La radio: el activismo político y poético de las feministas latinoamericanas
Por Celeste Farbman para La tinta
A las 9 de la mañana la cita era Floresta. En el baúl del auto se debía meter todo lo que entrara: dos cajas potenciadas enormes, cables y “pitutos”, la bandera de la radio que luego se usaría de mantel, una mesita chica, la consola de exteriores, grabador, micrófonos y pies, una vieja luz de aire, pañuelos verdes a favor del aborto legal y un mate. En la plaza frente al Congreso, sentada en un banquito, Josefina esperaría que llegaran todas para empezar el armado. Para las diez de la mañana el equipo entero estaba listo y la radio abierta se ponía en marcha. Era 3 de junio de 2017.
¡Buenos días compañeras, comienza la radio abierta en el Ni Una Menos, porque vivas y libres nos queremos!
La del 28 de junio, en plena Marcha Contra los Travesticidios, fue desde arriba de un camión. Misma corrida, mismo auto cargado, otra voces. Nuevamente el colectivo de radialistas feministas ponía en movimiento el aire, desde la calle. Dos horas de radio por el derecho de las travas a vivir.
“La comunicación feminista implica apropiarse de algunas herramientas que el mismo patriarcado tiene para oprimirnos e intentar resignificarlas en esta lucha contra las opresiones, para tratar de decirle al mundo qué es lo que queremos” –afirma Daniela García, una de las fundadoras de la radio colectiva y feminista por internet, Red Nosotras en el Mundo-. “La radio, dentro del mundo de la comunicación, es aquella herramienta a la que las feministas más le hemos puesto el cuerpo”, cierra Daniela con perfecto tono cordobés.
El movimiento feminista siempre comunicó, de eso no hay dudas. Desde sus primeras expresiones públicas hasta hoy, se manifestó con movilizaciones, consignas, proyectos de Ley, obras de teatro, músicas y toda la variedad de posibilidades que podamos imaginar. Comunicó a través de recursos artísticos y se apropió de los medios audiovisuales -sobre todo la radio-, para meterse justo ahí, donde las tramas culturales y de producción social del sentido naturalizan el patriarcado en el lenguaje y en todas las prácticas de la vida cotidiana.
Radio analógica, por internet, o en la calle, son diferentes versiones de este activismo donde lo importante –según la Red Nosotras en el Mundo- es que allí “están nuestras voces y discursos, hablando en primera persona, sin interpretaciones de lo que nosotras queremos decir, compartiendo las potencialidades de cada una, haciendo un proceso de aprendizaje mutuo.
Pero, ¿qué tiene la radio que se transformó en un recurso estratégico para las feministas comunicadoras? Para las especialistas y activistas en comunicación y feminismo, la radio, como dispositivo, logra algo que los otros instrumentos mediáticos no pueden: acceder, en un tono cercano e íntimo, a la vida cotidiana de las mujeres, lesbianas, trans y travestis.
“Muchas empezamos comunicando en las calles y los seguimos haciendo; pero la amplificación de la voz –además del megáfono- fue por primera vez en la radio, ni siquiera en los boletines escritos”, reflexiona Claudia Korol, comunicadora y educadora popular feminista. La memoria del movimiento, los encuentros, congresos y conferencias, las voces de las activistas, sus registros, luchas y debates, quedaron archivadas para siempre en las ondas sonoras hertzianas.
“Alerta, alerta, alerta que caminan, voces feministas por América Latina”
Maru Chavez es Mexicana, comunicadora y feminista. Desde SIPAM (Salud Integral para la Mujer) impulsó -junto con otras organizaciones de periodistas y derechos de las mujeres como Comunicación e Información de la Mujer, CIMAC, y Mujeres en Frecuencia- la primera radio comunitaria y feminista en la capital azteca. Durante los meses previos al otorgamiento de la frecuencia 106.1 a “Violeta Radio” por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones, Maru decidió consultarles a las mujeres de la ciudad si era importante para ellas contar con una emisora que abordara sus problemas. Fue a los mercados, encuestó a las mujeres, y la respuesta no dio lugar a dudas: sí.
México no es un país fácil para las mujeres periodistas. Según el informe “El poder del cacicazgo” elaborado por CIMAC en 2016, entre el 2014 y el 2015 la violencia contra las comunicadoras aumentó en un 70% respecto los dos años anteriores. “Desde 2002 y hasta 2015 hemos registrado y documentado 331 hechos violentos en contra de las periodistas por su labor profesional y 13 casos de feminicidio. En los últimos dos años se registraron casi la mitad de todos los atentados”, comenta el informe. En este contexto, el desafío de montar una emisora habitada por feministas y con enfoque de género, se multiplica.
“En Nicaragua, por ejemplo, solo existen unas dos o tres radios que están trabajando de cerca el tema de género. Una de ellas es Radio Vos, en Matagalpa, que les da lugar a las mujeres y las niñas. Nosotras estamos imprimiendo los cambios que se necesitan en los medios de comunicación”, aporta Wendy Quinteros, actual vicepresidenta de la Red de Mujeres de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias -AMARC- América Latina y Caribe.
Una de las experiencias más importantes que tuvo el feminismo en el campo de la radiodifusión fue la creación en Costa Rica de la Radio Internacional Feminista, FIRE. FIRE, que aún sigue funcionando aunque con menos frecuencia, es una emisora activista online que ofrece información y noticias sobre derechos humanos a nivel global desde una perspectiva feminista. Su objetivo es cubrir las grandes asambleas, reuniones y acontecimientos, tanto regionales como internacionales, del movimiento feminista. La puesta en valor de las voces de las mujeres, lesbianas, trans y travestis, frente a la ausencia casi total de ellas en los grandes medios de comunicación, justifica la envergadura de este proyecto.
La periodista costarricense y miembro durante más de 10 años de la Radio Internacional Feminista, Andrea Alvarado, se apura en afirmar que “la comunicación feminista debe promover y destacar el aporte de las mujeres en todo lo que se hace en la sociedad. Eso se logra no solo incorporando un lenguaje inclusivo, sino partiendo de la posición política de quien comunica. Es una apuesta para construir nuevos modos de hacer comunicación, es garantizar que los medios no interpreten lo que las mujeres piensan, sino que transmitan directamente aquello que las mujeres están reclamando, que sean vehículos de información y no interpretadores. La comunicación feminista busca protagonizar a las mujeres escuchando sus propias voces”.
En esta pretensión por elaborar contenidos alternativos, desde otras concepciones, las feministas construyeron redes, potenciaron sus voces en un sentido metafórico y real. Es constitutivo del feminismo en el cual se inscriben organizarse con otras, porque hacer radio feminista es también un momento de encuentro con distintas miradas, de complicidades compartidas entre compañeras, amigas, vecinas, hermanas, colegas, socias en esta búsqueda de alterar el orden establecido proponiendo y creando nuevos modos de habitar el mundo.
Esta búsqueda, que tiene tantos años como el propio patriarcado, se da en el plano de lo público (los medios de comunicación, las instituciones), y también pretende inmiscuirse en el orden de lo privado, en los vínculos, en la posibilidad de entablar con otras mujeres lazos de sororidad y empatía, que recuperen la capacidad de sentir que el dolor de la otra es el propio, que las alegrías compartidas son más grandes, y que en lo blando está lo fértil y es allí donde las feministas saben sembrar.
El gran hallazgo de la comunicación feminista es haber podido traducir los saberes que el movimiento supo construir en términos de batalla cultural y política a un discurso radiofónico, pero también reconocer como propios y transformar el amor, la solidaridad, las sensaciones, la emoción, la fuerza y la percepción, en contenidos y enfoques feministas para la producción radial.
*Por Celeste Farbman para La tinta.
