“En este mundo occidental, industrial y tecnificado, está faltando más filosofía”
El filósofo italiano Gianni Vattimo participó en Córdoba de la charla “Religión, Política y Filosofía” y recibió el diploma de “Visitante Distinguido” de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
En su paso por Córdoba, Gianni Vattimo, militante comunista y ex parlamentario europeo, alertó sobre la importancia de recuperar la dimensión humana de la política a través de la filosofía y la religión para construir un mundo más justo. El auditorio Hugo Chávez desbordó de público.
Se recibió en la Universidad de Turín, tiene ochenta años y es un referente ineludible de la filosofía contemporánea ligado por su producción intelectual y compromiso político, con América Latina. “Los filósofos europeos de hoy quieren ser todos norteamericanos, y yo siempre consideré a América Latina el futuro de Europa” declaró.
Dado el título de la charla, Vattimo recorrió tres ejes: Religión, Política y Filosofía. Lo hizo con la mirada puesta en lo que pasa en Europa, uno de los centros del poder mundial cuyos hechos y procesos impactan e influyen –a veces más, a veces menos- en esta parte del globo.
Neutralización de la política
“Estamos en una fase del neoliberalismo de neutralización de la política a través de técnicos. El sentido filosófico, nuestra existencia misma está en manos de una máquina que sólo nos impone roles, y que se mueve en función de normas y reglas establecidas por instituciones misteriosas, que lejos están de la voluntad popular. El Parlamento Europeo, del cual yo fui parte, y el Consejo Europeo aún más, toman decisiones que están inspiradas por técnicos, lejos de las aspiraciones del pueblo”, advirtió Vattimo.
Dentro del proceso que se da en esta fase del neoliberalismo que describió el filósofo, “la integración económica funciona para favorecer a las multinacionales, no tiene en cuenta los derechos de los trabajadores ni de las comunidades. Desde los tratados de libre comercio entre países se borran los límites y las fronteras, pero sólo para la circulación de los capitales y las empresas. Mientras las corporaciones tienen libertad de circulación, se construyen muros y barreras que dividen a las personas entre países y también entre grupos sociales”.
Explicó en relación a eso que “el mundo integrado es necesario y funciona maravillosamente, se sostiene al costo de la libertad de los ciudadanos, porque la integración económica tiene como contracara la construcción de muros y fortalezas que segregan y aíslan a las personas”.
La salida
La filosofía es una posibilidad, porque “la filosofía tiene un sentido que es la defensa de la existencia para que este mundo sea vivible, y tiene que ayudar a luchar contra esta neutralización universal”. Explicó que “hoy no se puede participar de la política si uno no es ciegamente optimista”.
Y en este sentido planteó que “sólo una actitud religiosa explícita puede ayudarnos a transformar el mundo” y aclaró “me acusan de católico-comunista. Soy comunista por la injusticia del mundo, me escandaliza esa injusticia. Se necesita un compromiso político y ético muy fuerte para enfrentar esto, y en un compromiso activo hay una fuerte inspiración religiosa. ¿Por qué debería ocuparme de lo político sino fuera cristiano, si no me preocupara el otro, la suerte del prójimo, la miseria humana?”.
“La técnica es neutral, el problema es quién la utiliza, por eso no hay salvación técnica solamente, sino ética-política, y en Europa hoy los gobiernos están manejados por tecnócratas que solo cumplen órdenes de instituciones democráticamente dudosas. Lo que a mí me interesa poner en discusión es la autonomía de la técnica”. Y cerró “Hoy se prescinde de los estudios sociales y sobre todo de la filosofía. Y lo que está faltando es más filosofía, más humanidades. En este mundo occidental, industrial, tecnificado, se necesitan más ciencias humanísticas”.
Fuente: Alfilo / Fotografías: Irina Morán