La fiebre del oro blanco avanza en Altautina, Conlara y La Estanzuela

La fiebre del oro blanco avanza en Altautina, Conlara y La Estanzuela
29 agosto, 2017 por Redacción La tinta

Las mineras australianas Dark Horse Resources, Latin Resource Ltd y Lepidico Ltd están realizando exploraciones en Córdoba, más precisamente en el Valle de Conlara y en Las Tapias, con la intención de encontrar Litio en pegmatita para concretar explotaciones a cielo abierto en un corto plazo. La actividad es impulsada por el Acuerdo Nacional Minero firmado recientemente en nuestro país.

Por Teresa Oliva para La tinta

El Ministerio de Energía y Minería de la Nación publicó en marzo de este año un informe en el que destaca que la empresa minera Latin Resourses -que ya cuenta con más de 100.000 hectáreas de concesiones de exploración de pegmatito en Catamarca y San Luis- se encuentra realizando tareas de exploración en los distritos Altautina, Conlara y La Estanzuela.

En simultáneo, otras 60 empresas extranjeras se encuentran realizando tareas similares de exploración en diferentes provincias del país, lo que demuestra el interés de la Argentina de participar en el mercado electrónico mundial.

El mundo demanda oro blanco

El litio u «oro blanco» como lo llaman en el mercado minero es usado especialmente para la producción de baterías para celulares y artículos similares. En menor medida, también se utiliza en el transporte (ante el agotamiento de los combustibles fósiles), y para la producción de vidrio, aluminio, aceites y psicofármacos para tratamientos bipolares.

Su potencial hizo que cada vez se utilizara más en la Industria y, por la misma razón, su precio en el mercado mundial subió, adquiriendo un valor estratégico para los países que lo encuentren.


Es de destacar una nota al pie del informe: “Cuatro empresas producen más del 80% del litio mundial: Albemarle, SQM, FMC y Tianqi. A su vez, unas 10 empresas (Panasonic, Samsung SDI, LG Chem, entre otras) concentran el 90% del mercado de baterías. En varios casos, estas últimas participan directamente (como parte accionaria) en las empresas productoras para asegurar la disponibilidad del insumo”. En su mayoría los capitales provienen de EE. UU, China y Australia.


En esto la Argentina está en una posición casi inmejorable. Según el nombrado informe de la Subsecretaría de Minería, el país se encuentra en el triángulo latinoamericano del litio junto con Bolivia y Chile, que conforma el cuarto yacimiento con mayor capacidad del mundo con un 16% de la explotación total. El Gobierno Nacional proyecta triplicar las exportaciones en cinco años por un valor de 880 millones de dólares y anticipa que esta cifra puede ser aún mayor, si el precio por tonelada trepa a los 13.000 dólares los próximos años.

Las dos minas de litio a cielo abierto del país, el Salar de Olaroz en Jujuy (representa la mayor proporción de extracción actual) y el Salar Hombre Muerto/Mina Fenix en Catamarca (desde 1997) planean duplicar su capacidad en el menor tiempo posible y con la misma infraestructura.

Organizaciones sociales y asambleas ciudadanas denuncian que las empresas multinacionales quieren aprovechar el aumento del precio del litio en salares (donde el grado de concentración es mayor), para hacer una explotación intensiva hasta que se agote el tope de rentabilidad coincidiendo con la baja del precio en el futuro.

En mayo pasado se difundió que hay varios proyectos de minas en el país con diferente grado de avance: se destaca en Jujuy el proyecto del Salar de Caucharí (empresa Lithium Americas con SQM Y JEMSES) de enorme capacidad de extracción; otra planta en el Salar del Hombre Muerto (por parte del grupo Galaxy Resources) y en Salta en el Salar del Rincón (Enirgi group).

El informe realizado por Mario Capello -trabajador de la Secretaría de Minería- resalta que además de estos proyectos, en Argentina existen otras 5 iniciativas en etapa de exploración avanzada, 12 en exploración inicial y otras 17 en etapa de prospección. En tanto que las exploraciones en los distritos de Conlara, La Estanzuela (San Luis) y Altautina (Córdoba) se encuentran en exploración geológica.

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La extracción de litio es altamente contaminante

El antropólogo y perito ambiental Néstor Omar Ruiz, integrante de la Asamblea Juntos Podemos en un Ambiente Sano, asegura que el peligro de las minas de litio está en el método que utilizan, bastante simple, que se trata de bombear las salmueras de los salares, ponerlos en piletones al sol para que se evapore el agua y se separe el cloruro de litio con el de potacio, agregándole cal para modificarle el ph al líquido. 


En ese proceso la cal se esparce por el territorio produciendo desertificación y serios efectos sobre los microorganismos del suelo, utilizando 8 millones de litros de agua por día. Existe otro proceso denominado «Electroquímico» –estudiado en la Argentina por Conicet con el Centro Tecnológico de Jujuy-que no utiliza agua pero las empresas multinacionales no lo aplican porque no es tan rentable por el nivel de inversión que implica. 


La responsabilidad cabe también sobre los diferentes gobiernos que no exigen que se utilice el método electroquímico. Se está gastando agua fósil, un recurso finito, no renovable, en lugares como Jujuy o Catamarca donde las lluvias son escasas.

En el caso de San Luis y Las Tapias la cantidad de agua utilizada sería menor, aunque el nivel de excavación que habría que hacer desaparecería montañas porque se llevaría a cabo en forma de pegmatitas, en piedras, junto donde se encuentra feldespato y cuarzo. Es decir, no sería tan contaminante como en los salares, pero toda minería a cielo abierto es contaminante, porque las multinacionales se van y dejan la desertificación y las piletas con desechos que se conectan con los ríos, envenenando el agua que tomamos las comunidades. Su impacto ambiental es irreversible en el tiempo.

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La resistencia es absolutamente necesaria

La Asamblea de Pueblos Libres de Jujuy hace varios años que está resistiendo contra la minería de litio y es responsable en gran medida de que de los 62 proyectos aprobados, sólo se haya podido ejecutar una.

Sin embargo, el antropólogo Néstor Omar Ruiz remarca que ahora hay una nueva oleada de fiebre del litio que nos pone alertas en todas las provincias y que  la resistencia es compleja pero absolutamente necesaria, porque es una cuestión de vida o muerte.  La desertificación le quita el alimento a los ganados, quedando las comunidades presas de los escasos puestos de trabajo de la mina. En Jujuy, dice Ruiz, hay dos opciones: trabajar para las trasnacionales o migrar a las grandes ciudades.

Esta situación también está llegando al Valle de Traslasierra y al de Conlara, por lo que es necesario difundir los peligros que la fiebre del litio está generando en otras provincias del país.

* Por Teresa Oliva para La tinta

Palabras claves: Litio, Mineria

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