La Guerra del Agua
Entre fines de 1999 y principios de 2000 se desató en Bolivia un conflicto que marcó un antes y un después en la relación de los pueblos latinoamericanos con las corporaciones extranjeras. Un ciclo neoliberal llegaba a su fin y el progresismo latinoamericano se abría paso a fuerza de luchas callejeras y la emergencia de figuras políticas que marcarían el rumbo de la región durante los siguientes 15 años.
En septiembre de 1999, el presidente electo y ex dictador Hugo Banzer firmó un acuerdo impulsado por el Banco Mundial con la multinacional Bechtel. El servicio de agua potable de Cochabamba, ciudad que arrastraba históricamente un grave problema en la distribución del recurso, pasaba a manos privadas. La titular del contrato era Aguas del Tunari, un consorcio integrado por varias empresas multinacionales y nacionales.
En diciembre, la empresa decidió subir las tarifas entre un 30 y 350 por ciento. Ese hecho, sumado a la preocupación de los campesinos que veían amenazada la disponibilidad del agua para riego (la concesión abría las puertas incluso para el cobro de un canon a quienes recolectaran agua de lluvia) generó una serie de protestas y enfrentamientos que en abril de 2000 llegaron a su punto más elevado.
A pesar del estado de sitio decretado por Banzer, los habitantes de la región nucleados en la Coordinadora del Agua, lograron frenar el saqueo. Después de tres meses de lucha, más de 150 heridos y la muerte de Víctor Hugo Daza, un manifestante de 17 años asesinado por la policía, el gobierno tuvo que dar marcha atrás y la empresa Aguas del Tunari se retiró.
Lo que sigue son imágenes de esos días.
*Fotos de Aldo Cardoso y Tom Kruse