Frank Benítez: “Los adultos mayores no pueden verse siempre desde las perspectivas del abandono, la soledad y el olvido”
El joven director colombiano de elogiados cortometrajes como Imaginario y Xpectativa abordó en Minuto 200 la vejez con sensibilidad, pudor y elegancia. En esta charla con Retina Latina reflexiona sobre este tema y su vinculación con el cine.
Por Diego Batlle para Retina Latina
–¿Cómo surgió la idea de Minuto 200 y cómo fue el proceso de producción?
–Frank Benítez: surgió a partir de una imagen: una casa en ruinas aparentemente abandonada en un pequeño pueblo, con un letrero en una de sus paredes donde se ofrecía la venta de minutos para llamar a celular, un tipo de negocio casero muy común en Colombia. Esta imagen rondó en mi cabeza un buen tiempo pues me quedó la sensación de que la casa, como si tuviera vida propia, pretendía vender el tiempo que le quedaba de existencia. Orfa y Teo vinieron después. Necesitaba de unos personajes que encarnaran la soledad, la ausencia y el paso del tiempo, y su aparición en el guión y en la producción del cortometraje se dio de manera muy natural por así decirlo. Algo que recuerdo con mucho cariño del rodaje fue la disposición y nobleza de los dos protagonistas. Son en la vida real una pareja con más de 50 años de casados y que han vivido en ese pequeño pueblo toda la vida. Sin ellos el corto no hubiera sido lo que fue.
–La película tuvo un amplio recorrido por festivales y hasta ganó el premio a Mejor Cortometraje Iberoamericano en Guadalajara. ¿Cómo fue la recepción que tuvo el film en los distintos países?
-La recepción fue mucho mejor de la que esperábamos. A pesar de estar enmarcada en un contexto muy local, había algo universal en su temática que gustaba, a veces porque enternecía, a veces porque frustraba o incluso porque hacía reír; eso fue bueno, que no en todos los lugares donde estuvo produjo la misma sensación. Después de la selección en los primeros festivales (In the Palace y el Festival de Cortos de San Pablo) el recorrido no paró por un buen tiempo.
–¿Por qué cree que el tema de la vejez está tan poco presente en el nuevo cine latinoamericano que, en su mayoría, aborda temáticas ligadas con adolescentes y jóvenes?
-En la misma época en que se conoció Minuto 200 en Colombia, curiosamente se estrenaron también otros dos cortos colombianos que tenían como protagonistas a adultos mayores (Los retratos, de Iván Gaona; y Magnolia, de Diana Montenegro). La pregunta en su momento fue un poco la misma, pero la verdad nunca fue algo consciente el escoger una temática en particular, yo lo vi más como una casualidad. De alguna u otra forma muchas temáticas siempre van a estar presentes, es solo que por temporadas algunas van a ser más visibles que otras. Puede que en algunos directores sea una cuestión de influencia pero eso va y viene.
–¿Qué películas que trataron conflictos ligados con adultos mayores le han interesado particularmente y por qué?
-La más reciente que vi y que me atrapó enseguida fue Toni Erdmann, de la alemana Maren Ade, una película que combina el drama, la comedia y el absurdo. Es sobre un padre que trata de hacerle ver a su hija que ella está malgastando su vida siendo infeliz. Me gustó la vitalidad de este personaje y su particular “sabiduría”. Los adultos mayores no pueden verse siempre desde las mismas perspectivas (abandono, soledad, olvido, etc.) y hay algo fresco en ese sentido con esta película.
–¿Qué proyectos maneja actualmente?
-En este momento estamos preparando con un grupo de amigos una película para ser rodada en el primer semestre de 2017. Es sobre el abuso sexual en un grupo de amigos treintañeros. Tengo otros proyectos más con temáticas distintas, pero ninguno aborda el tema de la vejez.
►►Podés mirar Minuto 200 acá.
Por Diego Batlle para Retina Latina