Esta vez se llama Victoria

Esta vez se llama Victoria
7 julio, 2017 por Redacción La tinta

Victoria está acusada de homicidio vinculado y Rolando Emilio Lovera, su ex pareja y quien sería el autor material del asesinato de su hija Selene, de homicidio simple. Para el poder judicial, Victoria siempre fue culpable, por no “cuidar” a su hija y por ser una “mala madre” a los ojos de los acusadores. Y como si esto fuera poco, todos los testigos de la defensa han sido maltratados, negados y violentados durante sus declaraciones, por los mismos que deben garantizar la imparcialidad del proceso. El abogado de Victoria presentó un pedido de recusación de los jueces, y las calles gritan una vez más por la libertad de una de las nuestras.

Por Redacción La tinta

El caso de Victoria Aguirre no es un hecho aislado, se inscribe en una seguidilla de casos donde a las mujeres, madres y pobres les cae el peso de un sistema judicial patriarcal, aplicando leyes de forma racista, clasista y misógina. Mientras en Córdoba Dahyana Gorosito se prepara para enfrentar el juicio por la muerte de su hija, desde hace casi dos años y medio, Victoria está presa en Misiones. La acusan de no haber impedido el asesinato de su hija Selene, en un contexto extremo de violencia de género. El peso cae sobre sus espaldas.


En una entrevista concedida al programa Enredando las mañanas de Radio Zumba la Turba, el abogado de Victoria, Roberto Bondar, manifestó: “me resultó chocante y aberrante, nunca vi una parcialidad tan evidente. Que se hayan animado, sobre todo teniendo en cuenta que estaban casi todos los medios de comunicación de la provincia de Misiones, hacer tamañas barbaridades durante un debate oral”. Durante el proceso, todos los testigos a favor de Victoria fueron maltratados, e incluso callados, con claras muestras de parcialidad hacia Lovera por parte de los jueces y fiscales. Al parecer, el Tribunal ya había decidido que Victoria era culpable.


No resulta sorprendente esta violencia ejercida desde el Poder Judicial.  “Está tan instaurado socialmente que una madre debe morir defendiendo a una hija que como ella sobrevivió, la Justicia la condena por mala madre. Esa es la cuestión” , resume atinadamente Claudia Aguirre, la hermana de Victoria, en diálogo con Página/12.

A partir del pedido de recusación presentado por la defensa de Victoria, los jueces deben decidir si hacen lugar o no al pedido. En caso de no hacer, pasaría al Tribunal Superior de Justicia para decidir si el debate debe continuar o si debe empezar de cero con nuevos jueces y fiscales. Más aún, el abogado de Victoria analiza iniciar un jury de enjuiciamiento contra los tres miembros del Tribunal Penal y la Fiscal del caso “porque hay desconocimientos de la ley procesal que se dieron en varias etapas del proceso”.

Solidaridad desde Córdoba

Desde la Mesa por la Libertad de Dahyana se emitió un comunicado manifestando que el sistema judicial “lejos de dar respuesta a las mujeres que sufren la violencia machista, invisibiliza de manera sistemática estas situaciones, obviando el abordaje con perspectiva de género que hoy exigen las normativas vigentes en Argentina”. Sin embargo, explican, los jueces, juezas y fiscales, “dejan impunes o con penas leves a violentos y femicidas, mientras juzgan y criminalizan a las sobrevivientes”, evidenciando el poco valor que se le da a la vida de las mujeres.

Al finalizar la segunda audiencia, Victoria abrazó a su hermana y le dijo al oído, casi entre sollozos: “Ya estoy condenada”, en alusión a la postura de la fiscal Stella Maris Salguero de Alarcón, de acusarla por no haber protegido a su hija de los malos tratos que sufrían ambas.

Las luchas feministas han visibilizado cómo los miembros del poder judicial aplican las leyes de manera parcial, juzgando a las mujeres por lo que “debieran ser” como madres, esposas, trabajadoras, a partir de una construcción machista y misógina de ese ideal. La mujer es culpable por no haber muerto en lugar de sus hijos, es una “mala madre” que debe ser juzgada como tal, sin reconocer las múltiples violencias a las que somos sometidas cotidianamente.


Hoy se llama Victoria. Pero también se llama Dahyana, Belén, Higui, y muchos otros nombres que no salen a la luz pública. Porque no es un caso aislado, es parte de una cadena de acusaciones contra las mujeres por parte de una justicia profundamente patriarcal.


El comunicado de la Mesa por la Libertad de Dahyana termina contundente: “Son muchas las mujeres, lesbianas y trans cuyas historias no conocemos y que se encuentran judicializadas y presas en condiciones similares a las suyas, cotidianamente invisibilizadas y violentadas por la sociedad, los medios de comunicación hegemónicos, la Justicia y un Estado que en distintas esferas reproduce y hace política de un discurso que niega nuestros derechos. Por todas ellas, por nosotras, la lucha sigue”.

*Por Redacción La tinta

Palabras claves: Dahyana Gorosito, justicia, machismo, Patriarcado, Victoria Aguirre

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