La Facultad de Psicología en la mira: entre el mercado y lo comunitario
La Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) atraviesa un panorama de vaciamiento que se transcribe en derechos estudiantiles vulnerados, docentes precarizadxs, no docentes tercerizadxs y cátedras cuya existencia peligra. Pero el avance sobre los derechos genera a su vez la acción de estudiantes que «comunitariamente resisten lo comunitario».
Por La Urdimbre para La tinta
Con distintos matices, el panorama en la Facultad de Psicología parece repetirse año tras año dadas las decisiones de la gestión decanal de Claudia Torcomian y de un Honorable Consejo Directivo (HCD) polarizado entre dos fuerzas políticas.
Pero también existe otro panorama. Estos últimos años, Psicología ha atravesado grandes procesos organizativos en defensa de la educación, esa que soñamos no sólo con que sea realmente pública y laica, sino también “de calidad”. Lxs estudiantes pusieron el cuerpo ante distintos conflictos, alzando reivindicaciones, realizando medidas de fuerza, acompañadxs por algunxs compañerxs de otros claustros y diferentes actorxs sociales.
En 2013, estudiantes organizaron las acciones que decantaron en la toma del Rectorado para rechazar la acreditación a CoNEAU. Organismo que fue planteado por la neoliberal y privatista Ley de Educación Superior (’95) del menemato para evaluar las unidades académicas y sus planes de estudios y que los gobiernos posteriores aplicaron sistemáticamente en muchas carreras de las distintas universidades del país. Evaluación con mínima y restringida participación de los claustros, cuyos parámetros y resultados son muy claros: formación de profesionales al servicio del mercado.
Las maniobras de la gestión y el Centro de Estudiantes conducido por La Bisagra, hicieron que la acreditación finalmente se realizará en el Campo de Agronomía de la UNC a kilómetros de Córdoba, estrategia que en 2016 replicaría el Rector Hugo Juri para llevar adelante una ilegítima Asamblea Universitaria a espaldas de los reclamos de la comunidad educativa.
En 2015 la insurrección estudiantil renació cuando, en consonancia con la evaluación de CoNEAU, la única cátedra paralela Psicología Sanitaria B entró en un acentuado proceso de vaciamiento. Se realizaron decenas de asambleas y múltiples acciones, desde un acampe por 20 días hasta la toma del Módulo Nuevo de la Facultad.
Finalmente, el Honorable Consejo Directivo desconoció los reclamos y cerró la única cátedra que tenía un programa alternativo que permitía problematizar los procesos de salud-enfermedad en las poblaciones más vulneradas.
Psicología Sanitaria B era a su vez la única materia dentro de la currícula obligatoria que tenía prácticas en territorio y en la que lxs estudiantes se encontraban pensando y acompañando procesos como el acampe en Malvinas Argentinas contra la instalación de Monsanto o la organización de Villa La Maternidad contra los desalojos.
La lucha por lo comunitario
El 2016 y 2017 volvió a encontrar a los estudiantes organizados en resistencia. Muchas de las materias electivas -que permiten decidir la formación teórica y el campo de intervención- están en situaciones conflictivas. Mientras tanto, la institución acentúa la oferta de posgrados pagos.
Hoy la situación más grave es la de Estrategias de Intervención Comunitaria en la cual, dado el no llamado a concurso de un cargo de Titular Full, no se están garantizando los teóricos ni la toma de parciales. Estas tareas, y las prácticas en ocho territorios vulnerabilizados de la ciudad de Córdoba, han sido sostenidas hasta el momento por docentes históricamente precarizadxs, cuyo conflicto no es reconocido por los órganos de la Facultad y que vienen realizando funciones que no corresponden a su cargo.
Las autoridades remiten (como siempre) a la falta de presupuesto pero tampoco aceptan soluciones propuestas al respecto ni responden al pedido de que se hagan públicos los balances de la unidad académica. La disputa tiene que ver netamente con posiciones políticas que, como en el caso de Sanitaria B, podría acabar en la desaparición de la cátedra.
El cierre de la misma implicaría cercenar la posibilidad de aproximarnos al campo de la psicología social-comunitaria en la formación. Campo que para muchxs ha sido muy significativo y que ha permitido repensar el hacer como futurxs profesionales y como sujetxs.
“Comunitaria permite que se te empiecen a quemar los papeles de muchas cosas aprendidas, que hay que desaprender y aprehender de otra manera”, expuso Sofía, estudiante de la cátedra.
«La materia me significó encontrarme en un rol profesional y romper los muros de la universidad para construir, junto a múltiples otrxs, realidades transformadoras, posibilitadoras y emancipadoras”, agregó Ale, ayudante de la cátedra.
Lo comunitario permite imaginar otras psicologías posibles, esas que nacen en Nuestralatinoamérica a raíz de sus dolores, encendiendo sus potencias. Esas psicologías que se siembran desde y para el pueblo, psicología desde abajo, desde espacios que nos encuentran viviendo intensamente, acompañando procesos que tienen olor a humo de ollas populares, que se tocan con las manos curtidas de las mujeres organizándose en las villas, que se caminan en la irrupción en el espacio público, que se gritan en radios abiertas y festivales, que se tejen en acciones colectivas libertarias.
En vísperas de los 100 años de la Reforma del ‘18, los estudiantes alzan las reivindicaciones de aquellxs compañerxs y buscan profundizar las conquistas que nos legaron.
«Por menos vergüenzas y más libertades seguiremos encontrándonos en defensa de la Educación Pública. Si quieren hacernos creer que pensarnos como actorxs intervinientes en las causas del pueblo debe quedar por fuera de nuestras aulas, defenderemos comunitariamente lo comunitario: acuerpándonos en Asamblea, trabajando con otrxs, irrumpiendo la cotideanidad -muchas veces vacía- de la Facultad».
Precisamente este jueves 28, desde las 14, se realiza un Festival con música, feria, teatro y radio en el patio de la Facultad de Psicología. La invitación es a acercarse, a compartir otros modos posibles de pensar(nos) en este sistema que se empeña en aislarnos, invidualizarnos, para transformar(nos) colectivamente.
* Por La Urdimbre para La tinta.
