El Comando Unificado Patagónico: buscando un enemigo interno
El viernes 16 de marzo se realizó en el Escuadrón 34 de Gendarmería de Bariloche una nueva cumbre del Comando Unificado Patagónico (CUP) donde se decidió “bajar” a 800 gendarmes en lugares estratégicos: 400 en Comodoro Rivadavia y 400 en la ciudad de Neuquén. Una especie de operativo cerrojo. El objetivo, según el propio secretario de Seguridad de la nación, Eugenio Burzaco, es “generar políticas coordinadas con las provincias vinculadas al narcotráfico y los grupos radicalizados mapuches”.
Por Germán Hernández para Notas
Hace algunos meses que las distintas gobernaciones mantienen reuniones donde intercambian sus puntos de vista sobre los conflictos de recuperación de territorios. Sus caras visibles en la región son los ministros de Seguridad de Río Negro, Gastón Pérez Esteban, su par de Neuquén, Jorge Antonio Lara y el ministro de Gobierno de Chubut, Pablo Durán. Ellos fueron los elegidos en primera instancia para impulsar esta iniciativa por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Más allá de los funcionarios, a los encuentros también son bienvenidos los jefes de las cuatro fuerzas de seguridad federales: Gendarmería Nacional, Policía Federal Argentina, Policía Aeroportuaria y Prefectura Naval.
En el primer encuentro en enero de este año el CUP detectó 94 “atentados” en dichas provincias, los cuales son atribuidos a la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), uno de los nombres que más resuenan en los medios de comunicación y sin dudas las siglas que más seducen al aparato represivo. Pero, ¿cuál es el verdadero propósito del CUP? ¿Cómo es su accionar?
En diálogo con Notas, Romina Huala, referente del Movimiento Autónomo del PuelMapu (MAP) señaló la idea de enemigo interno que desde el Ministerio de Seguridad Nacional se busca instalar: “Este comando se crea para argumentar que en la Patagonia no se puede prácticamente vivir por la supuesta ‘amenaza terrorista’ que ejerce el ‘violento’ pueblo mapuche”.
Obviamente la figura del Lonko Facundo Jones Huala, es uno de los temas preponderantes dentro de los informes del CUP. El líder mapuche, al que se le dictó la extradición a Chile el pasado 5 de marzo, sigue esperando su traslado en el penal de Esquel. “Con respetco a la situación de Facundo, ahora se presentó la apelación y hay que esperar el fallo de la Corte Suprema lo que puede tardar varios meses. Mientras tanto seguirá en la Unidad 14 de Esquel”, señaló Romina.
Tiempos nuevos, prácticas viejas
La antesala de este comando tiene sus raíces en los dos hechos que marcaron un camino de represión y hostigamiento a las comunidades en conflicto de la Patagonia y que visibilzaron la problemática a nivel nacional: la represión de Gendarmería en Pu Lof en resistencia Cushamen en Chubut que llevó a la desaparición de Santiago Maldonado en agosto del año pasado y el asesinato por parte de Prefectura Naval en noviembre de Rafael Nahuel en Pu Lof Lafken Winkul Mapu de Lago Mascardi. Con estos antecedentes, el CUP encuentra su accionar y su modus operandi más notorio.
Pero también el amedrentamiento viene en otros envases. Aunque no es en su mayoría moneda corriente en la opinión pública, las distintas fuerzas de seguridad y su herencia dictatorial generan distintas prácticas de contención represiva y persecución política. Algunos ejemplos tienen que ver con seguir vigilando de manera ilegal a las comunidades; esto es, “merodear” los territorios recuperados y generar un estado de alerta permanente.
El último domingo en la ruta que linda con Cushamen, territorio recuperado al empresario Luciano Benetton, distintos automóviles pasaron en caravana y luego dos traffic de las fuerzas de seguridad se pasearon cercanos a los alambres que demarcan los límites del Pu Lof. Días atrás también se encontraron cinco efectivos de las fuerzas especiales de Gendarmería dentro del territorio.
Sin ir más lejos, en las últimas semanas, luego del juicio de extradición a Facundo Jones Huala, a Ezequiel, un músico barilochense que se encontraba en su casa ensayando con otro colega, 11 efectivos de la policía rionegrina, por medio de una denuncia de ruidos molestos, entraron a su domicilio, le pegaron un cachetazo, le rompieron objetos personales y antes de irse le preguntaron: “¿Qué onda vos con los mapuches?”.
A pocos días de cumplido el aniversario del golpe de Estado cívico-militar del 24 de marzo de 1976, el Comando Unificado Patagónico promete reuniones mensuales y seguir intensificando su accionar.
*Por Germán Hernández para Notas.