Víctor Stinfale, el señor de Riestra
El escándalo tras la suspensión del partido entre Riestra y Comunicaciones dejó expuesto una vez más a Víctor Stinfale. Ya le había sucedido al ser imputado en la causa Time Warp. Quién es este empresario de la noche porteña que como abogado defendió a barrabravas, Telleldin, el “Gordo” Valor, Moria Casán y Diego Maradona. Por recomendación de Tinelli un día desembarcó en el club de Villa Soldati junto a Speed y Adidas y puso de presidente a un hombre cercano a Angelici. “Un día vino y dijo que quería un lugar para divertirse”.
Por Redacción La tinta
“Si me dan un millón de dólares, defiendo a Hitler”, le dijo una vez a Luis Majul. La frase le pertenece a Víctor Stinfale que además de ser abogado, es muchas otras cosas más. Incluso se sospecha que es más de lo que admite. Sin embargo, en los últimos días se lo conoció como el hombre fuerte del ignoto Deportivo Riestra, equipo que protagonizó un escándalo de dioses en el partido definitorio por el segundo ascenso de la Primera B Metropolitana a la B Nacional.
¿Quién es este abogado gerente de la empresa que comercializa la bebida energizante Speed-Unilmited y es investigado por ser quien organizó la fatal fiesta electrónica de Time Warp en 2016? ¿Por qué decidió “gerenciar” un equipo de fútbol con escasa historia y hundido en el fondo de las divisiones de AFA?
Por curados de espanto, quizá, ya no nos sorprendan que los vínculos entre el poder y el fútbol se crucen en más de una esquina. Pero el caso de Stinfale es particular. Es un plato preparado y condimentado “con de todo”.
Víctor Stinfale, conocido también como uno de “los reyes de la noche” en Buenos Aires, tomó relevancia pública en el último tiempo por quedar directamente involucrado en la muerte de cinco personas en la recordada fiesta electrónica Time Warp. Entre las empresas intervinientes en el evento de Costa Salguero, figuran amigos y familiares del abogado en cada una. Es que, si hay un factor común en Stinfale es “ser sin figurar”. Según el fiscal de la causa, Federico Delgado, a lo largo de su investigación identificó más de una docena de empresas cuyos directores aparecen vinculados, de un modo o de otro, al principal imputado.
Pero su fama viene de tiempo atrás y tal como supo admitir con gran vehemencia, no importa la cara del cliente sino su billetera y, por supuesto, el nombre que porte. Con esa filosofía de trabajo llegó a defender a José Barritta (ex líder de la barra brava de Boca), Monzer Al Kassar (traficante de armas sirio), Carlos Telleldín (acusado de ser el entregador del coche bomba que explotó en la AMIA) y Luis «El Gordo» Valor.
Su fama –y quizá también sus vínculos como empresario escondido tras bambalinas en la noche porteña- lo llevaron a ser defensor de Moria Casan (en la causa de las supuestas joyas robadas en Paraguay) y al mismísimo Diego Maradona (en su disputa legal con Verónica Ojeda). Dentro del mundo de la farándula, otro amigo del doctor es Marcelo Tinelli.
Desembarco en Riestra
El propio Tinelli habría sido quien incentivó a su amigo de incursionar en esto que el empresario televisivo ya hace desde finales de los 90: manejar un club de fútbol. Incluso el conductor de TV habría sido el que le marcó a Riestra, club ubicado detrás del Gasómetro.
Pero ojo, el fútbol no era ajeno para Stinfale. De joven se formó como jugador de Nueva Chicago y hasta algunos llegaron a decir que tenía condiciones para alcanzar la primera división. Sin embargo fue él quien desistió y se dedicó a estudiar derecho. Ya todo un abogado, el fútbol volvió a aparecer y sus primeros trabajos fueron defendiendo barrabravas, lo que le supo dar pantalla en la cachivachezca televisión de los ´90.
Stinfale llega así a Riestra en 2012, ya no como ese joven letrado que buscaba cámaras, sino como empresario nocturno ligado a la movida electrónica, dueño de Speed y amigo/cliente de Diego Armando Maradona. “Un día vino Stinfale y me dijo que quería un lugar para divertirse. Mientras él y nosotros estemos cómodos vamos a ir para adelante”, explicó por entonces José Tirri, presidente del club. Y así funciona hasta hoy, momento en el que el meteórico ascenso del equipo aurinegro quedó en manos de un escritorio que le dio una segunda chance para alcanzar este jueves una plaza en la Segunda División del fútbol argentino.
Se puede decir que el doctor ha estado más que a gusto en Riestra y que sus dirigentes son bastantes flexibles a la hora de definir “estamos cómodos” ya que el desembarco del empresario fue una revolución total que va desde lo económico hasta lo deportivo. Un interesante artículo de Revista Un Caño deja en claro que dicha revolución no escatima en excentricidades:
“En el último tiempo, hablar de Riestra implica un serie de lugares que se fueron haciendo comunes. Que usa ropa Adidas -es su único equipo en el Ascenso-, que Speed es su principal sponsor -como si fuera una coorporación internacional sin rostro y no la empresa del rey de la noche porteña-, que Diego Maradona –gran amigo de Stinfale– es su “líder espiritual”, que hacen pretemporadas con entrenamientos militares en horarios nocturnos, que por capricho de sus dueños la camiseta lleva la inscripción “Irak” -el nombre del equipo amateur de la empresa energizante- y que algunas veces sus tácticas fueron insólitas -delanteros con la “2”, defensores con la “9” (como en la segunda final ante Comu), arqueros yendo a cabecear córners en el primer tiempo, etcétera-, describe el periodista Mariano Mancuso.
Ser o no ser
Desde 2006, año en el que el Colegio de Abogados de la Capital Federal le suspendió la matricula acusándolo de haber negociado por 400 mil dólares la declaración de Telleldín contra los policías en la causa AMIA, el abogado comenzó a dejar sus negocios a nombre de personas de confianza para eludir posibles embargos. Desde entonces Stinfale es el titiritero detrás de las sombras de al menos 16 unidades económicas. El modus operandi parece repetirse en Riestra ya que nadie sabe cómo rotular su rol dentro del club: ¿Dueño? ¿Concesionario? ¿Gerenciador? ¿Promotor?
Como exitoso abogado y empresario, ha sabido moverse en el ambiente del poder judicial. Es por esto que 2016 fue un año raro y difícil en el que su red de contactos falló y, pese a evitar a medias el avance de la causa Time Warp, quedó demasiado expuesto. El cambio de gobierno en 2015 debilitó esa estructura de influencias. Sin embargo, puesto nuevamente en libertad volvió a rearmarse y entre sus refuerzos hoy figura otro titiritero del fútbol y de la justicia: Daniel Angelici. Sucede que el actual presidente del club, Fabio Pirolo es señalado como hombre del titular xeneize y según la revista Qué “se desempeña en el Fútbol Amateur de Boca”.
Quizá la absurda escena que se vio el pasado domingo, cuando el jugador aurinegro Leandro Freire ingresó al campo de juego a agredir e incitar los disturbios, se puede explicar por la impunidad a la que aspira Stinfale sabiéndose cercano al hombre de AFA que levanta el tubo de su teléfono y condiciona arbitrajes.
Pero no todo resultó color de rosa. Al menos ante la prensa Angelici se mostró contrario a la reanudación del partido. Pero fue el presidente de AFA, Chiqui Tapia, quien pateó para Riestra.
Este martes, el Tribunal de Disciplina de AFA emitió su inédito fallo, el cual no sólo significa casi una condena para Riestras y para Comunicaciones sino que también contradice a su propio reglamento el cual especifica que debe darse por perdido el partido «cuando se produzca desorden o agresión en la cancha o entre el público asistente, promovido por dirigente, delegado, jugador o integrante de personal técnico de uno de los dos equipos», reza el artículo 106 inciso G del reglamento.
«Vigliano sólo informó de una «invasión masiva». Nunca identificó a Freyre ni a ningún otro futbolista local. Adujo que se enteró de quiénes habían protagonizado los incidentes mediante las redes sociales. No hubo informe ampliado: no se lo pidieron y tampoco aportó más datos. Pese a que Freyre salió por cadena nacional, el Tribunal de Disciplina adujo no tener pruebas para sancionar como lo establece el reglamento. Y terminó atentando contra sus propias leyes», explicó el periodista Alejandro Casar González de La Nación.
Este jueves muy probablemente Riestra consiga su máximo logro en toda su historia si mantiene la diferencia de dos goles en un ridículo encuentro de cinco minutos. Pero habrá un sabor agridulce en los festejos ya que la resolución del Tribunal de Disciplina determinó la quita de 20 puntos para la próxima temporada, algo que lo obligará a realizar una campaña formidable para no descender, la suspensión de su estadio por 10 fechas y una multa económica por el equivalente a 300 entradas generales, lo que alcanza un valor de 1.200.000 pesos.
De todos modos, Stinfale sabe que, de concretarse el ascenso, la próxima temporada es larga y toda sentencia es apelable cuando se saben tocar las puertas correctas y se está dispuesto a ser el abogado de Hitler por un millón de dólares.
Fuentes: Revista Un Caño/La Nación/Página12