El mapa del trabajo informal en Argentina (2003 – 2017)
Mientras se discute la reforma laboral, el sociólogo Brián Covaro propone una radiografía del trabajo en negro en el país. Uno de cada tres trabajadores en actividad está en la informalidad. ¿Dónde están, quiénes son y cuánto ganan?
Por Brián Covaro para Agencia Paco Urondo
El trabajo informal, también nominado y conocido como no registrado, precario o ‘en negro’, es un fenómeno típico de la articulación de la experiencia capitalista en esa organización mitad anárquica, mitad regulada, llamada mercado de trabajo. Pero es un fenómeno particularmente presente e identitario de las economías y sociedades emergentes, en desarrollo o periféricas. En algún punto, el nivel del trabajo informal habla de la sanidad de cada mercado laboral.
El trabajo informal (TI) o no registrado, básicamente es el ejercicio productivo por fuera de cualquier regulación, registro o sistema legal estatal. Dentro de las categorías ocupacionales mediante las cuales el estado clasifica a los actores económicos y unidades productivas, existe este fenómeno tanto en los trabajadores autónomos como en los empleados o trabajadores en relación de dependencia.
Sin embargo existe una diferencia importante. Y esa diferencia radica en la verdadera grieta dentro de una sociedad: la tenencia (o no) de capital. El trabajador autónomo administra, explota algún tipo de capital propio. Su condición de no registrado se da por su ausencia en cualquier régimen tributario en el ejercicio de su actividad comercial.
El trabajador en relación de dependencia, justamente al depender de una relación con el capital (‘depender’ y no ‘cooperar’ como dice el borrador de la reforma laboral de la coalición de derecha gobernante) y sólo teniendo su fuerza de trabajo, al ser un trabajador informal, es víctima de un delito por parte de su empleador (tenedor del capital). El delito se da en no cumplir con la legislación laboral vigente, que consiste en transferir las cargas sociales de sus empleados (aporte al sistema previsional, obra social, vacaciones, etc), tal como dicta la ley.
En el mercado laboral argentino, 3 de 4 trabajadores son empleados, es decir, en relación de dependencia. Sobre esta población vamos a analizar los niveles de informalidad en esta primera entrega.
La informalidad durante el kirchnerismo
Para este trabajo se ensamblaron las bases de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del tercer trimestre de 2003 al segundo trimestre de 2017 (último disponible). El corte temporal empieza en 2003 porque en ese período se da el cambio de EPH Puntual a EPH Continua, estableciendo una estructura de datos relativamente estable y comparable.
La serie contempla (en esta primera entrega) datos de la población empleada en relación de dependencia en el período comentado, exceptuando el segundo trimestre de 2007 y el tercer y cuarto trimestre de 2015 y el primer de 2016. En 2007 la ausencia se debe a la huelga de los trabajadores del INDEC y en 2015 y 2016 al denominado ‘apagón estadístico’ de la actual gestión. En ambos casos, las bases de datos de la EPH no están disponibles en el sitio del INDEC para su descarga.
El trabajo informal no es un dato oficial en un sentido estricto. Es decir, no existe como con la inflación, el desempleo o la pobreza, una comunicación oficial de sus niveles. Sí puede calcularse a partir de una fuente de datos oficial (la única que lo registra, la EPH). El Estado registra un dato, pero no lo comunica. Comúnmente lo que se comunica, indirectamente o por otros medios, es la proporción de trabajadores en relación de dependencia que no registran aportes previsionales por arte de su empleador, aunque hay una batería de indicadores para caracterizar el TI que registra la EPH, más completa y donde ese número crece sin dudas.
Si analizamos la serie completa, en el año 2003 casi la mitad de la población de empleados en relación de dependencia (recordemos, 3 de cada 4 integrantes de la PEA) eran trabajadores informales (48.9%).
El nivel de trabajo informal del segundo trimestre de 2017, último dato publicado, es de 33.8%. Si tomamos la serie completa, el trabajo informal baja sostenidamente 12 años (2003 – 2015). Si tomamos el inicio de la serie como base, al segundo trimestre de 2015 (último dato disponible antes del INDEC-OFF, la baja es de 17 puntos.
Radiografía
Si bien en la última década el TI ha disminuido significativamente, en Argentina hoy uno de cada tres asalariados no está registrado. Ese tercio de trabajadores no sólo no cotiza en la seguridad social y es víctima de un delito al no tener sus derechos laborales ejercidos, son trabajadores ‘invisibles’ para toda estadística que este por fuera del registro de la EPH. De los trabajadores informales muy poco se sabe, no figuran en ningún tipo de registro de accidentabilidad del trabajo o de incidencia real en los tipos de actividad. Sí se sospecha, a partir de estimaciones, que son los que menos ganan, los que peores condiciones de trabajo tienen y que están focalizados en algunas actividades. Son, en un sentido lato, trabajadores fantasmas.
Aquí es donde toma vital importancia la EPH como único registro de este colectivo. A partir de esta fuente de datos, podemos estimar caracterizaciones algo más específicas que lo que suele comunicarse (la cantidad de trabajo informal). En el gráfico de arriba, se pueden comparar las proporciones, por rama de actividad, de los trabajadores (registrados, obvio) asalariados que comunica el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (9 millones de asalariados registrados) y los estimados por la EPH (total, formales e informales; ampliados, 8.5 millones de asalariados). Las diferencias pueden residir, justamente, en que la EPH toma casos de actividades con gran incidencia informal que el ministerio no puede hacerlo. La Construcción es un caso testigo; al tener importantes niveles de informalidad, la proporción que comunica el ministerio es menor a la real del mercado laboral, que sí puede estimar la EPH.
Negreros
Si bien, como dijimos, el TI es un fenómeno característico de las economías emergentes, como todo hecho social, su manifestación es compleja y asincrónica. La apertura por rama de actividad brinda información de alguna regularidad.
Para este tipo de análisis, se recodificaron las actividades según la Clasificación de Actividades Económicas para Encuestas Sociodemográficas del MERCOSUR (CAES) de cuatro dígitos al Clasificación Internacional Industrial Uniforme (CIIU) a un dígito. De este modo se reducen las actividades a 10 (son 9 pero se agregó Servicio doméstico, aprovechando que la EPH lo registra).
La serie nos muestra, dentro de una tendencia sostenida decreciente, los distintos niveles de informalidad por rama de actividad. Teniendo en cuenta que la EPH es una encuesta por muestreo en grandes centros urbanos, algunas actividades pueden estar subestimadas (agricultura principalmente).
Dónde están, quiénes son, cuánto ganan
Indudablemente la actividad es un factor fundamental para explicar algunas tracciones que expliquen el fenómeno de la informalidad dentro del contexto local. El Servicio doméstico, según los últimos datos publicados, es la actividad con mayor incidencia de empleo informal (75%). Es preciso recordar que el inicio de la serie (2003), tenía alrededor del 95%. Cabe destacar que el gobierno anterior, durante este período, había generado varias políticas para incentivar al blanqueo de este colectivo. Pocas políticas públicas necesitan menos estudios de impacto que estas campañas. Pequeña burguesía, divino tesoro.
Construcción tiene a 3 de cada 4 trabajadores no registrados. También es un dato esperable (por esta razón está proporcionalmente recontra subestimado por el MTySS). Agricultura, Comercio y Transporte rozan los 40 puntos.
Las siguientes actividades están por debajo del total (que no es bajo). También es preciso señalar que el TI es mayor en unidades productivas de menos tamaño, bajando a medida que aumenta el tamaño de la nómina del empleador.
Otra manera de caracterizar este colectivo es a través del ingreso. El promedio de salario de cada actividad, segmentada según la formalidad o informalidad muestra diferencias notorias y significativas. Si vamos al extremo inferior (Servicio doméstico, claro) de salario, el grupo informal percibe ‘sólo’ la mitad que el formal. Pero si se observan los promedios de las demás ramas, la diferencia de ingresos percibidos es hasta tres veces mayor para los grupos formales dentro de la misma actividad.
Si analizamos los salarios por género, las mujeres ganan, a mismas condiciones, hasta un 30% menos que los varones. Los informales, hasta un 300% menos. El mercado laboral local es lo menos políticamente correcto que existe (aunque si lo abrimos por género, seguro que ellas van a ganar menos todavía).
Por lo tanto, y sin distinción de actividad, no es extraño constatar que los asalariado informales son los que mayor presencia tengan en los mas bajos deciles de ingreso.
El mapa de los Aglomerados urbanos de la EPH muestra claramente como el TI experimenta sus valores más elevados en las provincias del NOA, Mendoza y Concordia. Por ejemplo en Salta, Tucumán y Santiago del Estero, casi la mitad de la Población Económicamente Activa en relación de dependencia es informal. La Patagonia es la región con menos TI (obviamente por el tipo de actividad preponderante en esa zona, las actividades englobadas en minería y afines, explotadas por grandes empresas).
Algo importante, o al menos claro, es ver que el TI en cada aglomerado urbano (es decir, en todo el país) tiene un patrón claro: El Servicio doméstico y los Servicios sociales (Construcción solo en La Plata y Resistencia) son hoy las actividades con mayor proporción de TI.
Sería interesante bucear al interior de cada actividad a un dígito (máximo nivel de agregación) para ganar mayor poder descriptivo y explicativo en términos geográficos. El caso de Servicio Doméstico o Construcción es más claro, dado que son actividades en sí mismas (y es indudable su patrón de informalidad en Argentina). Pero Servicios Sociales, la otra actividad ‘negrera’, es un conjunto que engloba muchas actividades, si bien temáticamente correspondientes, muy diferentes y que apelan a espacios y sociedades productivas muy diferentes.
La idea de esta entrega y las siguientes, es seguir evidenciando un fenómeno cultural, social e ilegal del mercado laboral local y, fundamentalmente, sobre la población de trabajadores informales, de modo que sea un colectivo cada vez más visible y ese delito que sufren, más notorio.
*Por Brián Covaro para Agencia Paco Urondo y La social información. Foto: Colectivo Manifiesto.
Palabras claves: economia, INDEC, precarización laboral, Reforma Laboral, trabajo doméstico, trabajo informal