Casi 200 consejeros piden la suspensión de la Asamblea Universitaria
Asambleístas titulares y suplentes de la oposición exigen al Rectorado posponer la sesión convocada para el jueves y en su mayoría no asistirán por considerarla ilegítima. Por la misma razón, estudiantes realizarán medidas de fuerza en los tres lugares de la convocatoria.
Los escenarios posibles para este jueves abren un panorama de incertidumbre en toda la comunidad universitaria.
En un clima de preocupación e incertidumbre ante la última convocatoria del rector Hugo Juri, diversos sectores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) se oponen a la realización de la Asamblea Universitaria el próximo jueves 15 de diciembre. El llamado difundido este lunes para sesionar en tres lugares y horarios diferentes , sumado al hecho de hacerlo entrado el mes de diciembre y en un día laborable -contrario a la costumbre de realizarla los días sábados para asegurar la asistencia de todos lxs consejerxs- agravó la conflictividad por la Reforma Política que pretende aprobar el oficialismo.
En ese marco, la oposición dio a conocer una declaración en la que solicita la suspensión de la Asamblea, firmada por 189 consejerxs titulares y suplentes (incluyendo a decanxs y vicedecanxs) de doce facultades. Mientras tanto, distintas organizaciones estudiantiles e integrantes de otros claustros planean una movilización para impedir su realización.
«Solicitamos al Sr. Rector de la Universidad, Dr. Hugo Juri, trabajar en conjunto con todos los docentes, estudiantes, egresados y no docentes para obtener condiciones de deliberación sobre la Reforma Política que aseguren el pleno ejercicio de la democracia universitaria. Por ello, resulta indispensable suspender la Asamblea convocada para el día 15/12», afirma la declaración de lxs consejerxs, que a su vez se manifiesta a favor de la elección directa de autoridades «bajo condiciones adecuadas y consensos suficientes».
Con el antecedente de la toma del Pabellón Argentina y la suspensión de la última asamblea, sumado a las características de la última convocatoria, que dispone que ante la imposibilidad de sesionar en el Campo Escuela de Agronomía, en la zona rural de Toledo, la misma se realizaría en el Complejo Ferial Córdoba o en el Hospital Nacional de Clínicas, los escenarios posibles para este jueves abren un panorama de incertidumbre en toda la comunidad universitaria.
Una de las alternativas que se considera es que el oficialismo no alcance el quorum necesario, que estaría constituido por 124 de los 247 asambleístas. En ese sentido, lxs firmantes de la declaración dada a conocer ayer por la oposición representan 101 votos en el órgano de gobierno de la UNC (descontando suplentes y vicedecanos), asambleístas que en su mayoría han decidido no asistir por considerar ilegítima la convocatoria. Por su parte, algunos trascendidos indican que lxs representantes del espacio Avanzar también estarían evaluando no hacerse presentes por la falta de condiciones adecuadas.
Al mismo tiempo, representantes del movimiento estudiantil señalaron que realizarán una movilización para impedir que la asamblea sesione. «Vamos a movilizar a los tres lugares, y una vez más vamos a ir explicarle al rector, a las autoridades, a los asambleístas que vayan que en estas condiciones es una irresponsabilidad muy grande intentar llevar adelante esta Reforma Política», señaló Ramiro Albarracín, consejero estudiantil de La Bisagra.
Ilegítima
«La asamblea es ilegitima, y además pone en riesgo la integridad física de mucha gente que no tiene las condiciones mínimas garantizadas para que sea un proceso democrático. Y ante esa ilegitimidad el movimiento estudiantil define hacer otra vez una medida de fuerza para que no sesione la asamblea», dijo Albarracín. Asimismo, afirmó que esta medida trasciende al movimiento estudiantil y que también se han sumado distintas organizaciones, docentes y egresadxs.
En tanto, el decano de la Facultad de Ciencias Químicas Gustavo Chiabrando, uno de los asambleístas que firmó la declaración junto a lxs decanxs de Artes, Filosofía y Humanidades y FAMAF para pedir la suspensión, también destacó que la asamblea convocada carece de legitimidad. «Esta reforma política que se pretende aprobar no ha tenido el tiempo de debate necesario para ponernos de acuerdo en los puntos fundamentales para definir el estilo de Universidad que queremos», dijo, y expresó la necesidad de contar con mayor tiempo de debate para definir el modo de ponderación de los votos.
«Hoy en toda la comunidad universitaria acordamos que la elección directa es la mejor forma pero la manera de ponderar esos votos tiene sus discrepancias porque hay dos posiciones básicamente opuestas: la de la simple ponderación, que privilegia las facultades de mayor número y da un poder hegemónico a muy pocas facultades, contra una doble ponderación que privilegia la igualdad de poderes entre las unidades académicas y los campos disciplinares», advirtió Chiabrando.
Al respecto, desde las organizaciones estudiantiles advierten que la simple ponderación otorgaría un poder mayor a las cuatro facultades actualmente oficialistas que no sólo se expresa en términos electorales sino que también puede incidir en la distribución desigual de recursos dentro de la UNC.
Cabe destacar que a las dos propuestas de la simple y la doble ponderación se suma una tercera posición, sostenida por otros espacios políticos y agrupaciones estudiantiles de la UNC, que defienden que en la elección de autoridades dentro de la universidad una persona equivalga a un voto, de manera similar al mecanismo electoral utilizado a nivel nacional, provincial o municipal.
Otro de los aspectos cuestionados de esta asamblea es el hecho de que las facultades de Ciencias Sociales y Ciencias de la Comunicación recientemente creadas no podrán participar de la votación. En ese sentido, Silvina Cuella, decana normalizadora de la Facultad de Ciencias Sociales, afirmó: «Nos preocupa mucho la posición en la que quedan las facultades que se encuentran en proceso de normalización y en ese sentido hemos sostenido en todo momento la necesidad de suspender y pasar a otro momento y en otras condiciones la asamblea». Además, señaló que esta segunda convocatoria en tres lugares diferentes «muestra indudablemente que teníamos razón, que no hay condiciones hoy para hacer la Asamblea Universitaria».
En el mismo sentido, el consejero de la Bisagra destacó: «Entendemos que el llamado en tres lugares para la Asamblea Universitaria es una muestra más de lo que venimos viendo. El oficialismo no tuvo voluntad de diálogo: las mesas que se abrieron con el movimiento estudiantil, y también con los decanos de la oposición, todas circularon sobre argumentos cerrados, nunca escucharon ninguna de las demandas ni propuestas que nosotros hicimos para destrabar el conflicto».
Confrontación y fragmentación
Lxs referentes de la oposición y el movimiento estudiantil coinciden en que la situación surgida a partir de la falta de consensos para realizar la Reforma Política y las condiciones de las últimas convocatorias para realizar la Asamblea Universitaria han generado un clima de conflictividad y confrontación inédito en el ámbito de la UNC.
Al respecto, el decano de Ciencias Químicas expresó: «Por esta irresponsabilidad, hoy la universidad está fragmentada, dividida en dos, y eso también es una carencia de leer el escenario político. Los canales de negociación que nosotros intentamos como oposición fueron infructuosos porque los posicionamientos son extremos, los intereses son extremos. Los acuerdos políticos se trabajan, no se imponen, por eso son acuerdos, y eso requiere tiempo, no se resuelven en un día«.
En el mismo sentido, Albarracín opinó que esta situación «genera un clima dentro de la universidad que hasta hoy no existía». Y agregó: «Por más que existían diferencias, siempre se supieron llevar adelante con discusiones, con debate, incluso con votaciones que algunos ganaron y otros perdieron, pero nunca en un clima de conflicto explícito que es donde nos va a terminar llevando esto se apruebe o no se apruebe la reforma. Me parece que es bastante irreversible el punto en el que estamos hoy».
Al ser consultada por las implicancias que tendría la aprobación de la Reforma Política en estas condiciones, la decana de Sociales manifestó: «Uno puede tener los votos suficientes para impulsar una reforma, pero si esos votos no expresan un consenso generan un marco de conflictividad difícil de resolver. Quedan dos años y medio de gestión, y me parece que después del jueves se entra en un proceso complejo, porque mas allá de la convocatoria que hizo el rector públicamente de generar espacios para ver en qué puntos podíamos construir consensos, no hubo voluntad del bloque oficialista. En ese sentido creo que esto genera un escenario complejo en la vida institucional de la universidad».
* Nota de Lucía Maina Waisman para La tinta.