«Las mujeres hemos sido llamadas a ser protagonistas de un nuevo momento histórico»
El protagonismo de los pueblos indígenas en los procesos de recuperación territorial y la experiencia de la Marcha de las mujeres originarias por el buen vivir, en la voz de una de sus protagonistas, Moira Millán.
Por Martin Delgado Cultelli para Zur
En los últimos días de marzo, la reconocida dirigente y weichafe (guerrera) mapuche, Moira Millán, estuvo en territorio charrúa. Primero en Concordia, Entre Ríos, luego en Salto, Uruguay. Esta reconocida luchadora ha participado en varios procesos de recuperación territorial, de hecho, vive en tierras recuperadas en la provincia de Chubut, y ha sido la fundadora de la Marcha de las mujeres originarias por el buen vivir, organización que movilizó a más de 10 mil mujeres indígenas en dos convocatorias en 2015 y 2016.
Parte de su labor de empoderamiento de las mujeres originarias se puede ver en la película docu-ficción Pupila de mujer: mirada de la tierra, el primer largometraje de producción indígena de Argentina.
Moira llegó a territorio charrúa como parte del proceso de consulta a las 36 naciones originarias de Argentina, para la realización del 1º Foro sobre pueblos originarios, genocidio y argentinización, que se realizará en Bahía Blanca a fines de mayo. Si bien el foro se centra particularmente en la problemática de los pueblos originarios, también invita a las personas no indígenas a que sean solidarias con la causa de los pueblos originarios. En este sentido Moira se acercó a las comunidades charrúas de Entre Ríos, agrupadas en la Coordinadora de Comunidades Charrúas de Entre Ríos, CODECCHA. Debido a los vínculos de esta organización con el Consejo de la Nación Charrúa de Uruguay, CONACHA, fue posible que cruzara el Río Uruguay y compartiera sus vivencias con las comunidades de la Banda Oriental.
Uno de los propósitos de Moira Millán es plantear en el foro la problemática de los pueblos transfronterizos. Estos han quedado divididos por la construcción de los estados nacionales, es el caso del pueblo mapuche, charrúa y guaraní. Antes de visitar Entre Ríos y la Banda Oriental, la luchadora había estado en procesos de consulta con las comunidades mapuche de Chile. Además de participar en actividades internas con las comunidades charrúas en Uruguay, brindó charlas en Concordia y en Salto. La de Salto, realizada en el Instituto de Formación Docente, contó con el apoyo de la Secretaría de Equidad de Género de la Intendencia de Salto, ya que la charla se enmarcó en las actividades por el mes de la mujer. En este contexto le realizamos una breve entrevista.
Moira, has sido partícipe y muy importante para la movilización de las mujeres indígenas de la Argentina. ¿Qué rol ves que están teniendo actualmente las mujeres originarias en el movimiento de nuestros pueblos, en el movimiento indígena en Argentina?
Yo creo que las mujeres originarias están tejiendo una trama de unidad nueva entre los pueblos, que están teniendo la capacidad, que estamos teniendo la capacidad, de construir el consenso, algo que no se ha logrado desde el liderazgo masculino. Pienso que las mujeres estamos pudiendo humildemente acercar nuestras diferentes visiones y perspectivas, desde nuestros dolores y penas, que nos encuentran logrando esta unidad. Por eso celebramos que las 36 naciones estén en un solo acuerdo que es el buen vivir como derecho.
Por otro lado también somos las guardianas de la vida, las que estamos en este momento poniendo el cuerpo en la defensa de los territorios. Por supuesto, están los varones también, pero a veces están demasiado neutralizados por la droga, por el alcohol, y entonces ahí las mujeres nos quedamos bastantes solas en la defensa territorial y el resguardo de nuestros niños y niñas, de nuestros viejitos. Y por otro lado, también, en esa forma de ser dadoras de vida, y hacedoras de modos de vida, estamos articulando entre nosotras una propuesta del buen vivir, llamadas a ser protagonistas de un nuevo momento histórico. Un momento histórico en el que pasamos a ser constructoras de un marco teórico distinto de cómo pensar la vida. De cómo recuperar la forma ancestral de vivir, el arte de habitar de los pueblos desde la realidad que nos atraviesa hoy. Y nos parece maravilloso esto, que podamos pensar el buen vivir en todos los aspectos, en el transporte, en la matriz energética, en lo económico, en la educación, en la salud, etc.
Recientemente, en enero de este año, hubo un hecho de brutal represión contra el pueblo mapuche en la provincia de Chubut. ¿Cómo concebís el tema de la criminalización y de las situaciones de violencia institucional explícita hacía los mapuches en este momento?
Creo que ahora el gobierno actual ha presupuestado la muerte de manera descarada, ya ni finge, y ha celebrado acuerdos bilaterales con el gobierno chileno, que desde hace mucho tiempo viene persiguiendo al pueblo mapuche. Tenemos centenares de encarcelados, procesados, tenemos a la machi (líder espiritual) Francisca Linconao y al machi Celestino Córdoba presos. O sea, nuestras autoridades máximas espirituales encarceladas. Y este modelo es de represión, de construcción del enemigo interno, de justificación de aplicar la ley antiterrorista, para poder generar un escenario favorable al extractivismo, a la explotación, a la destrucción de nuestra mapu (Madre Tierra). En manos de las corporaciones extractivistas, este modelo se ha ido ahora a la Argentina, impulsado por el señor [Mauricio] Macri, que además firma acuerdos bilaterales para que se logre un entrenamiento de las fuerzas represivas argentinas con gente de la Policía de Investigaciones de Chile. Han sofisticado el sistema informático de control de la frontera.
Recientemente, hace un par de días, cuando venía del NguluMapu (territorio mapuche en Chile) hacia aquí, fui retenida entre los pasajeros, ser mapuche es sinónimo de terrorista, ese es el imaginario que ellos quieren construir. Y lo bueno es que, a pesar de que ellos están tratando de disolver nuestra lucha, de neutralizarla con represión, encarcelamiento, judicialización y muerte -porque también tenemos que hablar de la cantidad de muertos que tenemos-, hay un despertar de todo el continente y del mundo, que mira la dignidad del pueblo Mapuche, que mira a este pueblo que se va levantando con contundencia, con fuerza, con claridad y que no vamos a ser vencidos fácilmente. Estamos convencidísimos de que es el momento de las alianzas estratégicas entre los pueblos.
Has llegado aquí, a Salto y a Concordia, con la propuesta del 1º Foro sobre pueblos originarios, genocidio y argentinización. ¿Podrías contarnos algo acerca de este foro?
Es un foro donde vamos a estar interpelando la construcción del ser nacional argentino, haciendo un revisionismo histórico de cómo realmente se ha construido este modelo de estado-nación hegemónico y racista. Y los mecanismos utilizados para el genocidio, desde la constitución del estado hasta ahora. Los mecanismos se han sofisticado, pero el genocidio continúa. Y queremos hacer un informe, el Nunca más de los pueblos originarios [en relación al informe presentado en 1985 sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar argentina entre 1976 y 1983] donde detallemos los nombres y apellidos de los criminales, de las empresas y gobiernos, hasta la fecha. Y luego demandar al estado argentino por genocidio, en esa demanda veremos qué pedimos como reparación, como restitución de todos nuestros derechos. Porque todo el dolor, el despojo, el asesinato de nuestros territorios, de nuestros antepasados y de nuestro presente territorial, de nuestros amados y amadas hermanas que han sido asesinados y están siendo asesinados, eso no lo va a poder reparar el estado. Pero vamos a consensuar las 36 naciones qué pedir como reparación.
Por último, en estos días has estado compartiendo con las comunidades charrúas tanto de aquí, Uruguay, como de Entre Ríos. ¿Qué perspectivas, qué elementos históricos en común y actuales observas entre la nación Charrúa y la nación Mapuche?
Lo primero es la situación transfronteriza. Nosotros, los mapuches, somos del Pacífico al Atlántico, atravesado por las fuerzas de ocupación chilenas y argentinas, y ustedes, los charrúas, han padecido las fuerzas de ocupación argentinas y uruguayas. Creo que en eso nos parecemos. Los elementos de la naturaleza tan poderosos, el río [Uruguay] en su caso, la cordillera en el nuestro, que los estados la interpretan como una división, como una frontera, y nosotros como un puente de unidad.
Otro de los elementos que nos parece interesante es ver cómo, tanto para el sometimiento de ustedes como para el nuestro, hubo colaboración de los estados, en intercambiar inteligencia, en estrategias belicistas y en cómo ver la manera de masacrarnos. Y esos acuerdos, esos pactos, económicos también, políticos, eran contrarrestados con la solidaridad de los pueblos. Eso que hoy contabas, de cómo unos lonkos (caciques, autoridades político-militares de las comunidades mapuches) recibieron fuerzas charrúas para resistir, y al mismo tiempo que los militares argentinos recibían a las fuerzas militares uruguayas para aniquilarnos. Entonces la historia nos trae a la memoria cómo lograr unirnos y hacer un bloque común contra el genocidio.
*Por Martin Delgado Cultelli para Zur