Mi vecino el asesino: escrache a represor condenado suelto en barrio Panamericano
Por Redacción La tinta
A pesar de cargar con una condena a 21 años de prisión por haber sido encontrado responsable de 184 privaciones ilegítimas de la libertad y tormentos agravados durante la última dictadura cívico-militar, el represor Enrique Alfredo Maffei continúa viviendo sin inconvenientes en su casa de barrio Panamericano, en la zona norte de la ciudad de Córdoba Capital.
La situación viene siendo denunciada por la organización H.I.J.O.S. Córdoba desde el año pasado. Desde que fue condenado el 25 de agosto de 2016 en la Megacausa La Perla – Campo La Ribera, el represor de 75 años gozó de libertad -hasta que el fallo quede firme-, lo que le permitió moverse a pie o en su automóvil por el barrio.
En este contexto, H.I.J.O.S retomó una práctica que supo identificar a la organización a mediados de la década del ’90. La agrupación comenzó a realizar escraches en 1995 cuando los genocidas fueron puestos en libertad gracias al indulto concedido por el entonces presidente Carlos Menem. Este método de participación social -por el cual alertaban en el barrio que eran vecinos de un asesino de la última dictadura cívico militar- se utilizaba en un contexto de impunidad, donde no existía la posibilidad de justicia. El lema era: «Si no hay Justicia, hay escrache». Hoy vuelve a tener sentido.
«Volvemos a escrachar porque quieren volver a imponer impunidad; porque no hay nada más peligroso, nada más inseguro que tener un genocida de vecino. Volvemos a escrachar porque un genocida suelto es una amenaza para todos y porque son beneficiados criminales de lesa humanidad, que siguen sin decir qué hicieron con los desaparecidos, ni a quiénes entregaron nuestros hermanos nacidos en cautiverio. Volvemos a escrachar para que todo el mundo les conozca la cara, para que no puedan violar la prisión domiciliaria», expresaron desde la organización HIJOS Córdoba.
Cerca de cincuenta personas se reunieron este miércoles en la plaza del barrio Panamericano para concentrar allí e informar a los vecinos quién es el hombre octogenario que vive en calle 15 de Septiembre al 3240 y que tal vez se crucen en la vereda o el almacén barrial. El grupo de manifestantes se movilizó junto con integrantes de la murga Los Gloriosos de Alta Córdoba hasta el domicilio del represor, que se encontraba fuertemente custodiado por una veintena de efectivos de la Policía.
Enrique Alfredo Maffei integró los grupos de tareas de los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio dependientes del Ejército en la provincia de Córdoba, particularmente, el que operaba en “Campo La Ribera”. Se encuentra retirado del Ejército como Personal Civil de Inteligencia, tarea que desempeñó en el Destacamento de Inteligencia 141, desde el 1 abril de 1976 hasta su retiro en septiembre de 1989.
«Hace 15 años que vivo acá y no sabía quién era. Es extraño, hasta hoy era un vecino común. Debería estar preso», expresó uno de los vecinos que vive a pocos metros del genocida. «Yo sé quién es, pero no me meto en esas cosas. Me da miedo. Nosotros no nos metemos», comentó otra señora del barrio.
Maffei está actualmente siendo juzgado en el décimo juicio que se realiza en Córdoba por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar. El fiscal federal Maximiliano Hairabedián solicitó recientemente una condena contra Maffei (10 años) y otros doce represores por crímenes cometidos contra 61 víctimas en centros clandestinos de detención que funcionaron en la provincia entre febrero de 1975 y mayo de 1978. Entre otras imputaciones, los acusados responden por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos, homicidio, abuso deshonesto y violación agravada.
Los alegatos continuarán el 20 y 21 de este mes y el 3, 4 y 16 de abril próximo con las defensas, mientras que el 17 de abril podrán ejercer el derecho a últimas palabras los imputados antes del veredicto de los jueces federales.
* Por Redacción La tinta / Imágenes: Colectivo Manifiesto