
La locura de la luz: apuntes sobre la muerte
Un hombre atribulado por la inminencia de su propia muerte corría por las calles de un barrio de la ciudad de Córdoba. Él sabía que se iba a morir. Pero no como todos nosotros, que nos sabemos mortales. El pedía ayuda porque tenía un grado de certeza mayor que el que nosotros tenemos respecto de nuestra propia muerte. Su muerte sucedía en gerundio, aunque aquello sea imposible. Por Verónica Michelle Cabido