Rojava marca el camino: el pueblo Kurdo a la cabeza de la revolución del siglo XXI
A pocos meses del fallido pero sangriento intento de auto-golpe de estado por parte de las fuerzas armadas turcas, el gobierno de Erdogan ha instalado en Turquía un estado de brutal represión que trajo como consecuencia decenas de miles de detenidos, canales de TV cerrados y numerosos diputados encarcelados.
“La solidaridad internacional es la principal arma contra todas las armas,
contra el colonialismo y el patriarcado(…)
Hoy si es necesario y hay alguna zona en America Latina para liberar a las mujeres(…)
las mujeres Kurdas de las YPJ vendrían a luchar por la liberación de aquí”
La noche del 15 y 16 de julio del 2016 pasará a la historia y será recordada como un punto de inflexión en el escenario político, ya que el gobierno turco emprenderá una serie de reformas antidemocráticas con las características de un régimen autocrático y presidencialista.
El jefe del estado Turco aprovechó esta coartada para formar una coalición anti kurda con dos de los tres partidos con representación parlamentaria, desconociendo que el HDP obtuvo 6 millones de votos y 59 diputados. Tal es así que hasta el mes de noviembre se contabilizan una treintena de municipios cuyos alcaldes han sido destituidos y el encarcelamiento de los diputados de HDP.
Estos acontecimientos están íntimamente relacionados con los últimos atentados ocurridos en Estambul en el estadio del club Besiktas, dejando un saldo de decenas de heridos, estableciendo una línea de continuidad entre la ofensiva política del gobierno turco contra el pueblo Kurdo.
El gobierno de Erdogan, junto con el apoyo del imperialismo y con el pretexto de enfretar al estado islámico, se propone liquidar la revolución que hoy por hoy representa lo más avanzado en todo Medio Oriente en materia de derechos y libertad, la revolución del pueblo kurdo.
Turquía se niega a dar reconocimiento al pueblo Kurdo por la sencilla razón de que existen intereses económicos y políticos: el territorio del Kurdistán abarca regiones con inmensas cuencas petroleras, por lo tanto, si los kurdos fueran reconocidos Turquía no podría negociar ningún recurso sin el permiso del pueblo Kurdo.
Al mismo tiempo, las potencias imperialistas como EEUU y Rusia dieron su “apoyo” a las milicias Kurdas, pero siguen considerando al PKK como una organización terrorista. Esto no representa mas que un engaño ya que dichas potencias no otorgan el reconocimiento al pueblo kurdo ni proponen su participación en las negociaciones de Ginebra. Esto no fue nada mas ni nada menos que un manotazo de ahogado, ya que el proceso revolucionario en Rojava (norte de Siria) tenía que terminar y ser controlado, pero los kurdos en su resistencia contra el ISIS hicieron que EEUU y Rusia tuvieran que intervenir porque se perdía.
Estos elementos de la geopolítica de la región ponen en evidencia la profunda crisis interna que está viviendo el capitalismo. Los pueblos del mundo y en especial los de Medio Oriente, se están movilizando y buscando nuevas alternativas de vida y comunidad. El pueblo Kurdo, a través del Confederalismo Democrático, propone una alternativa real a las democracias liberales y los regímenes autoritarios de la región.
Ante este panorama la solidaridad internacional es la principal arma que tenemos los pueblos. Es importante poder redoblar la apuesta y realizar campañas de difusión en apoyo y reconocimiento de la revolución.
*Por Laura Zaldua para ANRed.