Franco va al Congreso
Franco Macri será llamado a declarar en la Comisión de Telecomunicaciones del Congreso por el escándalo del Correo. La citación terminó de desatar la furia del resto de La Famiglia contra el Presidente, a quien acusan de manejar los negocios de la empresa en su beneficio junto a Nicolás Caputo y Leonardo Maffioli. La crisis familiar detuvo también la firma del decreto sobre conflictos de interés que ahora será apenas una limitación para firmar de quienes estén implicados pero no una prohibición de contratar como se anunció en un principio.
Por Gabriel Cerutti para Nuestras Voces
Franco Macri deberá presentarse en el Congreso Nacional el próximo martes 14 de marzo, citado por la Comisión de Telecomunicaciones, para que explique su participación y la de su hijo Mauricio Macri en el escandaloso acuerdo del Correo por el cual el Presidente aceptó condonarle una millonaria deuda a su Familia. La citación de Franco Macri se tratará este miércoles en la Comisión que preside Juan Brugge, del Frente Renovador, y contaría con el respaldo de todos los bloques de la oposición.
La presentación de Franco Macri amenaza con terminar de desatar la furia del resto de la familia contra Mauricio Macri, a quien sus hermanos acusan de haberse quedado con la empresa familiar y estar tomando decisiones sobre el patrimonio de todos en su único beneficio. La tensión generada en las últimas semanas obligó al Presidente a demorar la firma del decreto que establecería la prohibición de contratación con empresas ligadas a las familias de los funcionarios que sería cambiado por uno en el que apenas se aparta a los involucrados de la firma y las decisiones institucionales formales cuando hubiera conflicto de intereses.
La compleja situación familiar mantiene al resto de los hermanos alejados de la toma de decisiones, y el escándalo generado alrededor de la aparición de empresas offshore en los Panamá Papers los enfrentó, una vez más, en tribunales. El Presidente inició una demanda contra su padre Franco acusándolo de negarse a entregarle información que le solicitaba sobre Fleg Trading, la empresa off shore mencionada:
“Dejo constancia de que recurro a la intervención de vuestra señoría por cuanto, pese a mis insistentes requerimientos, no he podido obtener de mi padre, Franco Macri, la documentación solicitada. Tan sólo he logrado que emitiera el comunicado [de prensa], lo que no resulta suficiente para otorgar la certeza que las circunstancias ameritan”, dice la presentación del Presidente que tramita en el Juzgado en lo Civil N° 104, a cargo del juez Andrés Fraga.
Es la segunda vez en pocos años que Mauricio inicia una demanda contra su padre. Lo había hecho en el 2009, pidiendo que se declare la “insanía” de su padre para que le transfiriera la totalidad de la empresa. Dio resultado: Franco Macri, que hasta ese momento había dado a sus hijos las acciones de SOCMA pero conservaba el usufructo, renunció también a este y se refugió en el Macri Group y sus relaciones con China.
Pero ahora, además, su padre y sus hermanos lo acusan de estar quedándose con el manejo total de la empresa para él y sus hijos. Su hermano Gianfranco se dedica sólo al country en el que juega al golf luego de un paro cardíaco y ya no participa del gerenciamiento de Socma. Mariano está en la situación más complicada: cuando se separó de su mujer Marie France Peña Luque aceptó que quitaran su nombre de la empresa para declararse “insolvente” ante la justicia y rechazar la demanda del divorcio. Pero sus hermanos fueron más allá y nunca le habrían devuelto lo que le correspondía, por lo que ahora tramita un juicio ante el juzgado 6 de la Justicia Civil y Comercial reclamando sus acciones en la empresa. Su hermana Sandra falleció y su hermana menor, Florencia, se encuentra internada con problemas psiquiátricos.
Mientras tanto, los cambios en SOCMA avanzan raudamente para que la familia, ahora bajo la jefatura de Mauricio Macri, aproveche al máximo todas las medidas macroeconómicas que se van tomando desde el Gobierno.
La nueva empresa
SOCMA SA, la empresa familiar que Franco Macri dejó a sus hijos hace ya casi diez años, es manejada por Leonardo Maffioli quien junto a Nicolás Caputo forman hoy la “mesa chica” de las grandes decisiones políticas y económicas del gobierno.
Maffioli y Caputo decidieron cambiar los negocios a los que se dedica la empresa familiar para adecuarse a la nueva situación. Los Macri tuvieron grandes empresas de construcción y obra pública cuando el negocio era ser contratistas del estado (en los años setenta y ochenta de auge de “la patria contratista”) y las transformaron en empresas de servicios en los noventa cuando el estado vendía sus empresas y el mejor negocio era quedarse con las empresas privatizadas.
Ahora que son “El Estado” vuelven a reciclar sus negocios para convertirlos en “international trader” y utilizar en su provecho los beneficios del libre comercio que pregona Mauricio Macri.
Después de haber cerrado la planta de Chery en Uruguay, formaron una nueva empresa, Sidequip, que tiene como objetivo la importación de elementos para fabricar maquinaria para la construcción y agrícola. Asociados con la fábrica santafecina de sembradoras y equipos Apache ya comenzaron a vender maquinaria a China, desde donde a su vez importan tanto los elementos para fabricarlas como los autos baratos de Chery. Las idas y vueltas con China tienen como objetivo fundamental aprovechar los beneficios impositivos que tiene la compensación entre importaciones y exportaciones a un mismo destino.
Maffioli y Caputo decidieron cambiar los negocios a los que se dedica la empresa familiar: Ahora que son “el Estado” reciclan sus negocios para convertirlos en “international trader” y utilizar en su provecho los beneficios del libre comercio que pregona Mauricio Macri.
Así como en los noventa se instalaban en las zonas con promoción industrial para no pagar impuestos, ahora se suben a todos los beneficios que el gobierno va dictando para promocionar el intercambio comercial con algunos países, fundamentalmente China. La apertura de importaciones les permita ingresar las autopartes de las maquinarias baratas y vender luego las máquinas ensambladas a precio argentino. Con la nueva compañía, extendieron su participación a la fabricación y venta de los vehículos pesados marca Detank y DFSK.
Se trataría así del ingreso de la familia Macri a uno de los negocios marginales vinculados con la obra pública y la actividad agrícola y minera, que es el vinculado con la venta de vehículos de gran porte. Sin aparecer directamente en las licitaciones y contrataciones, se quedan con su parte del negocio. La compañía china DFSK ya anunció que en un acuerdo con el Grupo Socma ingresará este año al mercado del vehículo utilitario en Argentina mientras que Zoomlion Anhui Industry Vehicle Co. Ltd, la más importante fábrica de máquinas para la construcción china, se asoció con los Macri para la fabricación de 1200 diferentes productos que Socma importará a la Argentina.
Todas estas decisiones se fueron tomando sin la participación ni de Franco ni del resto de los hermanos, y es parte de la discusión en que ahora se encuentran envueltos.
Seis meses fatales
En sus primeros seis meses de gobierno, Macri tomó tres decisiones millonarias que beneficiaron a su grupo de empresas: instruyó al ministro Oscar Aguad y al Jefe de Gabinete Marcos Peña para que cerraran el conflicto por el Correo y le perdonaran a su empresa la deuda; llevó adelante el acuerdo entre su empresa de aviones Mac Air con Avianca para preparar el camino para entregarle las rutas aéreas y le otorgó por decreto a su empresa IECSA junto a Odebrecht cuarenta mil millones de pesos a pagar en tres años para el soterramiento del tren Sarmiento.
Aunque los tres hechos fueron descubiertos y se transformaron en escándalo en distintos momentos, lo cierto es las decisiones se tomaron en el mismo momento, y fue apenas se hizo cargo Macri de la oficina de la Casa Rosada: el acuerdo con el Correo se firmó en junio, igual que el decreto para otorgarle los fondos para el soterramiento del Sarmiento. Unos meses antes, en marzo, comenzó el acuerdo para asociar a Mac Air con Avianca.
Aunque los tres hechos fueron descubiertos y se transformaron en escándalo en distintos momentos, lo cierto es las decisiones se tomaron en el mismo momento: apenas se hizo cargo Macri de la oficina de la Casa Rosada.
La presión del ala política del gobierno y el deterioro de su imagen pública como consecuencia del conocimiento público de estos hechos, llevó al Presidente a anunciar que daría marcha atrás con el acuerdo del Correo y que firmaría un decreto que impediría contratos con el estado de su Familia. Hasta ahora, no pudo hacer ninguna de las dos cosas.
La empresa Correo Argentino S.A. no está dispuesta a dar marcha atrás con el acuerdo alcanzado y su padre y sus hermanos desconfían de la fórmula que encontró el gabinete para saldar la cuestión de los conflictos de intereses. Con Caputo y Maffioli manejando las compras y contrataciones del estado nacional seguramente encontrarán atajos de los cuales el resto de la familia quedaría afuera.
“Nosotros vamos a renunciar a los juicios en el CIADI para que él pueda ser presidente, y ellos se van a quedar con los contratos usando otras empresas”, le advirtió uno de los hermanos a un importante funcionario de gobierno esta semana.
La primer suspicacia acaba de aparecer. Después de demorar meses la apertura de sobres para la fabricación del reactor nuclear Carem 25 en la que parecía una licitación destinada a que ganara Nicolás Caputo, sorprendentemente la oferta de Caputo S.A. fue exorbitantemente alta: 1800 millones, casi el doble de lo pautado. Quien resulto ofertar el precio más bajo fue Rivas S.A., una pequeñísima empresa que construye veredas en la ciudad de Buenos Aires. Algunos se preguntaban si este no sería el camino elegido para resolver los conflictos de interés.
Por Gabriel Cerutti para Nuestras Voces