La única felicidad es no ser un indiferente más

La única felicidad es no ser un indiferente más
10 julio, 2017 por Redacción La tinta

Cuando matan a Meztli Sarabia y no decimos nada, y Luis Almagro no dice nada, yo mismo reacciono con lentitud. Ejecutan a Meztli. Preguntan por ella en su lugar de trabajo, la llaman por su nombre y cuando responde, como respondería cualquier trabajadora honesta, la matan de dos balazos. Uno en la nuca. El crimen político es explícito.

Por Facundo Cruz para Notas

La bala que mata a Meztli es para Simitrio, es para su padre, dirigente histórico de los vendedores ambulantes de Puebla. Simitrio pasó años en la cárcel por ser un dirigente social consecuente ¿Se entiende esa frase hecha? ¿Se entiende lo que implica ser un dirigente social consecuente en México, en América Latina en 2017? Los que vociferamos por dirigentes honestos y valientes, que se pongan del lado del pueblo ¿dónde estamos cuando ejecutan a Meztli? ¿dónde estamos cuando a Simitrio le matan una hija para que se rinda, para que rinda a los vendedores ambulantes?


Todos creemos que en México la muerte es normal, el crimen es normal. Todos estamos dispuestos a resignarnos ante la muerte de la mexicana, del mexicano, del centroamericano. Preferimos pensar en otras cosas. Preferimos este banco, este café en Coyoacán. El narcotráfico es el conjuro que explica toda la muerte. La muerte de Meztli, la cárcel de Simitrio, la desaparición de los 43 no nos importan. Son un problema muy díficil de resolver, peligroso. Es un monstruo invencible.


Entre la indiferencia y la muerte, preferimos la indiferencia. Todos tenemos derecho a querer vivir. Esa es la victoria del terrorismo. Nos dicen que existe una sola forma de ser felices. Una felicidad sin preocupaciones, sin peligros, sin muerte. Una felicidad barata, accesible. Una felicidad que apenas requiere un poco de miedo. Si sos argentino, no te metás, México no es tu país.  Sólo tenés permitido el Zócalo, Cancún, Chicén Itza, Coyoacán. Si sos mexicano, no te metas, algo habrán hecho. Se puede vivir bien trabajando de sol a sol.

¿Quién con Simitrio? Las locas, los estúpidos, las soñadoras, los necesitados ¿Quién recordará el nombre de Meztli Sarabia? Los tristes, las aburridas, los necios.

Es una multitud la que llora a Meztli y clama por justicia. No sé si la televisión argentina se hará eco. Seguro que no. No sé cuánto tiempo durará su nombre en los diarios mexicanos. Seguramente no demasiado. No importa, Meztli está presente en la memoria de una multitud. ¿Quién piensa en los vendedores ambulantes de Puebla, si pensar en los vendedores ambulantes de Puebla da vergüenza? A mí me da vergüenza ¿No le da vergüenza a usted?

Es que los temerosos cuando ven a los que pelean, sienten vergüenza, ¿y cómo se puede ser feliz así? ¿Cómo se puede ser feliz con vergüenza? ¿O cómo se puede ser feliz entre las necias y los estúpidos y las necesitadas? Con toda honestidad, cuando me atrevo a pensar, cuando no acepto ninguna de esas excusas que me ponen al margen del género humano, cuando estoy dispuesto a aceptar que me constituye la playa celeste del caribe y el dolor de los que aman a Meztli Sarabia, la única felicidad que imagino es no ser un indiferente más.

*Por Facundo Cruz para Notas.

Palabras claves: México, Narcotráfico, sindicalismo, violencia

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