Raúl Montenegro: “La extensión de la vida útil de Embalse fue ilegal”

Raúl Montenegro: “La extensión de la vida útil de Embalse fue ilegal”
21 noviembre, 2017 por Redacción La tinta

Entrevista al biólogo cordobés y presidente de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (FUNAM) a propósito del intento de instalación de una nueva central nuclear en Río Negro y otros hechos relacionados.

Por Roberto Andrés para La Izquierda Diario

Raúl Montenegro es biólogo de la Universidad Nacional de Córdoba y desde hace años viene denunciando las irregularidades e ilegalidades en torno a la central nuclear Embalse, por lo que ha denunciado penalmente tanto a Julio De Vido como a José Aranguren. Participó activamente de la movilización en Viedma el pasado 9 de agosto.

Consultado por La Izquierda Diario, Montenegro responde: “En Argentina, buena parte del programa nuclear fue producto de gobiernos autoritarios, épocas de gobiernos militares, en los que se tomaron la mayor parte de las decisiones, y Argentina es un país que tiene gran cantidad de posibilidades con fuentes para la obtención de energía. Pero la principal fuente es el uso racional y el ahorro, algo que nunca ha sido puesto verdaderamente en práctica desde los gobiernos. La introducción de un programa nuclear como el que se produjo en su momento, fue responsable de un aumento de la deuda externa de argentina”.


“Fue realmente insensato, la mayor parte de los países del mundo no opta por la energía nuclear de potencia. Al revés de lo que se cree, de que es un símbolo de progreso, de adelanto, en realidad es prácticamente poner un sistema de un altísimo costo y volver tremendamente frágil al país que lo posee.


«Es decir, en el caso de Argentina, con todas estas posibilidades que tiene como país, nunca debió optarse por programas nucleares de potencia. Empezaron como decisiones militares apuntadas a fabricar la bomba. Nunca debemos olvidarnos de la LPR, el Laboratorio de Procesos Radioquímicos, cuyo objetivo era la extracción de plutonio 239 para la confección de bombas atómicas. Brasil y Argentina estuvieron en esta especie de lucha secreta. Brasil llegó a desarrollar incluso una base para ensayos de artefactos nucleares».

“Entonces, hay que tener claro que en Argentina hubo un comienzo muy confuso. En la isla Huemul se entró en época de gobiernos militares. A todo esta pesadilla que ha desarrollado al artefacto nuclear como parte de una carrera que tenía con Brasil. Entonces, como primer punto: desarrollar el programa nuclear en Argentina fue una aberración”.

“Segundo, no hay que olvidar su base de grandes gastos con una finalidad militarista fundamentalmente, de carrera por la tecnología. Y el tercer punto, es insensato el desarrollo por los altos costos: el kilovatio por hora nuclear es el más caro de todos los kilovatios que pudieran producirse cuando se toman en cuenta todas las instalaciones. Se desarrolló un programa en el que Castro Madero hablaba de diez centrales nucleares pero que terminó siendo solo Embalse, Atucha I y Atucha II».

«Lo vuelven al país tremendamente frágil, porque en caso de que esas centrales nucleares sufrieran el peor accidente o evento posible que es el nivel 7 en la escala de INES (International Nuclear Event Scale), como Chernobyl y Fukushima, tendría un impacto potencial de 500 a 700 km a la redonda alrededor de cada central, porque nadie sabe en qué sentido pueda moverse la nube de contaminación. Quedan invalidadas todas las actividades económicas, la vida cotidiana, el turismo, la educación. Todo se da vuelta, todo se destruye, y eso que los eventos nucleares no son “espectaculares”, porque la radiación no se ve, no se huele, no se palpa, no se siente. Entonces, ¿por qué es el rechazo? Porque no queremos que el país se vuelva ya más frágil de lo que es, y que no siga gastando cuantiosas cantidades de dinero en tecnología que es obsoleta y peligrosa”.

“Cristina Fernandez de Kirchner firmó los contratos antes de que hubiera evaluación de impacto ambiental y audiencia pública. Fue realmente escandaloso. Mientras que en EEUU una nueva central nuclear demanda por lo menos unos 12 años de estudio y evaluación, de los cuales tres años por lo menos son de consultas públicas, de opinión de la gente de las comunidades informándolos, acá, autoritariamente, sin estudio de impacto ambiental, sin audiencias públicas, se decidió que se iba a extender la vida útil de Embalse. La comunidad no participó en ningún momento. Hasta de hecho hubo una ley del parlamento que declaró de interés esta actividad, pero ninguna ley del parlamento implica que deban violarse las leyes que hay en Argentina, y se violaron de forma absolutamente escandalosa”.

“Nosotros hicimos tal presión sobre el gobierno de Córdoba, que es cómplice del gobierno federal y responsable de las decisiones, que ordena a Nucleoeléctrica SA (NASA) a que haga un estudio de impacto ambiental a destiempo, cuando ya estaban tomadas las decisiones. Se presenta el 31 de marzo del año 2016 el estudio de impacto ambiental para la extensión de la vida útil de un reactor nuclear, una situación mucho más peligrosa que si fuese un reactor nuevo. Me tocó estar en la audiencia pública en donde solo providencialmente evité salir herido, porque me atacaron sectores sindicales que habían sido convocados por las propias estructuras nuclearistas del Gobierno para apoyar el proyecto. En esa audiencia pública, ni siquiera se debatieron los temas centrales, y además era una audiencia pública de una decisión ya tomada, de contratos ya firmados y de tecnología que ya se estaba haciendo en ese momento. Entonces lo que pasó fue increíble. El 31 de marzo se presenta el estudio de impacto ambiental y en el mes de julio de ese mismo año ya estaba aprobada la extensión de la vida útil. Aprobada y evaluada por un equipo sin formación técnica dentro de la Secretaria de Ambiente de la provincia de Córdoba. Esto ha sido tan escandaloso, y tantos los riesgos para la gente de la provincia de Córdoba y provincias vecinas que presentamos una denuncia penal contra una buena parte del staff de la Comisión Nacional de Energía Atómica vinculados a la gestión de Cristina Fernandez y también al equipo de las mismas áreas pero ya de la gestión de Mauricio Macri».


«Hemos presentado la denuncia penal contra Julio de Vido y dentro de esta gestión contra José Aranguren, funcionarios en ambos casos que han impulsado un programa nuclear sin tener la más mínima formación técnica. Una de las tragedias que sufre Argentina es que las decisiones las terminan tomando gente sin ningún tipo de formación. Escandaloso en el caso del gobierno actual también. Entonces esta acción judicial la hemos iniciado contra todos los responsables de la extensión ilegal de la vida útil de Embalse. Nuestro abogado es Ricardo Moren Sanz”.


— Recién este año, el Concejo Deliberante de Zárate aprobó una resolución con la que reclama un Plan de Emergencia Nuclear para el distrito y que sea la provincia también el organismo que establezca un protocolo de seguridad y un plan de contingencia ante un escape radiactivo accidental. ¿Por qué recién ahora?

— Aclaremos la responsabilidad que ha habido en los organismos municipales de las zonas cercanas al parque de centrales nucleares (Atucha I, Atucha II, Carem 25). Nunca se preocuparon demasiado porque exista un plan ciudadano para enfrentar tanto los accidentes que pueden existir desde adentro como los eventos, por ejemplo, un acto terrorista. Es tan escandaloso el hecho de que Argentina no esté preparada para accidentes y eventos nucleares nivel 7 que desde FUNAM hicimos en 2011 un plan ciudadano para enfrentar accidentes y eventos nucleares. Hace rato que las autoridades deberían haber exigido un plan de emergencia, porque la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con la complicidad de la autoridad regulatoria nuclear, lo único que hacían eran simulacros para accidentes menores, nunca para el 7 y siempre a diez kilómetros alrededor de la central nuclear, lo que es verdaderamente ridículo porque el radio puede ser de entre 500 y 700 kilómetros en el caso de un accidente nivel 7.


Argentina no está preparada para un accidente o evento nuclear (cosa que no ha constituido obstáculo para que la gestión de Macri haga estos insensatos acuerdos para nuevos reactores nucleares), ni siquiera tenemos sistemas hospitalarios de máxima complejidad preparados para el peor accidente posible, lo que no me cabe ninguna duda implicaría una mortandad muy alta.


En el caso de Embalse de Córdoba, que lo conocemos muy fehacientemente porque pudimos tener acceso a una reunión realizada por la propia gente del organismo regulatorio nuclear, por lo menos hasta hace un año no estaba armado todo el sistema de salud para el caso de accidente. Pensemos que ya tenemos treinta años de reactor nuclear en un lugar donde no hay un sistema hospitalario formado.

Foto: Greenpeace

Lo que pasa en Argentina es escandaloso y en este momento una gestión como la de Macri, con gente muy ignorante en el Gobierno, con impericia y a su vez demasiado proclive a los negocios, termina siendo una combinación letal.

En Argentina la inseguridad que se observa en todos los reactores nucleares de potencia y en los reactores experimentales es máxima. Argentina se convirtió en un país completamente inseguro, no solo por el desmadre absoluto que reina en la CNEA, la autoridad regulatoria nuclear y en Nucleoeléctrica Argentina, sino también por un plan que es cada vez más peligroso, con riesgo de actos terroristas. Entonces la situación para nosotros es de inseguridad máxima, partiendo de la base de que la sociedad no está preparada para enfrentar el peor accidente posible.

Como tenemos una impronta militar muy fuerte en todo el programa nacional, hay mucho silencio y secretismo. No se sabe lo que pasa, no se comunica, y hay que hacer enormes esfuerzos para poder llegar a saber algo. Nunca ha habido por ejemplo una auditoria de la calidad de los aceros. Nosotros tenemos profundas dudas sobre la seguridad de los aceros con los que han sido hechos los reactores de Embalse. En el caso de Atucha I, ni siquiera se debatió demasiado todo el escándalo que derivó de los aceros de mala calidad.


Hay que tener en cuenta que en el caso de Embalse, al lado de la central nuclear de potencia, están localizados 30 años de residuos radioactivos de baja actividad. Es un combustible agotado. ¿Qué significa eso? La central nuclear tiene al menos varias barreras de seguridad, pero no le permite resistir un choque de un avión de gran porte, por ejemplo, un Boeing 767 cargado de combustible, por lo que un atentado terrorista ahí nos expondría a treinta Chernobyls potenciales. ¡No uno, sino treinta! Treinta Fukushimas en un solo sitio con todos esos depósitos secos.


Un ejemplo para que vean lo irresponsables que son los funcionarios de las distintas gestiones, y ni que hablar de la propia Nucleoeléctrica Argentina SA: hasta no hace mucho tiempo la Fuerza Aérea hacía ensayos de uso de armamentos en la pista de La Cruz, a escasa distancia de la central de Embalse. Piensen ustedes en el caso de Buenos Aires, tienen el centro atómico de Ezeiza. Está cerca ni más ni menos que de uno de los aeropuertos más activos de América del Sur. Es decir, en Argentina hay cosas que están hechas mal, de manera realmente escandalosa, y el riesgo y la vulnerabilidad que ha generado este plan sobre los argentinos tiene un alcance que si los ciudadanos verdaderamente lo conocieran, serían los primeros en pedir que se anulara por completo el programa nuclear.

— El pasado 9 de mayo, un delegado de Atucha, Damián Straschenco, fue envenenado con material radioactivo. Recibió a través del agua de una botella que tenía en su oficina sindical más de 132 milisieverts (unidad que mide dosis radiactivas) cuando el límite máximo es de 20 milisieverts en todo un año. Llevó el caso a la Justicia Federal y ahora fue despedido por Nucleoeléctrica Argentina SA. ¿Cómo explicas que pueda suceder eso?

— Analicemos lo que ha pasado: le colocan agua pesada contaminada radiactivamente, que ha estado en contacto con las partes activas del reactor. El que alguien pueda manejar agua pesada que ha sido contaminada radioactivamente, el que alguien pueda colocarla en un recipiente, el que un operario tome parte de esa agua y obviamente su organismo haya sido irradiado, muy posiblemente con fuentes que descargan partículas alfas, beta o radiación gama, es un escándalo dentro de otro escándalo. Porque de hecho, en cualquier lugar medianamente civilizado y con funcionarios con algún poco de idea y neuronas en funcionamiento, eso debió ameritar inmediatamente el cierre de la central nuclear para que se investigara este episodio. Pero vivimos en una Argentina con funcionarios de segunda, o en el caso de la gestión actual de tercera, que no tienen idea de lo que están manejando (porque obviamente Mauricio Macri lo más cerca que puede estar de la energía nuclear es haber visto una película, lo mismo digo para José Aranguren, que hasta se jacta de haber seguido un curso para poder entender más el tema).

Entonces, yo diría que esta ignorancia de la gestión actual y anterior pone en peligro a los argentinos de forma creciente. Afortunadamente, ya hay voces que se la hacen bastante difícil a los chinos, chinos que de hecho ya tienen a sus técnicos caminando por las playas, han estado paseando por Viedma. Es escandaloso que estén viendo en este momento lugares para localización, cuando están violando toda legislación al no realizar el estudio de impacto ambiental, ni audiencia pública y particularmente violando la legislación que indica que muchas zonas de Río Negro han sido declaradas zonas no nucleares por ordenanza.

*Por Roberto Andrés para La Izquierda Diario

Palabras claves: energía nuclear, Juan José Aranguren

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