Trágico octubre: el mes con más femicidios en Argentina
En Córdoba, el 20 por ciento de los femicidios cometidos en 2016 fue en octubre. En el país, fue el mes con mayor índice desde 2008.
Por María del Mar Job para La Tinta
El 19 de octubre, mientras millones de mujeres adherían al Paro Nacional convocado por el Colectivo “Ni Una Menos” en contra de la violencia machista, los femicidios no sólo no paraban sino que registraron un incremento. En paralelo, es en octubre cuando, desde hace más de 30 años, se realiza el Encuentros Nacional de Mujeres en Argentina. El cual en el año 2015, después de la primera convocatoria de la marcha del 3 de junio, se duplicó el número de participantes, siendo 60 mil por primera vez.
Un informe elaborado por el Centro de Estudios y Proyectos Judiciales del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) reveló que el mes con mayor cantidad de femicidios fue octubre del año pasado: durante ese período se registraron cinco casos en la provincia de Córdoba sobre un total de 23 femicidios ocurridos en 2016.
Este dato coincide con el presentado en Buenos Aires, el año pasado, por La Casa del Encuentro que computó 230 asesinatos en todo el país, ocurridos entre el 1° de enero y el 31 de octubre.
“En junio se registraron 13 femicidios, que es el promedio más bajo de los 9 años que llevamos realizando los informes, pero en octubre el porcentaje es el más alto desde 2008, con 39 asesinatos”, indicó Ada Rico, responsable del relevamiento, en una entrevista con la agencia Télam.
Rico negó rotundamente la posibilidad de que la visibilización de la violencia machista y el reclamo social se pueda constituir en una causa del incremento en los casos de femicidios: “Queda graficado de esta manera que no es causa y efecto, es evidente que el agresor no se construye por una movilización, el agresor existe siempre y la causa es mucho más profunda. El violento no lo hace por inspiración o efecto contagio. Hablar de femicidios es nombrar las desigualdades estructurales que existen entre varones y mujeres, es nombrar la violencia extrema y movilizarnos para repudiarla. Es reclamar que dejen de matarnos”.
Antes crimen pasional
El colectivo Ni Una Menos comenzó a visibilizar crímenes que hasta no hace mucho tiempo (incluso algunos periodistas siguen llamándolos así) los medios de comunicación tildaban de “crimen pasional”.
El caso de Nora Dalmasso, por nombrar uno, durante muchos años fue caratulado como un posible “crimen pasional” apuntando a su marido o su posible amante como los homicidas, y dando escabrosos detalles que sugerían la “responsabilidad que le cabía” a la víctima por su asesinato.
Si bien el término femicidio comenzó a utilizarse internacionalmente a mediados de los 70’, en Argentina fue a partir de la presión de las movilizaciones de organizaciones de mujeres y grupos feministas bajo el lema “Ni una Menos”, que los medios de comunicación masivos comenzaron a hablar de violencia de género y femicidios.
También a partir del reclamo global, es que comenzaron a sistematizarse los datos sobre femicidios, por lo que no se puede establecer una comparación exacta con la cantidad de casos anteriores a que comience a haber un reclamo masivo contra la violencia hacia las mujeres.
La Justicia, como suele ocurrir, tardó un poco más en reconocer los femicidios. En Córdoba, por primera vez, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) abordó la figura de femicidio al confirmar -en marzo de 2017- la prisión perpetua contra Gonzalo Lizarralde por el asesinato de Paola Acosta. En octubre de 2015, Lizarralde había sido condenado a perpetua pero sin el agravante de femicidio, por unanimidad la Cámara del Crimen había rechazado esa figura penal establecida en el artículo 80, inc. 11, del Código Penal.
Por tratarse de la primera decisión del TSJ que aborda la figura de femicidio, el máximo tribunal provincial estableció criterios de interpretación de la norma penal: es femicidio cada vez que un hombre acomete en contra de una mujer mediando violencia de género, no siendo indispensable que medie entre ellos una relación de pareja estable o convivencia. Además, el homicidio debe ser ejecutado en un contexto en el que la mujer se encuentre en condiciones de desigualdad respecto del hombre.
Datos de femicidios en Córdoba
Según los datos arrojados por el informe elaborado por el Centro de Estudios y Proyectos Judiciales del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ), en la mayoría de los femicidios ocurridos en 2016, los victimarios mantenían una relación de pareja (56 por ciento) o expareja (35 por ciento) con las víctimas.
La Justicia contabilizó 23 femicidios en la provincia de Córdoba durante 2016, de los cuales sólo el 48 por ciento de las mujeres víctimas de femicidio (11), convivía con su atacante al momento de perpetrarse el homicidio.
Otro doloroso dato, es que de las 23 víctimas, 15 tenían hijos y una se encontraba embarazada. Dieciocho femicidios ocurrieron en el interior provincial (78 por ciento), mientras que en el departamento Capital acontecieron cinco casos (22 por ciento).
Las localidades en donde se produjeron muertes de mujeres por episodios de violencia familiar fueron Sebastián Elcano (dos casos), Cruz del Eje, Huerta Grande, Villa Allende, La Calera, Alta Gracia, Canals, Tanti, La Para, Río Cuarto, Adelia María, General Cabrera, Santa María de Punilla, Las Tapias, Ascochinga, Pozo del Molle y Washington.
Otro dato que arroja el estudio es que de los 23 casos que componen el estudio, las víctimas tenían entre 16 y 60 años. La mayoría (ocho mujeres) tenían entre 20 y 29 años, siguiendo la franja etaria de 40 a 49 años (seis víctimas).
A su vez, los femicidas tenían entre 20 y 49 años (seis de 20 a 29; nueve de 30 a 39 y cinco de 40 a 49 años). Ninguno tenía menos de 20 años al cometer el homicidio.
Siete de los atacantes se suicidaron después de cometer el crimen; mientras que los 16 restantes se encuentran, actualmente, detenidos en prisión preventiva. De estos casos (el 70 por ciento), nueve se encuentran en proceso de investigación (56 por ciento) y los otros siete en proceso de juicio oral (46 por ciento).
Mayormente, los femicidas utilizaron armas de fuego (8 casos) y armas blancas (8 casos) para cometer el crimen. En siete casos, no se utilizó ningún arma para asesinar a su víctima.
*Por María del Mar Job para La Tinta