El votante de Cristina
Por Diego Valeriano para Islandia
Perfiles de votantes del conurbano: 1ª entrega
El votante de Cristina es mejor. Mejor que ella y sin duda mejor que sus militantes. Es mejor a pesar de postear pavadas, a pesar de sus confusiones ideológicas, a pesar de creer que el CONICET es igual a la NASA, a pesar de escribir Mugricio, a pesar de jurar que De Vido es un perseguido político, a pesar de lo que entiende de Cuba.
Es mejor porque no es tan careta, porque no denuncia a los pibes que paran en la esquina, porque no ve la vida desde un patrullero, porque fue a Olavarría, porque da el asiento en el tren, porque es más o menos solidaria, más o menos patriota, más o menos anti cheto, más o menos trosko de alma.
Es mejor porque nunca se la va a agarrar con un indefenso, porque resiste torpemente, porque se indigna con las injusticias, porque no es machista, ni represor, ni anti puto, ni anti negro cabeza, ni pide policías, ni quiere cerrar las fronteras. No tiene el corazón ortiba, desayuna mate y tutuca en el tren, es de gastar lo que no tiene, de invitar, de sacar en cuotas, de comprar en la calle Avellaneda, de poner el aire a 23, de hablar con los senegaleses y de creer que mirar partidos es un derecho.
El votante de Cristina es feliz con el calorcito, sale a la calle y hace su vida ahí: mesita, cerveza, pelopincho, vecinas, picado, calle de tierra, camino de cintura. Es difuso y se queda con los vueltos, pero sin cagar a nadie.
Es bastante bocón, opinador y reivindica con la misma convicción al Che, a Victor Hugo, a Evita, al Papa, Kicilof que al Diego, Fidel, Zamba, el Indio, Moreau o Acero Cali. Es mejor porque practica el narcomenudeo solidario y piola, ese que si tiene flores convida, que si hay una tiza directa de Perú junta plata entre los pibes, que compra 25 pepas para ganarle unos mangos y que regala las pastillas que ya no toma. Sin duda alguna tiene alguna camiseta trucha de la Champion o La Liga, va a la playa en shores, los veranos los pasa en los camping de Ruta 4, fue a la salada alguna vez, se toma el 338 para visitar una tía en San Martin, compra tortilla en la estación, se convence que el Hamlet es chocolate, es fanática del vacipan, y sabe de qué están hablando cuando lee en un cartel “choripete”.
Es mejor porque es pibe, mamá adolescente, artesano, doña, piba que camina con miedo en la noche, hijastro, cooperativista, planero, estudiante crónica de trabajo social, guachin que anda en una Honda 100, mina que pone un merendero en su casa.
Es mejor porque defiende el aborto, porque va a casi todas las marchas, porque postea sus indignaciones urgentes, porque vende en alguna feria, porque sabe la canción de Marolio. Cree que todo debe ser estatal, desconfía de los sindicalistas, quiere a las madres, se emociona cada vez que aparece un nieto.
Es mejor ante todo, porque intuye que el consumo libera.
*Por Diego Valeriano para Islandia / Fotos: M.A.F.I.A.