Catamarca: cuando la tortura se naturaliza
Dos años después de la denuncia por detención ilegítima y tortura a Pamela Romero y a Fabiana Orellano, las oficiales de policía responsables identificados aun no han sido apartadas de sus funciones. Desde el colectivo Catamarca Contra La Tortura denuncian los engranajes de la impunidad.
El viernes 29 de mayo de 2015 alrededor de las seis de la tarde, con el argumento de «averiguación de antecedentes», un grupo de policías detiene ilegalmente a Pamela Romero y a Fabiana Orellano. Fabiana vendía artesanías junto a otros artesanos en la vereda de la peatonal Rivadavia, en la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, cuando pasó a saludarla su amiga Pamela. Momentos después, un grupo de policías les ordenó que levantaran sus mantas y se fueran. Romero dijo que tenían permiso. Comenzaron a discutir. Orellano entonces empezó a filmar la escena con su celular. Como si la policía hubiera estado esperando el motivo, agarraron a los golpes y empujones a las muchachas y las metieron en el patrullero.
Desde el colectivo Catamarca Contra La Tortura denuncian en un comunicado el accionar impune de la policía: «Son detenidas y trasladadas a la Comisaría Primera, en pleno centro de la ciudad, donde son torturadas por la Oficial Dagma Yasmín Moya y el Oficial Horacio Giménez».
«A Pamela Romero se le aplicó picana eléctrica en todo su cuerpo hasta perder el conocimiento. Durante la sesión de tortura fue tomada por cada una de sus extremidades y se le tapaba la boca para evitar que grite por tres miembros del Kappa con pasamontañas (personal motorizado) y el Oficial Giménez, mientras la oficial Moya aplicaba la picana eléctrica a Pamela -incluso en sus partes íntimas- hasta dejarla inconsciente», afirman desde la organización. «Pamela fue sometida a golpes de puño y patadas por parte de la oficial Moya por más de cuatro horas«, expresa el comunicado.
Además, denuncian los mecanismos institucionales cómplices: luego de la tortura fue llevada al médico y «El Dr. Sergio Andrada no verificó las lesiones y se negó a dejar constancia de los dichos de Pamela Romero cuando esta le contó lo que había padecido». De la misma manera, los oficiales fueron identificados y denunciados pero «ninguno de los cuales hasta la fecha fue desplazado de la fuerza, ni si quiera preventivamente».
En una entrevista de Radio Sur, Pamela relató: ‘Sentía las descargas en el cuerpo como una mordida intensa’.
Dos años después, el pueblo de Catamarca exige que se investigue y juzgue a todos los funcionarios públicos responsables de lo sucedido tanto policiales como judiciales. Y que se termine la impunidad.