Patota de la UTA en acción: impidieron escrache a la empresa TAMSE
Trabajadoras cesanteadas de trolebuses se manifestaron este miércoles para exigir la reincorporación de los 183 despedidos después del conflicto iniciado en junio pasado. En medio de la marcha, un grupo de personas las increpó y les impidió llegar a la sede de la empresa municipal. Según denuncian las trolebuseras, se trata de choferes despedidxs que ahora actúan como patotas pagadas por el gremio.
Por Redacción La tinta
Choferes y conductoras cesanteadas del transporte urbano realizaron este miércoles una concentración en la Plaza Panamericano, con la intención de marchar hacia la empresa TAMSE Trolebuses para realizar allí un escrache, denunciar distintas irregularidades y reclamar una vez más la reincorporación de los 183 despedidos.
Se trata de las trabajadoras que fueron cesanteadas a raíz del conflicto que comenzó en junio pasado, cuando realizaron un paro para reclamar por un aumento salarial y elecciones libres en UTA.
En medio de la movilización, un grupo de personas que las trabajadoras de trolebuses identificaron como patotas pagas por el gremio increparon a lxs manifestantes, y mediante golpes y agresiones les impidieron el paso.
Alrededor de las cinco de la tarde, los y las manifestantes comenzaron a marchar hacia la sede de TAMSE y se encontraron con diez o quince personas que cortaban la calle Mariano Fragueiro para impedirles avanzar. Quienes integraban la columna de la manifestación recibieron golpes, gritos y agresiones, entre ellos Marcelo Marín, delegado de Aucor. Los efectivos de la Policía que se encontraban en el lugar no intervinieron.
“Nos convocamos en la Plaza Panamericana para hacer un escrache a la empresa y nos encontramos con que estaba toda la gente de UTA, otros despedidos, que nos impidieron pasar. Nosotros pasamos y ahí empezaron a pegarle al señor Marín. Hasta nosotras hemos recibido golpes”, contó Viviana Chiatti, una de las trolebuseras despedidas.
Desde las Trabajadores del Transporte en lucha por la Reincorporación denunciaron que se trata de un grupo de choferes despedidos de las otras empresas involucradas en el conflicto, que ahora reciben dinero del sindicato del transporte. “Era un escrache pacífico pero el gremio de UTA ya tiene una patota pagada, porque están pagos por el gremio, para enfrentar a trabajadores despedidos contra nosotras”, dijo Erica Oliva, delegada de TAMSE.
“Ellos se acercaron a increparnos y que demos la vuelta para que no lleguemos a la empresa. Lo que nosotras no entendemos es que gente que está cesanteada de otras empresas como Ersa y Aurcor venga a defender a Tamse Trolebuses. No hay ningún argumento ni sustento lógico para que ellos vengan a impedirnos un escrache a nuestra empresa”, dijo Érica después del ataque. Y agregó: “La UTA está usando a los cesanteados para todas estas artimañas con la promesa de que van a ser reincorporados”.
Antecedentes cercanos
Hace dos meses, un grupo de estudiantes de la asamblea Interfacultades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) fueron amenazados por una patota de la Unión Tranviarios Automotor cuando intentaban realizar un mural artístico frente a la sede sindical. “Se merecen que los fusilen contra un paredón”, expusieron ese día los custodios de la burocracia.
* Por Redacción La tinta / Imágenes: Colectivo Manifiesto