Tres años de plomo y una bandera roja y negra

Tres años de plomo y una bandera roja y negra
31 agosto, 2017 por Redacción La tinta

«Trienio en rojo y negro» es el título del nuevo libro de Roberto Perdía. Es también la excusa ideal para conversar con el autor sobre una faceta no tan conocida, que incluye anarquismo y resistencias de principio del siglo XX.

Por Redacción La tinta

Cae la tarde y en el local de la CTEP en pleno centro de la ciudad de Córdoba, la gente empieza a acercarse y llenar el lugar. Varias generaciones de militantes reunidas en el mismo salón, sentadas a la par, para escuchar lo que Roberto «el Pelado» Perdía tiene para decir, que nunca es poco y siempre queda resonando.

Va una biografía rápida. Perdía es abogado y miembro de la Gremial de Abogados, pero todos lo conocemos por ser uno de los últimos comandantes Montoneros, el de la Contraofensiva del ’79. Figura controversial, como todo protagonista de las luchas populares, es ante todo un militante que ha entregado su vida a combatir las injusticias. Es por eso que cuando Perdía habla, escuchamos. Estaremos de acuerdo o no con sus lecturas, pero es la mirada de una sólida experiencia, construida y acumulada al calor de las luchas y resistencias de nuestro pueblo.

La visita de Perdía a Córdoba se da en el marco de las Cátedras Bolivarianas y la presentación de su último libro: «Trienio en rojo y negro» (Editorial Planeta), co-escrito con Horacio Ricardo Silva y prólogo de Osvaldo Bayer. La excusa ideal para conversar con el autor sobre sus miradas sobre una faceta no tan conocida: anarquismo, resistencias y represiones a principio del siglo XX.

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(Foto: Colectivo Manifiesto)

Radicales en el gobierno, anarquistas en el paredón

Trienio es un trabajo que intenta echar luz sobre algunas de las tantas luchas silenciadas por los relatos oficiales: la huelga de los Talleres Vasena conocida como la Semana Trágica, las huelgas de los peones rurales de la Patagonia Rebelde y la lucha de los trabajadores de La Forestal en el norte santafecino, ocurridas en los años 1919, 1920 y 1921, bajo el gobierno democrático de Hipólito Yrigoyen.

Son tres hechos clave en la historia de nuestro país que, al analizarlos en simultáneo, nos permiten entender cómo se consolidó el Estado Nación argentino y cómo se dio la integración al capitalismo mundial.

Para el autor es sumamente interesante desnudar las conexiones para entender la época: “A más de tres mil kilómetros de distancia, tres grandes luchas muy semejantes, con protagonistas más o menos similares de un lado y del otro –el trabajador organizado de un lado, el sistema estatal del otro-, la aparición de elementos “nuevos” y que luego se repiten en la Historia como la Liga Patriótica (la triple A de los tiempos posteriores), bajo un gobierno elegido por el voto. Y la presencia hegemónica del anarquismo”.

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Foto: Colectivo Manifiesto

La pregunta es inevitable: “¿Qué tiene que ver el criollaje de La Forestal, o los trabajadores patagónicos con el anarquismo?”, comenta Perdía, para adentrarse en uno de los puntos más interesantes de su investigación: la vinculación histórica entre el ideario anarquista y lo que llaman el gauchaje.

Perdía la denomina como Modelo de producción gauchesco: “Los criollos vivían en la pampa, carneaban su vaca, vivían a la intemperie, había agua, sol, tranquilidad y guitarra. Fueron 200 años con libertad absoluta. Formaron toda una corriente de pensamiento, si se quiere”.

Esas ideas libertarias del gauchaje permiten que cuando llegan los inmigrantes, con las ideas anarquistas de Europa, rápidamente arraiguen en los sectores sociales combativos de la época. Y eso demuestra que lo que parece tan extraño, no lo es”, afirma Perdía.

Valores libertarios

“Yo no sé cuánto tienen de anarquistas las luchas actuales”, se pregunta Perdía, pero entiende que hay valores que marcaron y marcan una ética militante: “Los valores que vienen de aquella época animan el espíritu de gran parte de la militancia más dura de estos tiempos”.

“Recordemos por ejemplo el V Congreso de la FORA donde se aprueba el Pacto de Solidaridad, en el cual cuando una fábrica o un sector entraba en conflicto, los demás sectores estaba obligados acompañar. Recuperar ese valor es vital si queremos realmente producir los cambios que soñamos”, afirma Perdía.

Valores que son pilares en el ideario anarquista: “Del mismo modo, el valor del trabajo como acto de libertad y no como forma de sometimiento. El valor de lo que significa la mujer en la sociedad. Es decir que hay una serie de valores que los movimientos sociales de estos tiempos, las fuerzas políticas, van incorporando y que tienen raíces en aquella época”.

La tierra y el capitalismo criollo

Otro de los puntos fuertes de Trienio es el análisis sobre el desarrollo tardío del capitalismo en el país a costa del exterminio indígena y la acumulación del capital por desposesión y despojo.


“Una cosa se corresponde con la otra. El capitalismo argentino no se instaló sobre un territorio vacío, se instaló sobre un territorio habitado que primero había que vaciar. Entonces lo vaciaron en la Patagonia y en el norte. Para después permitir que esa expansión de la frontera ferroviaria sirva de base para integrarla con el capitalismo mundial. Los que conocemos como La generación del ´80”.


Y en este análisis, la tierra se muestra como el nudo fundamental en las luchas de ayer y de hoy. “Esta Argentina, que tiene en el modelo agroexportador su núcleo vital, ocurre que no tiene a la tierra en su centro de análisis. Y a la oligarquía le interesa que sea así, que no se hable de la tierra, no sea cuestión que el pueblo se ponga a pensar lo que significa la tierra. Porque si traemos la tierra al primer nivel surgirían muchas preguntas inmediatamente: ¿de quién es la tierra? ¿qué pasa con ella? ¿cómo se produce? ¿para qué sirve? ¿Cómo se reparte?”.

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Foto: Colectivo Manifiesto

La burocracia sindical

En una coyuntura atravesada por el ajuste económico y un nuevo embate del capital sobre el trabajo, resulta indispensable conocer y repasar otras experiencias sindicales y de lucha obrera. Para el autor, es fundamental estudiar los procesos del pasado para “aprender de ellos, lo bueno, lo malo y de ahí sacar las directrices para ver por dónde avanzar”.


“Porque la cosa no ha terminado, no es una historia conclusa. Esa lucha se repite. Lo vivimos todos los días: los movimientos tratan de darse mecanismos para sacudirse de encima el aparato burocrático. Lo vivimos duramente nosotros en los ‘70 y se vuelve a ver de nuevo”.


Para Perdía es fundamental entender, entonces, que la lucha sigue. «Lo que queremos explicar es que no es contra tal o cual dirigente: es contra un sistema que tiene alianzas profundas con el sistema dominante. Lo que importa es recoger historias para que los compañeros más jóvenes encuentren que su lucha no es vana, ni nació ayer. Viene de bastante lejos en el tiempo. Y habrá que continuarla. Y esas banderas recogerlas”, concluyó.

*Por Redacción La tinta. Foto: Colectivo Manifiesto.

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Foto: Colectivo Maifiesto

Palabras claves: anarquismo, La Forestal, Montoneros, Patagonia Rebelde, Semana Trágica, sindicalismo

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