Villerxs, resistencias frente a la violencia planificada
Hoy y mañana por la tarde podrá verse esta obra de danza teatro que es a la vez bella, incómoda y necesaria. El arte denunciando la violencia que se sufre en los barrios populares de la ciudad, e interpelándonos a actuar.
Por Julieta Pollo para La tinta
Cajas de cartón, sanitarios rotos, papeles, bolsas y botellas, pedazos de colchón, tanques, ropa estropeada, plásticos… y pibxs. Pibas y pibes bajo, entre, sobre y con un cúmulo de desechos que no solo son su entorno cotidiano sino que también aluden al lugar al que los ha relegado la sociedad que supimos construir. Villerxs es una obra de danza teatro que explora un día (una vida) de los jóvenes pertenecientes a sectores populares de la ciudad de Córdoba.
Florencia Mainetti, Xilenia Carreras, José Ignacio Gutierrez y Pitias Ardizzi ponen en escena a través de la danza todo un crisol emocional que va constituyendo las identidades de los jóvenes cordobeses, entre la exclusión, estigmatización, violencia y persecución a la que son sometidos sistemáticamente, pero configuradas también por sus mecanismos de subsistencia, resistencia y defensa del derecho a tener derechos, corriéndose del lugar que les ha asignado la desigualdad capitalista.
Con destreza técnica y una abrumadora puesta en escena, los simbolismos afloran e interpelan multiplicando las preguntas del espectador. Quizás uno de los giros más interesantes es el que, sobre el final, nos deja pensando ¿de qué violencia hablamos cuando hablamos de violencia? ¿de quiénes hacia quiénes? ¿qué es violencia y qué es resistencia ante el atropello constante de los derechos humanos?
El proyecto de la Compañía Mil Leguas comenzó a trabajarse el año pasado luego de ganar la convocatoria CEPIA Abierto de investigación y producción escénica, de la Facultad de Artes de la UNC. La tinta se acercó a Magdalena Arnao, directora de Villerxs, quien compartió su postura acerca de la obra, la multiplicidad de preguntas que los atraviesan como equipo y la posibilidad de usar el arte como herramienta de denuncia.
«La obra se plantea como un día en la vida de, pero a la vez en la vida entera. ¿Cómo es nacer en los márgenes, siendo el despojo? Nos llamaron mucho la atención en los relatos de vida las metáforas: el desecho, la basura, el animal. Y también hacer hincapié en la transformación, esos desechos son transformados en hogar, en refugio y modo de existencia que resiste. Hay todo el tiempo una lucha por la resignificación. ¿Cómo es ser empujado a transformar aquello que es descarte para otros? Y a la vez pararte en tus propios pies cuando todo está preparado para que no puedas, y así todo construir tu lenguaje, tu cultura, tu ritual en clave de resistencia. Son cuerpos que están pensados para ser no solo desechados sino para ser rotos en el mundo del trabajo precarizado, en la criminalización, en la persecución”, sostuvo Arnao.
La puesta es impactante tanto por su composición estética como por el dinamismo con el que interactúan los cuerpos con la escenografía. A medida que la obra avanza lxs bailarines se sacuden el conglomerado que los asfixia, la mimetización se disuelve y da pie a la (re)construcción y la resistencia a partir un doble mecanismo: el de convertir los desechos de otros en medios de subsistencia y el de resignificar la propia existencia. En este sentido, a través de la danza y con una sensibilidad estremecedora, los bailarines pasan al cuerpo elementos propios del ritual cotidiano de la vida en las villas –el fulbito, el cuarteto, el reciclaje pero también el despojo y la violencia – imprimiendo hasta en el más ínfimo detalle las emociones contrapuestas que conforman su propia identidad.
En este sentido, la directora y docente puntualizó: “No solo se trató de “observar” esos cuerpos sino de trabajar desde los cuerpos por medio de la danza como modo de poner palabras a muchas cosas. Lo que nos rompió la cabeza todo el tiempo era preguntarnos si podemos representar algo que no somos. Entonces decidimos no borrar las corporalidades que los artistas tienen. No son chicos nacidos en la villa entonces hacernos cargo de esta lejanía y no caer en la mimesis o la caricatura que es en sí violenta. Lo mejor que nos puede pasar es que el que venga a ver Villerxs se pregunte. Que le pegue en el cuerpo, en las emociones y las sensaciones, que le quede en la piel y que se vaya preguntándose. La necesidad de decir nace justamente de que el común denominador de la gente que no vive en un barrio popular de Córdoba y de los sures del mundo está muy atravesada por las representaciones hegemónicas, entonces es justamente para el que no lo vive”.
En medio de un clima de permanente violencia institucional que incluye persecución, gatillo fácil y razzias que todos los días lleva a cabo la policía en los barrios populares de la ciudad –agravado por el convenio de cooperación firmado entre el gobierno de la provincia de Córdoba y el Ministerio de Seguridad de la Nación, encabezado por Patricia Bullrich-; poner en escena las situaciones de existencia y resistencia de los jóvenes pertenecientes a sectores populares de la ciudad, ante una sociedad lobotomizada que no se alza en su denuncia, es sin dudas necesario –si no urgente-. Al finalizar la obra, el equipo de trabajo agradeció a los espectadores su presencia e hizo hincapié en que esta obra no se desarrolla en el vacío, sino que está enmarcada en una exclusión, estigmatización y criminalización tan brutal como cotidiana.
“Trabajamos con relatos de vida, con algunos colectivos, gente de la psicología comunitaria, e indagamos ese material para ver cuáles eran los nodos de sentido, los atravesamientos presentes más allá de lo que uno cree o piensa… que eso siempre fue y es una arena de debate para nosotros. ¿Qué estamos haciendo nosotros hablando de un modo de existencia que no vivimos pero que a la vez queremos enunciar? Para quiénes decimos lo que decimos? Es un debate permanente y estamos buscando esos interlocutores, viendo si vamos, si invitamos a que vengan.
Pero a la vez la pregunta persistente es, desde las herramientas que hay para decir en Córdoba, ¿qué hacemos como artistas callándonos algunas cuestiones? Quisimos volver a hacer de la herramienta arte un compromiso. Personalmente creo que la obra construida para pocos o endógena, que se cierra en sí misma y en los lenguajes que solo ella entiende, ejerce una doble exclusión porque uno no está hablando de lo que es necesario decir y a la vez, al no ser legible, redunda en un mundo que construye cosas para pocos. Necesitamos que se entienda. Yo creo que uno puede darse el lujo de entrar en abstracciones cuando vivís en una sociedad donde no hay nada para decir, pero yo lo veo como una deuda, una vacante”, concluyó Arnao.
Villerxs Danza Teatro. Jueves 26 y viernes 27 a las 20 hs. en el CePIA (Av. Medina Allende s/n), Ciudad Universitaria.
Dirección: Magdalena Arnao | Asistencia de dirección: Florencia Gómez | En escena: Florencia Mainetti, Xilenia Carreras, José Ignacio Gutierrez, y Pitias Ardizzi |Producción: Andrés Oviedo | Diseño y operación de Luces: Lucas Solé | Diseño sonoro: Federico Gaumet | Escenografía: Kirka Marull | Audiovisual: Eugenio Bollinger.
*Por Julieta Pollo para La tinta. Fotos: Daniel Isoardi.