo trabajo. Por ejemplo, de las cinco leyes que presentamos en el Congreso de la Nación una de ellas habla de la infraestructura social, habla de que la obra pública, siempre entregada a los amigos empresarios para que tributen para las elecciones, precisamente nosotros en todas las organizaciones tenemos cooperativistas listos para trabajar y ser parte de la obra pública, eso tiene que ver con una cuestión de fondo”, sostiene Silvia.
Común-Unión
“El evangelio, el mensaje de Jesús, tiene una dimensión social que es ineludible. Es un llamado a ir construyendo un mundo mejor en cuidarnos y respetarnos como hermanos y ahí surge la idea de justicia, de compartir, de una justa distribución de los bienes que creemos que Dios nos ha dado para todos y que no ocurre y por eso los niveles de pobreza”, introduce el cura Mario Ottonello de la Parroquia de barrio Malvinas Argentinas, integrante de Común-Unión. El padre Mario sostiene que si bien desde la Doctrina Social de la Iglesia surgida a partir de 1870 la dimensión de lo social estaba, a partir del Papa Francisco existe un resurgimiento en el llamado a que los sacerdotes y laicos trabajen junto a los movimientos sociales por los pobres y excluidos. “Por eso nosotros formamos este colectivo llamado Común-Unión, desde 2015, llevando adelante este compromiso de trabajo junto a las organizaciones sociales”, agrega Mario.
Silvia festeja el encuentro con distintos sectores sociales: “Nosotros que no éramos los grandes creyentes ni que íbamos todos los domingos a la Iglesia, fuimos encontrando en algunos sacerdotes, en alguna gente vinculada con la Iglesia, gente que tiene voluntad de cambio, que está dispuesta a la transformación desde otro lugar y que podemos entre todos y entre todas hablar un mismo lenguaje. En este encuentro vamos a hablar de tierra, de trabajo y de techo organizaciones que inclusive a veces tenemos distintas formas de organizar pero que tenemos un objetivo en común”.
Sergio también reconoce la importancia de este espacio heterogéneo de movimientos, organizaciones y representantes ecuménicos: “En este marco, el reconocimiento y el diálogo con sectores de las iglesias, no sólo la Católica, que reconocen el enorme trabajo que hacemos las organizaciones sociales y cooperativas de la economía popular en los territorios es fundamental frente a un mundo cada vez indiferente e indolente ante el sufrimiento y exclusión del otro”.
*Por María del Mar Job para La tinta.
*Licenciada en Comunicación Social.