«Tenemos el deseo de protagonizar la lucha en defensa de todo nuestro pueblo»

«Tenemos el deseo de protagonizar la lucha en defensa de todo nuestro pueblo»
5 marzo, 2018 por Redacción La tinta

Entrevista a Belén Rozas, integrante de la CTEP. “Este 8 de marzo marcharemos desde nuestra identidad de trabajadoras, con una barredora adelante que se pronunciará contra las reformas laboral y provisional y contra el ajuste”.

Por Mariano Pacheco para La luna con gatillo

Se acercó a la militancia –como tantas, como tantos- más por el rock que por cualquier otra cosa, asistiendo a algún recital realizado por una organización política. De allí que recomiende escuchar la banda Eterna inocencia.

Es de la generación que creció viendo los films de Harry Potter y las interminables temporadas de Los Simpson. De hecho lleva a Bart y a Lisa tatuados en su cuerpo (“la Lisa rebelde”, aclara, ya que el personaje no figura entre sus favoritos). También tiene tatuado en un brazo la frase “Nuestra Sierra Maestra es el Conurbano”. Es de las que se formó leyendo los tomos de La voluntad, el libro de Martín Caparróz y Eduardo Anguita que en los años 90 recuperó las historias de la militancia revolucionaria en la Argentina de las décadas del 60 y del 70 y que desde entonces no dejó de reeditarse.

Belén Rozas tienen 24 años, supo estudiar diseño gráfico y actualmente es militante de la OLP-Simón Bolívar. También integra los Encuentros de Feminismo Popular en Buenos Aires y forma parte de la Secretaría de Mujeres y Diversidad de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). En esta conversación con La luna con gatillo, sostenida en el clásico bar porteño La Giralda, Belén repasa las luchas feministas y populares del último año y medio, y el papel que las mujeres vienen conquistando en la Argentina contemporánea.

¿Qué evaluación haces de la singularidad de este 8 de marzo?


—Este año viene con muchísima fuerza. Va a ser un Paro Internacional que, al menos hasta ahora, ya está confirmado que se realizará en por lo menos 50 países. En Argentina hay muchas más compañeras (pibas, lesbianas, trans, travestis) que están participando a lo largo y ancho del país de las actividades previas y también hay mucha presencia de la juventud. Y eso es porque en este país el movimiento feminista viene pisando cada vez más fuerte, marcando un camino para otros sectores, mostrando una amplísima unidad e incluso con otros sectores o en otros lugares del mundo se toman las mismas metodologías de construcción.


—Y en los movimientos sociales, en las experiencias territoriales y de la economía popular de la que vos sos parte, ¿cómo se viven estos momentos previos al 8 de marzo?

—Las trabajadoras de la economía popular venimos haciendo asambleas en los territorios, en las unidades productivas, reconociéndonos también nosotras como trabajadoras, pero con la especificidad que decimos que tenemos triple jornada laboral: la del trabajo en la rama en que nos desempeñamos, la del trabajo doméstico y la del trabajo comunitario, sea en un comedor o merendero u organizando una movilización. Por supuesto que esta especificidad hizo que complejicemos nuestros modos de adherir al Paro Internacional, porque la realidad es que hay muchas compañeras que se veían imposibilitadas de adherir, porque si ese día no trabajan se quedan sin un ingreso. Entonces estuvimos discutiendo, tratando de encontrarle la vuelta para ver que quienes puedan parar lo hagan, y otras tal vez que no puedan dejar el trabajo sí puedan ser acompañadas por compañeros que se hagan cargo de esas tareas para no perder el ingreso y para que nosotras seamos las protagonistas de esta jornada histórica. Por eso desde la Secretaría de Mujeres y Diversidad de la CTEP estamos haciendo un llamado a todo el arco sindical para poder unirnos y marchar juntas en el marco de un Bloque Sindical Feminista; poder confluir como se hizo en febrero, juntando mucho de lo que hace años o incluso meses no se podía juntar.

—Claro, a este Paro Internacional se llega con otro piso en relación al año pasado, ¿no?

—Sí, claro, el contexto de este año es diferente. Si bien el año pasado se llegó al 8 de marzo con las jornadas de movilizaciones de los dos días anteriores (esos tres días de luchas intensas que lejos de desgastarnos nos encontró con mucha fuerzas en las calles), este año es distinto, porque ya desde el vamos los preparativos vienen siendo mucho más masivos. Hay muchas compañeras que desde hace semanas ya vienen haciendo asambleas y actividades en sus territorios, que se sienten protagonistas de sus organizaciones e incluso, muchas mujeres que están participando que ni siquiera están organizadas en otras experiencias sino que se arrimaron a ser parte de estas jornadas.

Y en nuestro caso nosotras venimos con toda esa historia reciente: la de junio de 2015 con el grito de Ni Una menos contra los femicidios y la de la preparación del Primer Paro Internacional de Mujeres, que empezó en octubre de 2016 cuando asesinaron a Lucía Paredes en el mismo momento en que miles retornábamos del Encuentro Nacional de Mujeres. Y ahora con la intensificación de la lucha histórica por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Nosotras integramos la Campaña, que desde hace años se viene movilizando y haciendo actividades públicas en las calles para visibilizar el reclamo, que este año ha logrado mayor visibilidad. En muchos medios hegemónicos incluso, como en el programa de Jorge Rial, aparecieron representantes feministas con el pañuelo al aire, lo que permite una mayor amplificación del reclamo, y llegar a muchos hogares a los que antes no llegábamos. El pañuelazo fue una clara expresión, frente al Congreso de la Nación, de que la lucha por el derecho al aborto logra convocar a miles y miles de mujeres, lesbianas, travestis, trans que seguimos o empezamos a sostener bien en alto el pañuelo verde.

En ese marco este 8 de marzo está planteado que se de la posibilidad de tratar la Ley en el Congreso. Obviamente, es una jugada de Macri, por un lado para mostrarse a la izquierda de gobiernos anteriores, y por otro lado mostrarse con apertura, diciendo que cada cual decida “según su conciencia”. Y si bien puede ser una cortina de humo para vendernos y tapar otras cosas, no puede dejar de considerarse un momento de avance, un triunfo del movimiento feminista de nuestro país. Por eso hoy más que nunca seguimos reclamando y en la lucha por lograr el aborto legal, seguro y gratuito en Argentina.

Por otro lado, a todas estas fechas y luchas que nos reunieron y nos reúnen como movimiento feminista, debemos sumar las luchas más generales del año pasado, el 14, 15 y 18 de diciembre, las de febrero de este año, en donde se logró reunir gran parte del pueblo trabajador. Por eso este año nos hemos planteado ir más allá, no abandonar aquello por lo que venimos luchando, que nos dejen de matar, que dejemos de estar expuestas a la violencia a la que estamos expuestas, pero sí entender que también jugamos un rol más general, que venimos jugando un papel central en las luchas populares contra este gobierno y este sistema. Por eso este 8 de marzo marcharemos desde nuestra identidad de trabajadoras, con una barredora adelante que se pronunciará contra las reformas laboral y provisional y contra el ajuste, que son todas medidas que nos perjudican directamente. Y tenemos el deseo no solamente de defendernos a nosotras mismas sino también de protagonizar la lucha en defensa de todo nuestro pueblo.

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Foto: Colectivo Manifiesto

También integras los Encuentros de Feminismo Popular. ¿Qué podes contarnos de ese espacio?

—Sí, surge hace más o menos un año y medio, por iniciativa de nuestras compañeras de los colegios secundarios que integran la agrupación Simón Bolívar, para contar con un espacio de formación dentro del feminismo popular, desde el cual intervenir en los colegios y en los territorios, en el caso de las compañeras que están impulsando el trabajo de juventud en los barrios. Un espacio de intervención desde una perspectiva de clase. La idea es pueda ser un espacio justamente de encuentro, donde nos podamos reunir para hablar, escucharnos, formarnos, hacer un aprendizaje colectivo, ya que como siempre decimos, nadie nace siendo feminista, algo obvio pero que nunca tenemos que dejar de repetir, me parece. Así fueron surgiendo distintas actividades en los barrios, en los colegios, en donde hemos impulsado el año pasado la creación de un protocolo contra la violencia y la discriminación sexual. También se han incorporado compañeros trans, lo que nos parece muy importante, ya que aunque parezca mentira, aún se sigue discutiendo si el feminismo es un movimiento propio de las mujeres, sin integrar a otras identidades disidentes, como si nosotras fuéramos dueñas de algo.

Después, es un espacio desde el cual poder difundir nuestras ideas, y hablar en los territorios qué entendemos por feminismo. Porque ahora justo surgió esto de que, en las últimas semanas, el feminismo irrumpió con fuerza en los medios masivos, pero sino lo primero que surge en las barriadas, con las trabajadoras de la economía popular, es la pregunta misma qué es el feminismo y qué no es. Porque antes de esta coyuntura quizá lo que más se podía pensar de nosotras es que éramos un grupo de mujeres fanáticas que asesinamos bebés y rechaza cualquier figura masculina que se nos acerca.

Es un proceso lento, pero a partir de todo este trabajo muchas compañeras comienzan a reconocer las desigualdades y suceden cosas como que pibas de barrios cuenten que discutieron con el padre porque les dijeron que planchara alguno de sus hermanos, ya que ellas se tenían que ir a una reunión de los Encuentros. O surge el tema de los chicos, siempre pasa que hay muchas madres solteras jóvenes que no tienen con quién dejar a sus hijos para ir a las actividades y entonces la importancia de que las unidades productivas de la economía popular se puedan articular con propuestas comunitarias para el cuidado de las niñas y niños. Y así se van sumando temas: desde las casas-refugio para la mujeres en situación de violencia doméstica o la preocupación de la falta de jubilación para las trabajadoras de la economía popular. Por eso nosotras nos manifestamos contra la reforma provicional, o desde la CTEP venimos impulsando que pueda haber una asignación para las mujeres en situación de violencia.

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Foto: Colectivo Manifiesto

*Por Mariano Pacheco para La luna con gatillo / Foto de portada: Ezequiel Maskovich, Resumen Latinoamericano.

Palabras claves: CTEP, feminismo, Feminismo popular, Paro Internacional de Mujeres

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