“Ahora yo tomo mis propias decisiones, ahora yo decido”
Tuvo lugar la primera audiencia del juicio por jurados populares en el que Dahyana Gorosito y su ex pareja, Luis Oroná, son juzgadxs por la muerte de su hija recién nacida Selene. El primer día de audiencia se vio atravesado por el testimonio en primera persona de Dahyana, que repasó una por una las violencias a las que se vio sometidas durante su vida, su embarazo y su parto. Oroná, en tanto, se abstuvo de declarar, y de los cinco testigos citados, sólo se presentó el policía Fernando Andres Ruggiero.
Por Cobertura Colaborativa #AbsoluciónParaDahyana
Este lunes se llevó a cabo en la Cámara 12 del Crimen la primera audiencia del juicio que tiene sentado en el banquillo de acusados a Dahyana Gorosito y a José Luis Oroná por la muerte de su bebé Selene en mayo de 2016. Dahyana, quien fue constantemente violentada por su ex pareja, obligada a parir en un descampado y le fue arrebatada su hija de sus brazos, debió sentarse a escasos metros de su agresor.
Para la Justicia, ambos debían enfrentar el juicio con la misma imputación: homicidio calificado agravado por el vínculo, cuya única pena posible es la de prisión perpetua. Ahora la responsabilidad de impartir justicia corre por cuenta de los jurados populares y el tribunal conformado por Ana María Lucero Offredi, Gabriela Bella y Gustavo Reinaldi.
Al respecto, el fiscal Mariano Antuña remarcó que los tribunales están obligados a evaluar la prueba conforme a la perspectiva de género, como lo indica la ley, la Constitución Nacional y los tratados internacionales. El funcionario judicial precisó que los hechos que se le imputan a Dahyana no alcanzan a describir la historia de violencia que tuvo que afrontar desde pequeña. “Es una foto que no muestra toda la película, que es más grande y viene de antes. Hay que tener en cuenta una serie de cuestiones, en particular la violencia de género”, expuso.
En definitiva, el fiscal destacó que es necesario reconocer si más allá del hecho reconocido por Dahyana, si más allá de su participación objetiva, “ella pudo haber hecho algo distinto o no de acuerdo a las circunstancias que vivía”.
Vale recordar, que en el fallo de elevación a juicio de la causa, los vocales también hicieron hincapié en la centralidad en esta causa de la perspectiva de género.
En este sentido apuntaron los abogados defensores de Dahyana, Sergio Job y Mariela Guevara, quienes describieron las situaciones de violencia y maltrato sufridas por la joven a lo largo de toda su vida, inicialmente en el seno de la familia materna y luego -desde los 14 años- en la vivienda de la familia Oroná, donde fue víctima de distintos tipos de violencia -física, psíquica y económica- por parte de José Luis, 10 años mayor que ella.
Para la defensa, hay elementos suficientes para demostrar que el 19 de mayo de 2016 y en los días que le siguieron, Dahyana actuó coaccionada, amenazada y violentada y aclaró que su acusación “no es por haber hecho algo, sino por haber omitido, sabiendo lo que ocurría, omitir deliberadamente y de esa manera consentir pasivamente la muerte de la beba”.
Dirigiéndose al jurado popular, la defensa concluyó que lo que cabe decidir es si Dahyana estaba en condiciones, en primer lugar, “de saber que efectivamente Oroná, el padre de sus hijos, iba a dejar morir de hipotermia a la niña -cosa que nosotros entendemos imposible- y en segundo lugar, decidir si ella estaba en condiciones, luego de haber dado a luz, de trenzarse en lucha o algo para impedir que se llevara esa niña de la que no tuvo más noticias hasta mucho tiempo después. Eso es lo nodal de la causa”.
Por su parte, la estrategia que eligió el abogado defensor de José Luis Oroná, Gastón Schönfeld, fue intentar desprestigiar la imagen de Dahyana ante el jurado popular (mencionó relaciones personales y afectivas de la joven) y plantear que no puede establecerse la presencia de Oroná en el lugar de los hechos.
En nombre propio: la declaración de Dahyana Gorosito
Cuando tuvo su oportunidad, Dahyana decidió declarar ante el tribunal, contar su verdad. Con apenas 22 años, Dahyana describió una secuencia interminable de violencias y múltiples opresiones que la llevaron a estar en una gélida mañana de mayo en un descampado teniendo a su primera hija mujer.
Su relato estremeció a todas las personas que se encontraban en la audiencia. A medida que iba repasando los hechos en su cabeza, la joven contó cómo sucedieron los hechos esos fatídicos días. El trabajo de parto la noche del 18 de mayo. Los dolores, las contracciones, la desesperación que hicieron que alrededor de las 7 de la mañana del 19 ante la negativa de Oroná de acercarla al hospital, saliera sola a pie hacia el dispensario. El momento en que Oroná la intercepta y la hace subir al auto, unas cuadras después, diciéndole que la llevaría al hospital, para dirigirse, en realidad, al descampado donde dio a luz a su beba.
El miedo. El llanto. Los gritos de Oroná afirmando que no quería a esa beba porque no era de él, que no la iba a tener. La rotura de la bolsa. El parto. Sola, a la intemperie. En el suelo, sobre un trapo, sin asistencia médica. El nacimiento de Selene. Limpiarle la carita. Envolverla, abrigarla. Oroná cortando el cordón con la misma tijera con que la amenazaba y llevándose a Selene. El desvanecimiento. El regreso a la vivienda, cerca del mediodía.
Los días posteriores, donde la obligaron -bajo amenaza de no volver a ver a sus hija Selene y su hijo Luisito- a denunciar en los medios y ante la Policía algo que nunca había sucedido: que su hija había nacido en el Hospital de Unquillo, que se la habían mostrado muerta, que ella se había ido voluntariamente del hospital y que no le entregaban el cuerpo. Luego comentó su internación por un cuadro infeccioso que pudo costarle la vida y su huida del hospital para ir a ver a su hijo Luisito el día de su cumpleaños y para recuperar a su hija.
Su relato que continuaba con fluidez desde hace varios minutos se quiebra de repente cuando recuerda el momento en el que se enteró que Selene no estaba viva, varios días después de haber dado a luz. Toma agua, respira e insiste. La noticia del hallazgo del cuerpo de su hija. Sola. Por la televisión de una compañera de cuarto del hospital. La cárcel. Uno de los aspectos que se destacan de su relato, es que mientras se difundía la versión de la desaparición de la beba, nunca tuvo la posibilidad de declarar sola ante ningún instancia administrativa, nunca pudo hablar con alguien libre de las presiones de Luis Oroná y su familia. Ni en el hospital, ni en la seccional policial. En la primera oportunidad que tuvo, en la ambulancia volviendo al hospital, contó todo.
Es difícil reproducir todo lo que dijo Dahyana. Pero elegimos transcribir las últimas palabras que dirigió al Jurado Popular y al Tribunal: «A lo mejor hoy me doy cuenta, porque antes vivía situaciones de violencia con mis padres. Y con él también. Y no me daba cuenta. Ahora yo tomo mis propias decisiones, ahora yo decido. Nadie me manda ni nadie me tiene a los golpes, ni nadie me discrimina. Ahora es otra cosa. Antes no podía ir al colegio y ahora sí. Ahora soy más independiente que antes. Con todo lo que me pasó, dos hijos perdí, porque tampoco lo tengo al otro. Todo lo que me pasó y ahora me doy cuenta de todas las cosas que tenía que decir, que era manipulada todo el tiempo. Hoy me puedo dar cuenta».
La conmoción que generó el relato de Dahyana -sin la presencia de Luis Oroná en la sala- provocó que la jueza Ana María Lucero Offredi pidiera un cuarto intermedio para retomar con los testimonios media hora más tarde.
José Luis Oroná, ante la pregunta de la presidenta del tribunal, se abstuvo de declarar y se limitó a su declaración original. «Lo que dice Dahyana es todo mentira”, fue lo único que afirmó ante el jurado. Según su versión, el día del hecho él se dirigió a trabajar y cuando volvió se encontró con Dahyana sin Selene. Oroná expuso que fue la joven la que abonó la versión de que había ido al hospital y le habían hecho mala praxis.
“Lo único que puedo afirmar con certeza es que tuvo familia ahí, en el descampado”
Finalmente declaró el único testigo presente de los cinco citados para esa jornada: el policía del Departamento Homicidios Fernando Andres Ruggiero, quien tuvo a cargo gran parte de la investigación. El resto de los testigos Alejandro Sanz Bidart (policía que recibiera la denuncia de la desaparición de la beba), Juan Carlos Ávalos (subdirector del Hospital de Unquillo), Ricardo Darío Herrera y Norberto Rodríguez (testigos de la defensa de Luis Oroná) no asistieron a la audiencia. Por pedido de Schönfeld, se acordó reprogramar las citaciones.
Por su tarea, Ruggiero estuvo presente en la mayoría de los procedimientos realizados, primero en la búsqueda de la beba supuestamente desaparecida y una vez hallado el cuerpo, en las indagaciones por su muerte. Estos incluyeron allanamientos al hospital de Unquillo y en reiteradas ocasiones a la vivienda de la familia Oroná, así como una encuesta vecinal.
Del testimonio de Ruggiero se desprende que:
– La investigación policial señala que efectivamente estuvo en el descampado y que dio a luz allí a su beba. En sintonía con el relato de Dahyana.
– Sugirió que la joven debería haber necesitado asistencia de alguien.
– La única certeza es que Dahyana salió sola de su casa. No hay certeza que ella hubiera llegado hasta allí por voluntad propia y no forzada. En sintonía con el relato de Dahyana.
– La técnica de luminol (que permite identificar material genético, como sangre) evidenció varias muestras compatibles con sangre en el vehículo Renault 12 que manejaba Oroná en mayo de 2016.
– El cuerpo de Selene en la casa Oroná fue hallada en el cuarto allanamiento en el lugar. Ruggiero manifestó que es muy poco probable que el cuerpo haya estado allí en esas instancias, “porque el personal busca en forma insistente o meticulosa en todos los recovecos”. Lo que indica que alguien más llevó con posterioridad el cuerpo de Selene, mientras Dahyana estaba en el hospital.
– Escuchas telefónicas: la transcripción de la llamada en que dos integrantes de la familia hablaban acerca de la posible contratación de un abogado para Luis y para su hermano Jesús. Ruggiero recordó que dijeron que «el abogado les cobrara 1000 pesos para defenderlo a Luis, 1000 para defenderlo a Jesús y les proveía de dos testigos para que digan que lo vieron salir, Sergio y la Negra, que dijeron que sí, que no había problema».
La audiencia terminó con esta declaración alrededor de las 15:30 hs., momento en el que Dahyana y quienes la acompañaban se dirigieron a los gacebos instalados en las puertas de los tribunales donde la esperaban compañerxs de distintas organizaciones. Dahyana salió tranquila, sabiendo que ese día -al fin- su palabra había podido hacerse lugar. Para este martes se espera la declaración de ocho testigos.