Que se vaya todo
La democracia, tal como la conocemos y padecemos, ha logrado una extraña alquimia: hacer legal lo ilegítimo. El estado de derecho garantiza múltiples derechos. El más importante: la propiedad privada. No solamente de los medios de producción material, sino de los medios de producción de subjetividad. Eso que algunos llaman los “medios”. Pero que a mi criterio es la industria de la publicidad. Permite inducir, generar, y potabilizar el consumo de sapos, carne podrida y todo tipo de contaminantes, como si fueran manjares celestiales.
La industria de la publicidad nada tiene que ver, más bien es lo opuesto, con la actividad de difusión. Es Industria de industrias, ya que toda la producción de bienes y servicios se apoya en una maquina publicitaria que le otorgue dignidad de consumo a la más rancias, berretas, y pestilentes mercancías. Obviamente, el cínico objetivo del sistema depredador es focalizar la lucha contra ciertas sustancias, simplemente para que todos los demás venenos sean consumidos sin el menor control y cuestionamiento.
Una pareja perversa, donde ella compensa con la tarjeta de crédito las emociones que el castrado marido no le ofrece en ámbitos de mayor intimidad que los de un shopping, son una radiografía de la decadencia y corrupción mental que genera la economía de mercado. Los excluidos enloquecen, mueren, o ambas cosas. Los incluidos padecen de crónicos procesos de psicotización. El “2×1”, los descuentos preferenciales en determinados días de la semana, siempre de la tarjeta que no tenemos, los on sale, “hasta liquidar stock”, y las promo que son descuentos pequeños sobre grandes aumentos, logran construir una burbuja donde se mezcla el consumir objetos con el consumir consumo.
La burbuja política es quizá, la más expandida. La democracia es un tinglado de estafadores, de corruptos por convicción, de oportunistas de mentes cortas y patas largas, de piratas del asfalto, de piratas del empedrado y piratas de las veredas, de tahúres y malandras donde si hacen es para poder robar. La democracia real, no la de los relatos republicanos, de las fechas patrias, de los discursos huérfanos de contenido, es el cuento del tío que más tíos y tías ha tenido. Obviamente, nunca tronó ningún tipo de escarmiento. Democracia que se dice abolicionista y no puede combatir el secuestro y reducción a servidumbre de mujeres, niñas y niños.
El eufemismo “Trata” o “en situación de prostitución” creo que es parte del problema y aleja la solución. Porque la democracia real, es entre otras cosas, la democracia del eufemismo. Del relato. Del discurso. De los garabatos estadísticos. De los planos y planes de escritorio que, como la publicidad, no pasan la prueba de realidad. Se maldice el caos de tránsito producto de la “piquete manía”. Pero de los asesinatos viales producidos por el estado de las rutas, sin señalización, sin banquina, con carteles que señalan: “Animales Sueltos”, a sabiendas que los animales no leen. Creo que los animales sueltos son los funcionarios que incluso en autopistas no pueden dar normativas de seguridad, más que los carteles de velocidad máxima, que sólo sirven para que los animales sueltos cobren multas.
La democracia real fue sacudida hace 15 años. No fue una lucha contra ninguna dictadura. Fue una batalla contra la democracia real. O sea: una insurrección del pueblo rápidamente cooptada por el elenco estable del Teatro de la Representación. Por eso la casta política puede conmemorar los 200 años de nuestro primer gobierno patrio, pero le tiene pánico, ataque más, ataque menos, a la pueblada del 19 y 20. Asesinaron más de 35 personas, algunas con una refinada crueldad, que por democrática, no deja de ser crueldad.
La maldita partidocracia rápidamente se puso a la cabeza del movimiento, solamente para degollarlo. Y cuando a pesar de eso, del grotesco desfile de presidentes de facto, el movimiento popular insistía, entonces la democracia real asesinó a Maxi y Darío. Como antes había asesinado a centenares de compañeras y compañeros. “El movimiento piquetero fue objeto de la violencia estatal y ha sido reprimido en varias oportunidades por los gobiernos de turno -sean locales, provinciales o nacionales- provocando en muchas de esas represiones muertes y/o heridos.
- 1995/04/12: El obrero de la construcción Víctor Choque fue asesinado a balazos por la policía provincial -con el apoyo de Gendarmería- en Ushuaia, Tierra del Fuego, cuando reclamaba mantener su puesto de trabajo en la empresa electrónica Continental. Tres policías fueguinos fueron sentenciados por el hecho.
- 1997/04/12: La empleada doméstica por horas Teresa Rodríguez, de 24 años, fue asesinada por un miembro de Gendarmería Nacional mientras se reprimía una manifestación de docentes y desempleados en Cutral Có, provincia de Neuquén.
- 1999/12/17: Los piqueteros Francisco Escobar y Mauro Torres fueron asesinado por Gendarmería Nacional en Corrientes, mientras eran desalojados del puente General Belgrano durante un recital de La Mosca Además hubo 28 heridos de bala. El hecho se conoce como Masacre de Corrientes.
- 2000/02/06: El joven Hugo Javier Barrotaveña fue asesinado por un ex policía y puntero del PJ, Julian Dietzmaier, que le disparó al intentar pasar a la fuerza por entre el piquete, pese a que cien metros atrás había un vallado policial que impedía pasar a los automovilistas en la localidad bonaerense de El Jagüel, Esteban Echeverría, provincia de Buenos Aires.
- 2000/05/09 Los jóvenes Matías Gómez y Orlando Justiniano (UTD Mosconi) fueron secuestrados mientras juntaban leña para llevar a un piquete en la localidad jujeña de General Mosconi; fueron torturados salvajemente y asesinados. Luego fueron abandonados en la ruta nº34 de Jujuy, con la intención de simular un accidente de tránsito.10
- 2000/10/10: En un piquete en Tartagal (Salta) fue asesinado Aníbal «La Brujita»Verón -mecánico de la empresa de colectivos de larga distancia Atahualpa- que se encontraba en huelga con sus compañeros por la reincorporación de despedidos. Verón fue asesinado de un balazo calibre 22, arma no reglamentaria que suelen usar las fuerzas represivas para matar sin reconocer sus crímenes.
- 2001/06/17: Carlos «La Tota» Santillán (27 años, de paso por el lugar) y Oscar Barrios (16 años) fueron asesinados en la localidad de General Mosconi, provincia de Salta, por miembros de Gendarmería Nacional cuando reprimieron un corte en la ruta 34.
- 2002/06/26: Los jóvenes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki -pertenecientes al Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Guernica y de Lanús respectivamente- fueron fusilados por miembros de la Policía Bonaerense en la estación Avellaneda del ferrocarril, en la provincia de Buenos Aires. Al hecho se lo conoce como Masacre de Avellaneda.
- 2002/07/03: Luis Barrios, Marta López y Alberto Quintas -estos dos últimos testigos que identificaron a policías que participaron de la masacre del 20/12/2001- fueron baleados por desconocidos cuando se dirigían a la estación de trenes de Avellaneda a repudiar los fusilamientos de Kosteki y Santillán. Los tres pertenecían a la Coordinadora de Unidad Barrial (CUBA), integrante del Bloque Piquetero.
- 2003/10/04: El joven de 20 años Cristian Gabriel Ibáñez -militante de la Corriente Clasista y Combativa (CCC)- fue encontrado muerto en su celda luego de haber sido detenido por la policía jujeña en la localidad de Libertador General San Martín.
- 2003/10/10: El piquetero Luis Marcelo Cuéllar -militante de la Corriente Clasista Combativa (CCC)- fue asesinado mientras participaba de una manifestación por el ‘suicidio’ de Cristian Ibáñez, ocurrido en una comisaría de Jujuy.
La democracia real legaliza y legitima el Estado Terrorista. Desde los sótanos de una comisaría donde se tortura en forma sistemática, hasta las góndolas de un super, donde se tortura en forma sistemática. Mirar aquello que nunca se podrá comprar, desear aquello que nunca se podrá obtener, es también una forma de tortura psicosocial.
Obviamente, nada de eso es violencia para la democracia real. El tabú de las violencias es solo para las víctimas y el mandato de las violencias es solo para los victimarios.
Lo más grave de todos modos, no es el catecismo exterminador de la cultura represora. Lo más grave es que ese catecismo está aceptado, justificado, banalizado por los condenados de la tierra. Votamos creyendo que hay una relación posible entre el voto y el cambio. La grotesca paradoja de Cambiemos es la última prueba de ese mecanismo.
En rigor, Cambiemos también dijeron los privatizadores de los 90 que siguieron las políticas de Menem Cavallo, se beneficiaron con la convertibilidad y las privatizaciones, y 10 años después se re encarnaron en los y las líderes del movimiento nacional y popular. Cambiaron o sea: panquequearon.
Tampoco tronó el escarmiento.
A quien odiás mas: ¿a Aranguren o a Dromi?. Esa pregunta ni siquiera se hace. Y menos se responde. La democracia real ha prostituido incluso la dignidad militante de un preso político. Milagro Sala tiene que estar libre. De acuerdo. Pero darle la épica, la dimensión luchadora, la dignidad militante de “preso político”, es a mi criterio, una desmesura más y la sumisión a los mandatos de la democracia real. Es una política que está presa. Funcionaria de un gobierno que desarticuló, manipuló y gerenció a los organismos de derechos humanos y a las organizaciones sociales.
La democracia real exige reinar, le resulta insuficiente gobernar. Tanto la Tupac Amaru, como Sueños Compartidos, han tenido recursos extraordinarios del estado corruptor. Estado Parásito que succiona sangre de trabajadores vía impuestos al consumo, y luego hace transfusiones de sangre contante y sonante para los bolsillos de los adictos al Poder. Siempre al poder de turno.
De Norma Arrostito a Milagro Sala, de Lisandro de la Torre a Nisman, hay una parábola que mucho tiene que ver con nuevos estatutos de nuevos coloniajes. Por eso fracasó el “que se vayan todos”. Primero porque no es lo mismo exigir que se vayan a tomar la plebeya decisión de echarlos
Pero más allá que se vayan o no, el tema es que, trasvertidos del partido político que mejor les caiga, volverán como las obscuras golondrinas, ahora clonadas en aves de rapiña. Golondrinas carroñeras para comer el banquete y las sobras del banquete también. De lo que se trata es de que “se vaya todo”. Y el “Todo” es la lógica del mandato represor en el cual la víctima ve a su victimario como su libertador. O al proceso electoral como garantía del poder popular.
Pasaron varias décadas. La democracia real es una estafa política colosal. Es la continuación de la dictadura por otras formas. No menos letales. Asesinatos y desaparecidos en democracia son pruebas contundentes de que la cosecha de represores nunca se acaba. La democracia real es la democracia de una realidad represora. Una democracia no represora debe incluir revocación de mandatos, control popular de los patrimonios de los representantes, plebiscitos vinculantes, autonomía de gestión en todos los municipios.
La democracia real no es la democracia de la representación, sino de la restitución. O sea: la forma sin el contenido. Botella de Rutini con vinagre. Todo esta subversión subjetiva es posible, es necesaria, es digna, es hermosa. Única condición: debe ser sostenida por colectivos con una marca fundante en la autogestión. Como extremo límite: un pueblo en armas. Que no son los fierros sino las ideas y la voluntad inquebrantable de vivir como se piensa. Solamente cuando se vaya todo, pueda llegar algo nuevo. Entrañablemente nuevo.
*Por Alfredo Grande para Pelota de Trapo.