La niña y el dictador

La niña y el dictador
23 marzo, 2018 por Redacción La tinta

La inocencia de la niña hace que ignore al personaje siniestro que se le acerca. Su ingenuidad por un instante desarma la rectitud militar de los uniformes y el peinado engominado de un asesino. Esa niña es María Eva González y el siniestro es el dictador Jorge Rafeal Videla. Ella en ese momento tiene 4 años, el asesino preside la nefasta junta militar. Esta imagen la tomó algún día de 1978 Victor Bugge, en sus inicios como fotógrafo de presidencia. La dictadura la usó como propaganda para tratar de mostrar a un Videla con sentido de humanidad. En 2004, luego de una intensa búsqueda, Bugge logró encontrar a María Eva y pudieron charlar sobre ese momento.

Por Redacción La tinta

Bugge cuenta que Videla nunca salía por Balcarce 50, pero que ese día iba inaugurar un ingreso al Museo de la Casa Rosada. Por su parte, María Eva dice que ella estaba ahí con su madre porque habían ido a buscar a su papa que trabajaba en el Banco Nación, enfrente.

“Me acuerdo que no fue una salida imprevista, fue más bien protocolar y con las medidas de seguridad de la época. Yo creo que debido a que era una criatura, y que estaba con su madre, quedaron dentro del cerco de seguridad” afirmó el fotógrafo.

Los años pasaron y Bugge siempre tuvo la intriga de saber quién era la niña de la fotografía. Que sería de la vida de esa pequeña, a la cual la dictadura utilizó para tratar de darle un costado humano a un dictador. Algunos de los amigos del fotógrafo organizaron una búsqueda pero sin ningún resultado.

La incertidumbre tendría su fin allá por mediados 2003, cuando Bugge puso su muestra en Casa Rosada, una costumbre que lleva a cabo cada vez que asume un presidente. Y ahí fue donde María Eva se acercó y se encontró con su imagen de niña.


“Por esos días una señora que recorría la exposición se me acerca y me dice: ‘Recién acaba de estar la nenita de esta foto’. Me desesperé. Salí corriendo para la puerta de Balcarce 24 por donde se entraba a la muestra, pero la nenita ya no estaba”, recuerda el fotógrafo.


Pero no todo estaba perdido: a cada visita que ingresa a casa de gobierno se le pide una serie de datos como número documento, teléfono, etc. Con esa información era suficiente para iniciar la búsqueda.

María Eva dijo sobre ese primer contacto “Cuando se comunicó Víctor, no estaba segura que fuera yo. Le dije que había ido a la muestra porque mi mamá me hizo saber, por medio de mi hermana, que estaba en esa foto. Cuando vi la nena me resultó parecida, había rasgos parecidos. Y entonces busqué retratos míos de chica y volví al día siguiente para compararlas. Fui directo a la foto, que estaba cerca de la entrada, a un costadito, y ahí sí me reconocí”.

Sobre la foto Bugge afirmó que lo que más le interesó es que era descontracturada, porque Videla estaba sin uniforme pero que lamenta el uso que la dictadura hizo de la imagen. Sin embargo afirma que el tiempo le dio otro sentido.


La protagonista de la foto, afirmó que todo el mundo se sorprende y le cuestiona cuando le cuenta que tiene una foto con el dictador y que eso le ha quitado las ganas de contar la anécdota.


“Por suerte el tiempo se hizo cargo de que la imagen en un momento dijera una cosa y en otro, otra cosa. Yo no guardo nada con cuidado. Nunca. Pero esa foto era especial. Y la guardé porque era algo más que la foto. Marcaba una época. Marcó mi vida. Porque si hubiera sido el Papa para mí sería una foto más. Pero acá desaparecieron miles de personas, se robaron bebés”, reflexiona el fotógrafo.

Por su parte, María Eva al mirar la foto, piensa y dice “¿Saben que veo? Veo a una nena linda con un personaje siniestro”.

*Por Redacción La tinta / Fuente: «La nena de la foto», Página 12

Palabras claves: Dictadura Cívico-Militar, Jorge Rafael Videla

Compartir: