Triple estigmatización en Salud Mental: por ser mujeres, pobres y usuarias

Triple estigmatización en Salud Mental: por ser mujeres, pobres y usuarias
5 octubre, 2017 por Redacción La tinta

Por Macarena Herrera y Ernesto Trejo para La tinta

La temática de Salud se discute desde siempre, donde el discurso médico hegemónico es transversal, aceptado y naturalizado por una parte de la población. Pero, en los últimos años, Córdoba se posicionó como pionera en la lucha por la Salud Mental, desde una perspectiva integral e interdisciplinaria. Se reclama, entre otras cosas, por una efectiva aplicación de la ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 y provincial N° 9.848, así como también para que se escuche la voz de lxs usuarixs, siendo estxs uno de los pilares fundamentales.

Es en este contexto que se organiza la 4ta Marcha por el Derecho a la Salud Mental. Son parte de la comisión organizadora de la misma Jaschele Burijovich y Cecilia Berra, que a su vez forman parte de Confluir, la asociación de usuarixs de Córdoba, y trabajan en el Hospital Neuropsiquiátrico provincial. Además, entre sus investigaciones cuentan con estudios sobre la problemática de la Salud Mental con perspectiva de género y estudios epidemiológicos sobre el malestar psicológico de las mujeres.

Esperamos que estos fragmentos sean disparadores de muchas preguntas más, como suele pasar siempre que nos interesan temáticas que no tienen la visibilidad social que deberían tener.

—¿Qué implica ser mujer y transitar los espacios de Salud Mental como profesional?

—Hay algunos estudios epidemiológicos que tienen que ver con el lugar de las mujeres en la Salud. Si bien las mujeres son mayoría en todos los espacios de Salud, y por sobre todo los espacios Públicos, no así en relación a los cargos de conducción. Y esto también se replica a las especialidades. Generalmente, es en las especializaciones más “prestigiosas” donde hay más médicos varones, como Cirugía. En Salud Mental, por ejemplo hay más mujeres que varones, aunque los psiquiatras varones tienen más prestigio que las mujeres psicólogas.

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—¿Qué derechos se ven vulnerados cuando las mujeres acuden a los servicios de Salud Mental?

—En realidad se vulneran derechos en otras ramas de la medicina también, como la violencia obstétrica, en donde se dan situaciones de violación a la intimidad, de la privacidad, no hay consentimiento informado, y que son cosas que dentro de Salud Mental se replican. El problema acá es que además de ser mujeres, sufren algún malestar psíquico, y son pobres, hay mucho estigma encima de ello. Al pensar en el servicio de Salud Mental, en la internación por ejemplo, la condición de sufrimiento psíquico, produce una vulnerabilidad muy alta. En la medida en que no se trate especialmente estas situaciones se corren varios riesgos, y esto no está siendo visibilizado.

En el caso de lxs niñxs es similar. Cuando hay alguien que es menor de edad se interna acá, que no debería suceder, con alguien que pueda cuidarlx. Y este no es el caso de las mujeres.

—¿Qué correlación existe entre los roles socialmente impuestos hacia las mujeres y la problemática de Salud Mental?

—Hicimos distintos estudios epidemiológicos, algunos estudios poblacionales, en base a encuestas a toda la población de la ciudad de Córdoba. Y también hicimos estudios a grupos poblacionales específicos.


En todos ellos, el malestar psicológico es mayor en mujeres que en los varones y está asociado a los roles atribuidos de género, que tiene que ver con la doble o triple jornada de trabajo, con toda la discriminación laboral, todo el esfuerzo que hacen las mujeres para acceder a cargos de mayor responsabilidad, y que son ambientes que son más hostiles y esto genera mayor esfuerzo. También está ligado a cuestiones como los ideales de maternidad, fertilidad, el “ser para otros”.


Estas formas en las que está socializada la mujer, producen angustias que los servicios de Salud Mental no terminan de escuchar, y medicalizan la situación. Un punto aparte tiene que ver con la violencia de género, hay concepciones entre las corrientes de atención en Salud Mental que no solamente no escuchan las situaciones de violencia de género, sino que devuelven la pregunta a la mujer.

La socialización de los roles de género para la mujer, supone un plus de sufrimiento. Por ejemplo, que haya dos o tres niñxs en la casa, está asociado al malestar psicológico, pero está tan naturalizado, que ese plus, no se escucha. Entonces, para una mujer que está a cargo del cuidado de chicxs, del hogar, de su trabajo, supone lo que hablábamos anteriormente como doble jornada laboral.

mujeres-genero-salud-mental4Con la medicalización, lo único que se logra es atender al síntoma, y no a otras causas que emergen de lo social. O se atribuye a cuestiones biológicas, como la menopausia, cuestiones hormonales, o hasta incluso en el lenguaje común como adjetivos “la loca de la casa”. Esta situación también se da entre los profesionales, además que es una práctica que se da en la sociedad, que los servicios de salud mental reproduzcan la invisibilización del problema de las mujeres es una falla estructural.

—¿Qué medidas pueden llevarse a cabo para intervenir en estas problemáticas, visibilizarlas y encontrar espacios de abordaje?

—Nos parece que no hay una situación en particular a abordar. Hay muchas cuestiones que están invisibilizadas, entonces el primer paso es encontrar estrategias para visibilizar estas problemáticas. Por ejemplo, en los Encuentros Nacionales de Mujeres, están empezando a realizarse talleres sobre Salud Mental y Mujeres. Después están las capacitaciones específicas, y acá es importante que los distintos colectivos sociales y organizaciones estudiantiles y políticas, incluyan dentro de su agenda estos temas. Esta es una de las formas para transformar. También desde los ámbitos académicos se deben especializar en estos debates, ya que hasta ahora no hay tanta producción.

La situación de la Salud Mental es un tema que nos involucra a todos y todas. El Estado es responsable de haber invisibilizado estas temáticas, pero a su vez es una tarea de la sociedad dejar de mirar para el costado. Así, tanto las organizaciones sociales y políticas, como los medios de comunicación (hegemónicos o alternativos) deben estar interpelados en los tratamientos responsables de estas problemáticas, su difusión y capacitación de las mismas.

A pesar de que la situación de la Salud Mental sigue siendo hostil, las mujeres adquieren un rol protagónico dentro de las luchas por el reconocimiento de sus derechos. Es así que creemos que una de las formas de que estas problemáticas adquieran relevancia e interés social, es empezar a caminar estos espacios en conjunto con las compañeras.

* Por Macarena Herrera y Ernesto Trejo, integrantes del Colectivo por el Derecho a la Salud Mental, para La tinta.

Palabras claves: desmanicomialización, equidad laboral, Salud Mental

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