Prefectura sin límites: represión y detenciones ilegales en la Villa 21
Efectivos de la Prefectura Naval Argentina reprimieron a vecinos e irrumpieron sin orden de allanamiento en una vivienda, donde abusaron de una joven, golpearon a un menor y se llevaron a dos hombres detenidos por un presunto delito que no cometieron. El repudiable hecho se da en el marco del juicio que investiga hechos de tortura de seis prefectos contra dos jóvenes de la organización La Garganta Poderosa.
Por Redacción La tinta
Desde el 11 de mayo se lleva a cabo en la Ciudad de Buenos Aires un juicio contra seis efectivos de la Prefectura Naval Argentina acusados de tortura. Se trata del primer juicio al Ministerio de Seguridad de la Nación comandado por Patricia Bullrich.
Las fuerzas de seguridad son juzgadas por los tormentos que aplicaron contra Iván Navarro (18) y Ezequiel Villanueva Moya (15), jóvenes de la villa 21-24 que fueron brutal y arbitrariamente golpeados el 24 de septiembre de 2016. Esa noche, Ezequiel fue interceptado por personal de la Policía Federal Argentina. Iván intervino en la situación para averiguar lo que estaba ocurriendo. Momentos después llegó personal de la Prefectura, subió a los jóvenes en dos móviles por separado y los llevó a una garita para golpearlos. Acto seguido los llevaron a la vera del riachuelo, donde los obligaron a hacer flexiones de brazos mientras se les tiraban encima, los amenazaron con tirarlos al riachuelo esposados y los hicieron correr una carrera de la muerte, en la que les dijeron que iban a matar a quien perdiera.
La asamblea barrial de La Garganta Poderosa y sobre todo, la valentía de Iván y Ezequiel, lograron llevar a los prefectos a juicio y que cumplieran prisión preventiva en el Penal de Marcos Paz. Lamentablemente, la contrapartida de su denuncia fue que las fuerzas de seguridad se ensañaran aún más con la gente del barrio.
El accionar violento e ilegal de los efectivos se intensificó las últimas semanas, accionar que se ve respaldado por el discurso de mano dura y el protocolo de represión impulsado desde el Gobierno Nacional. Según acusó la organización, sólo en los últimos dos meses se registraron seis casos de tortura con prácticas sistemáticas.
Este sábado por la noche, Prefectura corrió aún más el límite de lo soportable. Con la excusa de seguir la pista de un presunto intento de robo a un efectivo, los uniformados persiguieron a dos jóvenes por el barrio y se detuvieron justo al frente de la casa de Iván Navarro, la familia que llevó a la Prefectura a sentarse en el banquillo de los acusados. Allí mismo, los efectivos reprimieron a los vecinos que se encontraban en el lugar y dispararon contra la casa de Iván.
Por si la señal de amedrentamiento no había quedado clara, los efectivos ingresaron sin orden de allanamiento a una vivienda y siguieron golpeando a menores de edad. Allí se toparon con Jésica Azcurraire, quien por cuestionar por qué estaban golpeando a su sobrino de 16 años recibió numerosos golpes, manoseos e insultos por parte de los efectivos.
«Largada su razzia, una vez más, veo cómo la Prefectura empieza a lanzar gases en el pasillo donde vivimos y corro lo más rápido posible para entrar a casa, creyendo que nos pondríamos a salvo. Pero no existe ley para ellos, cuando de la villa se trata: automáticamente comenzamos a escuchar cómo pateaban el portón, cada vez más fuerte, hasta dejarlo como un papel rasgado. Entraron, sí, como si nada. Todos hombres, cinco, me agarraron de los pelos, me apretaron el cuello, me patearon las piernas y me dieron con sus palos, hasta que uno me puso contra la pared, manoseándome las tetas. Aterrada, grité: «¡Soltame, me estás tocando!». Y peor, me estrujó como una bestia: «Callate, puta de mierda. ¡Callate, la re concha de tu madre! Negra de mierda, sucia, bocona», relata Jésica.
Juan Pablo Mónaco, integrante de La Poderosa y compañero de Jésica, estaba durmiendo la siesta cuando se levantó por los ruidos e intentó interceder para que frene la golpiza, pero los efectivos descargaron su sed represiva también con él. Lo mismo sucedió con Roque Azcurraire -cuñado de Pablo y hermano de Jésica- fotógrafo de La Garganta Poderosa, quien trató de filmar el operativo ilegal pero recibió un golpe en la cara y en el celular.
“Es la misma Prefectura que torturó a Iván y Ezequiel, esa misma que denunciamos esta semana por seis casos similares en los últimos dos meses, esa misma que tiene 6 agentes con prisión preventiva por hostigarnos, esa misma que acaba de ingresar al domicilio de nuestro fotógrafo, para golpearlo y seguir golpeando a otro menor que acababan de maltratar”, denunciaron en la página web de La Garganta Poderosa.
Finalmente, los efectivos detuvieron a Juan Pablo Mónaco y Roque Ascurraire y les armaron una causa. Ni siquiera son las personas que estaban persiguiendo por el presunto intento de robo. También detuvieron a María Silva Echeverría, hermana de Roque.
Los vecinos se organizaron rápidamente para ir a exigir la liberación de las personas injustamente apresadas pero fueron recibidos por un nutrido cordón de Prefectura en el que había efectivos sin identificación. Tras dos horas de espera e incertidumbre, María recuperó la libertad. Sin embargo Roque y Juan Pablo continúan detenidos.
Gabriela Carpineti, abogada defensora, señaló que una vez que se lleve a cabo la indagatoria -prevista para este lunes a las 10- la jueza no tendrá más alternativa que liberarlos ante este «mamarracho de Prefectura convalidado por el accionar judicial».
«No hay ninguna prueba que los vincule al presunto delito. La única prueba secuestrada es la escopeta de uno de los efectivos, que está probado que fue disparada contra los vecinos. Cuando sean liberados, los denunciantes serán Roque y Juan contra la Prefectura. Estoy defendiendo inocentes así que rápidamente dejaremos de ser defensa para ser querella«, expuso la abogada Carpineti a Radio Gráfica 89.3.
* Por Redacción La tinta