La Rioja: las responsabilidades que no se tocan
Tras la muerte del aspirante a agente policial, Emanuel Garay, el Gobierno de La Rioja, a través del Ministerio de Seguridad y Derechos Humanos, ensayó una obra teatral en la cual se mostró tomando el toro por las astas, removiendo la cúpula de la Escuela de Cadetes, al Jefe de la Policía de la Provincia, y ocupando el cargo del Ministro de Seguridad que hasta entonces estaba en manos del superministro de Educación Juan Luna Corzo. Sin embargo, éstas son soluciones vencidas, que no solo se podrían haber tomado antes de lamentar la muerte de un joven riojano, sino que dentro del Ministerio de Educación hay responsabilidades que aún no se nombran.
En noviembre de 2002, el entonces Gobernador de La Rioja Ángel Maza firmó el Decreto N° 1030 en el cual se establece que la Subsecretaria de Gobierno, Justicia y Seguridad, a efectos de mejorar el nivel técnico y operacional de los egresados de la Escuela de Cadetes, promueve la creación de un Instituto Superior “Brigadier General Juan Facundo Quiroga”, que tendrá a su cargo la capacitación y formación superior de todo el personal de seguridad.
El mismo decreto asegura que la escuela cuenta con los planes de estudio aprobados por autoridades educativas, y que la Subsecretaria de Gobierno, Justicia y Seguridad y la Secretaría de Educación desarrollarán una gestión conjunta que fijará las pautas del funcionamiento de dicha institución. Más adelante, en el artículo 3, establece que el instituto se regirá por los reglamentos generales vigente para todos los Institutos Superiores de Nivel Terciario, con la adecuación de la especificidad de la carrera.
Las responsabilidades del Ministerio de Educación no terminan aquí, sino que fueron actualizadas en el 2014, con la aprobación de los diseños curriculares. La Resolución Ministerial N° 2004, de diciembre del 2014, establece en su Artículo 3, la vigencia del Diseño Curricular a partir de las cohortes 2012.
¿Hasta dónde llegaban las responsabilidades?
En el marco de la Resolución 140/11 del Consejo Federal de Educación -del cual La Rioja es parte- y como parte de las regulaciones necesarias para el funcionamiento de la Educación Superior, se establece la elaboración de un Régimen Académico Marco (RAM), normativa que se implementa en la provincia desde el 2012. A partir de ajustes y evaluaciones de esa norma, el 25 de febrero de 2015, el entonces Ministro de Educación Ciencia y Tecnología, Lic. Walter Flores (quien fue miembro del equipo docente de la Escuela de Policía), firma la Resolución MECyT N° 119 que regula todos los aspectos académicos de los Institutos Superiores de la provincia, ya sean de formación docente o técnica. La Resolución N° 119 entra en vigencia a partir del inicio del Ciclo lectivo 2015.
En su Artículo N° 4 delega a los diferentes institutos la elaboración de sus propios regímenes académicos institucionales y la eleven a la Dirección de Educación Superior para su aprobación.
Algunas preguntas sin respuestas
Si desde 2002 el Instituto es al menos en un 50% responsabilidad del Ministerio de Educación, ¿porque hasta hoy no se mencionaron esas responsabilidades?
En cuanto a la organización, seguimiento y evaluación del “Curso Introductorio”, ¿qué tienen para decir la Supervisora de Nivel, los directores de Nivel desde el 2002? ¿Alguna vez se hizo un seguimiento del funcionamiento de la Escuela? ¿Alguna vez existió esa comisión mixta a la que hace referencia el decreto de creación del 2002? Si hay una regulación, la Resolución 119/15 para todos los Institutos de Formación Docente y Técnica de la Jurisdicción, ¿porque hay aspectos que no se cumplen en la Escuela de policías?
Recordemos que esta semana se cumplieron tres años del femicidio de Romina Ríos, en manos de un cadete novel, quien la asesinara con un arma que le dio la propia Policía y que no había pasado el apto psicofícico. En ese momento tampoco se tocaron las responsabilidades de Educación.
Estamos convencidos que, a pesar de la obra montada, hay decisiones políticas que no se quieren tomar, y responsabilidades que no se quieren tocar.
*Por Cooperativa Voces