Ganarle al patriarcado
La composición de la imagen pone la tensión en el centro, en el que se ve la convicción de ella, a quien nada la detiene, y deja atrás la frustrada acción violenta de un hombre viejo. Ella es Kathrine Switzer y es la primera mujer en correr en la maratón de Boston. El hombre es Jock Semple, uno de los comisarios de la carrera y está intentado detenerla. Es el 19 de abril de 1967 y por primera vez una mujer participa de una maratón de estas características de manera oficial.
Por Redacción La tinta
Si bien el año anterior una mujer había logrado correr sin inscribirse, Switzer fue la primera en lograr hacerlo de manera oficial. Junto con su entrenador, se dio cuenta que en las reglas y en el formulario no decía nada sobre el género. La corredora se inscribió con sus iniciales, por lo que los organizadores supusieron que era un hombre.
Los primeros kilómetros fueron sin problemas para la competidora, dado que por el frío, su atuendo hacia que se pierda en el monopolio masculino. Pero la prensa se dio cuenta y comenzó a fotografiarla, lo que hizo que llamara la atención de los comisarios de la carrera que se desplazaban en un camión. Uno de ellos descendió e intentó detenerla, pero con la ayuda de su novio y su entrenador lograron evadirlo.
Sobre ese momento Switzer recordó “de repente, escuché detrás de mí el sonido de unos zapatos de cuero, claramente no eran zapatos para trotar. Y vi a este hombre de mirada furiosa. Fue aterrador. Me tomó por los hombros y me empujó hacia abajo, y trató de quitarme el número del pecho. `Sal de mi maldita carrera y entrégame esos números’, dijo. Y aunque me dio mucho miedo, mi novio lo tomó y sacó de fuera de la carrera”.
Durante gran parte del trayecto, Switzer masticó la bronca que le provocó este hecho, pero logró sobreponerse, porque su objetivo era terminar la competición y demostrar que las mujeres podían estar y participar en esos eventos.
Su carrera marcó un precedente y un cambio en su vida para siempre. Después de cruzar esa meta, siguió una lucha y una militancia de 40 años en el feminismo dentro del deporte. En 1984 logró que el Comité Olímpico Internacional incluyera a la competencia el maratón femenino.
Switzer dijo sobre su experiencia: “Cuando la terminé, sentí que tenía un plan de vida, una meta, un propósito para cumplir. Me sentí plena también porque corrí mi primera maratón bajo las circunstancias más difíciles, y después de eso nada más sería tan duro”.
*Por Redacción La tinta