La Machi Linconao otra vez en libertad
La justicia chilena nuevamente puso en libertad a la Machi Francisca Linconao, acusada en el caso Luchsinger-Mackay, en medio de un proceso plagado de irregularidades.
Por Redacción La tinta
La semana pasada, la Machi Francisca Linconao fue absuelta -junto a otras ocho personas- por la justicia chilena. Al dar sus primeras declaraciones fue precisa en denunciar: “Estoy muy enojada porque hay tres personas que condenaron”, en referencia a José Peralino, José Sergio Tralcal Quidel y Luis Sergio Tralcal Quidel.
“Por plata se venden los jueces”, afirmó Linconao a la salida del tribunal, según informó el portal El Desconcierto.
La machi fue absuelta nuevamente en el caso Luchsinger-Mackay, en la que los imputados eran acusados por delitos terroristas.
En las puertas del Tribunal Oral en lo Penal de Temuco, Linconao, una autoridad ancestral del pueblo mapuche, remarcó su inocencia, “por eso me absolvieron”. Al referirse a la justicia chilena, la Machi expresó que “está bien que busquen la justicia, pero que encuentren al culpable, no al inocente que van a condenar”.
Los machis o las machis son una autoridad en la cultura y tradición mapuche, profundamente ligada a la tierra, que cumple la función de sanadora (curar enfermos) y de guía espiritual para sus comunidades (consejos) para todo aquel que recurran a ellos o a ellas.
Francisca del Carmen Linconao Huircapan tiene más de 60 años y es considerada por el Estado chileno como un peligro latente, mientras que su pueblo la define como un símbolo de resistencia.
En enero, Linconao encabezó una huelga de hambre ante las acusaciones en su contra, por los cual se encendieron las alarmas a nivel internacional. En un perfil de su vida publicado por Radio Villa Francia, se recordó que el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) manifestó su preocupación en ese momento, en tanto que Amnistía Internacional en Chile lanzó una campaña para visibilizar el caso. Hasta el Defensor Nacional, Andrés Mahnke, cuestionó a la justicia por el trato y el debido proceso hacia la Machi.
Durante el proceso judicial, la mayoría de los ministros y las ministras de la Corte de Apelaciones se pronunciaron a favor de Liconao esperara el juicio en su domicilio, pero como el Estado chileno invocó la “ley anti terrorista”, el ministro Ministro Luis Troncoso revocó la medida y obligó a la Machi a someterse a la prisión preventiva.
El caso por la cual es perseguida Linconao comenzó el 4 de enero de 2013 cuando falleció el matrimonio de Werner Luchsinger y Vivian Mackay tras un atentado que destruyó su casa debido al ataque de desconocidos.
Por este hecho se encuentra cumpliendo una condena de 18 años el machi Celestino Córdova, apuntado como cómplice del delito. Pese a su sanción, nunca se pudo establecer la presencia de Córdova en el lugar de los hechos ni vincularlo directamente con el incendio. El juicio a Córdova, según su defensa, estuvo plagado de irregularidades, además de un fuerte cuestionamiento al rol de la policía que se encontraba en las cercanías del lugar donde se produjo el atentado.
Francisca Linconao también fue vinculada al hecho por parte de la Fiscalía. Una supuesta escopeta encontrada en su casa por la policía fue la excusa para imputarla, aunque finalmente la Machi fue absuelta por la justicia. Debido a lo sufrido durante el proceso judicial, Linconao demandó al Estado chileno por daño moral y lucro cesante, ganando el juicio por el cual debieron indemnizarla con 30 millones de pesos chilenos.
Igualmente, a principios de 2016 Linconao fue otra vez encarcelada, en un megaoperativo policial en el cual la sacaron de forma violenta de su hogar, sin permitirle ponerse su mapuche.
Durante todo este tiempo, Linconao y los demás detenidos recibieron un fuerte apoyo tanto del pueblo mapuche como de sectores sociales chilenos, como también a nivel internacional.
En octubre de 2017, la Machi junto a otros diez acusados fueron nuevamente absueltos por el incendio que acabó con la vida del matrimonio Luchsinger Mackay, en la comuna de Vilcún, en la Región de La Araucanía.
*Por Redacción La tinta
