«No hay olvido, y no hay perdón tampoco»

«No hay olvido, y no hay perdón tampoco»
20 septiembre, 2016 por Redacción La tinta

Al cumplirse diez años de la desaparición de Jorge Julio López, recuperamos las palabras de Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, durante la marcha de 24 horas del Encuentro de Los Pueblos por la urbanización, en febrero de este año. «Pensamos que habíamos ganado. Escuchábamos discursos de que en democracia no desaparece nadie. Y yo lo escuchaba en La Plata donde habían desaparecido a Jorge Julio López. Y parte de la militancia aplaudía mientras se decía que en democracia no desaparecía nadie. No hay olvido, y no hay perdón tampoco».

Historia, contexto político y violaciones a los derechos humanos

Me parece que es un contexto político que nos va a obligar a todos a encontrar puntos de acuerdo. Está realmente difícil al situación, a nivel represivo va a estar un poco más tremendo. Igualmente cuando digo esto, al mismo tiempo pienso en cada una de las caritas de los pibes que ya no están y de las familias que vi llorar y ahí inmediatamente me ubico en el tiempo histórico en que ocurrieron esos hechos, y pienso que en ese momento también era tremendo lo que estaba pasando y era absolutamente violatorio de los derechos humanos, cada una de las muertes de nuestros pibes, de las torturas, de los encierros ilegales, a cargo de policías que le arman causas a nuestros pines y pibas en los barrios.

Este momento va a ser tremendo, pero para entender este momento tenemos que hacer una crítica bien fuerte de procesos políticos anteriores. Porque sino empezamos a hacer una comparación, a mi entender un poco carente de razonamiento. Empezamos a pedir que vuelva a lo que consideramos un poco más respetuoso en términos de derechos humanos, y me parece que por ahí no está la cuestión.

La cuestión está en empezar a entender críticamente que hay un sector de la sociedad que no ha accedido a sus derechos desde la apertura de la democracia hasta hoy, yo hablo desde un sector de esta sociedad. Hablo desde el sector más humilde la esta sociedad. Sector que está en boca de muchos.

Muchos dicen -bueno ustedes han accedido a esto, aquello, a la asignación, al plan trabajar- hagamos el trueque, yo les paso mi asignación, les paso la casa de mi vieja en el barrio 12 de Octubre. Ustedes denme su casa. Hagamos el trueque y comparemos si eso es una forma digna de vida, si eso es todo lo que nos merecemos y si eso es lo único que necesitamos para decir que hemos obtenido algún avance en materia de respeto a los derechos más elementales que tenemos como seres humanos. Desde la apertura de la democracia hasta hoy, los temas que tienen que ver con la represión no se han tratado, no se han trabajado con los familiares.

Y aquí existe una intención bien clara de no darle solución a estos temas, porque es necesario que exista ese control social hacia un sector determinado, porque este sistema no tiene espacio para todos. Simplemente eso. Entonces realmente hay un sector de la sociedad que tiene que morir, realmente hay un sector de la sociedad que tiene que estar preso, realmente hay un sector de la sociedad que tiene que estar internado en los centros considerados para la recuperación de enfermos mentales, o adictos. Los pobres para cada problema tenemos un lugar de encierro.

Para este sistema es necesario que gran parte de las personas pobres estén encerradas. Poco a poco van a ir muriendo también, porque la realidad es que en las instituciones de encierro no hay lugares de contención ni herramientas de rehabilitación, reinserción o lo que carajo sea para después volver a la sociedad y decir, bueno me incorporo, encuentro un trabajo, refuerzo en mi casa las cuestiones que anteriormente estaban vulneradas. Desde este lugar hablo cuando hablo. Si uno empieza a entender la crisis de nuestro país, en 2001 tuvimos una crisis tremenda, que originó que los sectores medios cayeran terriblemente en la pobreza, que los pobres pasaran a la línea de marginalidad.

Vino un gobierno que acomodó un poco las cosas, y que acomodó especialmente a los sectores medios.

No todos, pero gran parte de esos sectores medios son los que dicen “se están quejando de llenos, a los pobres les dieron esto, aquello”. No todos, una parte, con la que sigo discutiendo que le cambio mi asignación y la casa de mi barrio, y que ellos me den su casa y su sueldo y vemos si ellos se bancan un sólo día de vivir en una villa, sin cloacas, sin asfalto, con la cana que te respira en la nuca, que te persigue a tus pibes. Tratando de encontrar un bondi, porque como ya se ha instalado tanto el discurso de la inseguridad, el bondi te pasa hasta determinada hora.

Si tu pibe se te enferma a las 3 de la mañana corré a ver si algún vecino solidario tiene auto primero, tiene un mango para cargarle nafta o gas y si te puede llevar a un hospital. Seguramente si vivís en conurbano no vas a poder llevar tu pibe a algún hospital del conurbano, porque claro, la inseguridad hace que algunos médicos pidan policías o que no atiendan las guardias. Entonces te vas a tener que ir a la ciudad de Buenos Aires, si encontras algún medico bueno puede ser que te atienda, porque sino te puede mandar tranquilamente al hospital que te corresponde en el conurbano. Si sos inmigrante, ¡uy que problema tenés!

Entonces hay problemas que seguramente muchos de los que dicen, les dieron esto, les dieron aquello, no la ven ni cuadrada, porque no saben cuáles son los problemas que tiene uno, que vive en un barrio y que está totalmente vulnerable y que encima tiene que lidiar con la discriminación y la criminalización del día a día, que hace que vos seas una persona invisible, en un barrio que es cada vez más invisibilizado por la falta de derechos.

Y cuando un barrio es invisibilizado es el reino de la impunidad, es el lugar para la venta de paco, para que nuestros pibes mueran al poco tiempo, porque el paco es eso también, es una forma de matar pibes. Que el transa este en el barrio vendiendo paco es una estrategia de este sistema para seguir matando a nuestros pibes.

De lo que significa un porro en las vidas de lxs pibxs de las villas

Tenemos que hablar de despenalizar el consumo de la marihuana. Tenemos que empezar a hablar con personas que están empezando a discutir qué significa para nuestros pibes tener un porro. Porque nuestros pibes si van en cana por tener un porro. Y ese porro es la puerta de entrada para que a nuestros pibes les digan: o me pagas o robas para mí. O me pagas o te armo una causa.

Y el pibe, que no tiene herramientas para defenderse y para discutir, que no le pueden armar una causa porque tiene un porro, termina o transando con la cana para salir a robar para ellos, o termina con una causa armada que seguramente le será la puerta de entrada a un montón de situaciones terribles de violencia que va a vivir.

Nuestros pibes van a los barrios a comprar marihuana, y eso no quiere decir que yo diga, dejémoslo que tengan la plantita y que se droguen libremente. Estoy hablando de que hoy tener un porro para muchos de nuestros pibes es la puerta de entrada a muchas situaciones de violencia. La violencia institucional tiene que ver con muchas formas de violencia: la falta de vivienda, la falta de salud, la falta de educación, no poder darle un plato de comida digno a nuestros pibes. Y que nuestros pibes no coman en el tiempo que corresponde, hace que nuestros pibes también tengan muchos problemas a futuro.

La imposibilidad de humanizar a las policías

Particularmente cuando hablamos de violencia institucional, los familiares que sufrimos las muertes de nuestros hermanos, de nuestros hijos, de nuestros sobrinos, hablamos de violencia policial. Han crecido mucho los discursos de mano dura, cada vez existe un mayor control en los barrios. Yo considero que acá también nos tenemos que dar una fuerte discusión las personas que vivimos en los barrios.

La posición que tenemos desde Familiares y Amigos de Luciano es fuera la policía de nuestros barrios, fuera todos. Porque no creemos en la buena onda de la gendarmería. Y sí entendemos que hay muchos de nuestros vecinos que se sienten seguros con alguna fuerza de seguridad en los barrios, porque realmente hay situaciones re complejas que se dan en los barrios. Uno mismo a veces llega recaliente por las situaciones que se viven.

Y el vecino, que no tiene tanta comprensión de la situación que se vive dentro del barrio con la cana, al pibe lo quiere reventar, y quiere la cana adentro, entonces realmente tenemos que discutir si nosotros no merecemos seguir minando nuestros barrios de policía, o si nosotros nos merecemos que empiecen a darnos los derechos que nos corresponden y que empecemos a visibilizar nuestros barrios.

Porque si visibilizamos nuestros barrios no necesitamos que venga un cana con un fierro a tratar de asegurarnos nuestro rancho, nuestra vida, nuestras pocas cosas que tenemos. Porque ahí está la trampa. Vulnerabilizarnos, invisibilizarnos y hacernos creer que la única forma de poder estar seguros es con una fuerza d seguridad en nuestros barrios, que son los encargados de manejar los grandes negocios que provocan la inseguridad: la venta de armas, la trata de mujeres, las salideras bancarias, la liberación de zonas para mandar a nuestros pibes a robar o para mandar a los suyos a robar.

Esas son las fuerzas de seguridad. No creemos tampoco que podamos humanizar la figura de un policía, pero discutámoslo. Yo quiero escuchar a los organismos de derechos humanos, o a las organizaciones sociales, barriales que creen que se puede.

¡Discutamos! Nosotros no creemos en que con policías se solucione la seguridad de nuestros barrios, tampoco creemos que podamos humanizar la actitud de la policía, porque son las fuerzas represivas del Estado que responden a una orden, y cuando la orden es reprimir, cuando la orden es controlar, estos tipos lo único que hacen es agachar la cabeza y obedecer las órdenes. Nosotros les podemos estar diciendo en su cara: ¡vos no tenés hijos, vos no tenés sangre, vos no tenés corazón!. Pero estos tipos obedecen órdenes.

Y no se van a mover de ahí, no hay corazón, no hay sangre, no hay hijos, no hay un carajo. O acaso los que vivimos en los barrios no les vemos los ojos cuando estamos en los barrios y están re calientes. Vamos, se los vemos a los ojos! Son los ojos de que nos quieren matar, de que nos quieren cagar a palos. Salen formateados con ese chip.

Denunciar las violaciones a los derechos humanos siempre

Y nosotros tenemos que avanzar un casillero. Porque durante muchos años de democracia han ganado la batalla. El macrismo se viene a hacer un festín.

El macrismo ya tiene todas las fuerzas de seguridad. Vamos a nombrar las de Matanza. La bonaerense, que es la maldita policía bonaerense, que fue denunciada por tantos casos que se creó la bonaerense 2, la bonaerense 2 se terminó amalgamando con la bonaerense y se creó la policía municipal, que es una bosta como la bonaerense y la bonaerense 2, entonces se creó la policía comunal, o CPC Comando de Patrulla Comunitaria. “Comando de Patrulla Comunitaria” es la forma más perfecta de no poder denunciar nunca a un cana que golpea a nuestros pibes, porque ellos te hacen el patrullaje en el barrio. Te levantan al pibe, te lo cagan a trompadas adentro del patrullero, lo llevan a la comisaría, y cuando vos llegas re caliente a decir quién carajo levantó a este pibe y le puso una mano te dicen, fueron los del CPC, y claro los del CPC no tienen su jefe en la comisaria de barrio.

Entonces la estrategia cada vez está mejor armada. Y no me olvido que mandaron varias tandas de gendarmería porque como las fuerzas policiales son un maldito asco encargada de todos los casos de inseguridad, entonces mandemos a los gendarmes que nos causan un poquito más de respeto, no sé por qué. Y así cada vez estamos más controlados por los azules, por los verdes, por los marrones.

En nuestros barrios están todo el tiempo con esas armas largas, nuestros chiquilines conviven viendo al policía en el barrio, con el fierro largo, juegan en la tierra al lado de estos personajes, y el macrismo vino y ya la tiene servida. Quizás es eso lo que tenemos que empezar a discutir fuertemente.

Que quizás un poco dormimos durante un periodo de tiempo. Pensamos que habíamos ganado. Escuchábamos discursos de que en democracia no desaparece nadie. Y yo lo escuchaba en La Plata donde habían desaparecido a Jorge Julio López. Y parte de la militancia aplaudía mientras se decía que en democracia no desaparecía nadie, y lo decían en La Plata donde estaba desaparecido Jorge Julio López. No hay olvido, y no hay perdón tampoco.

Con el genocidio pero tampoco lo hay con aquellos que decidieron invisibilizar la realidad de un sector de la sociedad que todavía sigue sufriendo la represión, la desaparición y las torturas. No hay perdón, porque era ese el momento de poder discutir lo que significaba la continuidad de políticas que se generaron durante el último genocidio, era ese el momento eh.

Los centros clandestinos de detención y la apuesta por una memoria dinámica

Nos metieron que eran los ex centros clandestinos de detención. ¿Son ex centros clandestinos de detención? Cuando todavía está viva la memoria porque esta Nora, porque todavía seguimos hablando con detenidos que pasaron por esos lugares que nos cuentan el sufrimiento que les tocó vivir en ese lugar. ¿Eso representa una ex memoria? ¿Un ex sufrimiento?

No. La ESMA es un centro clandestino de detención y lo seguirá siendo siempre. Para nosotros lo seguirá siendo siempre. Como lo es SERE, como lo son cada uno de los lugares por donde pasaron cada uno de nuestros compañeros y compañeras. 40 años pasaron, no es nada 40 años y lo es todo. Porque tenemos la posibilidad de escuchar a personas que vivieron ese momento, que sufrieron esa pesadilla y nos están obligando a repensarnos como sociedad constantemente.

Empecemos a entender que la memoria tiene que ser una memoria de todos los días, que tiene que ser una memoria dinámica, que nunca nos podemos olvidar de lo que nos ocurrió 40 años atrás, porque nos ocurrió.

Nosotros somos hoy el producto de eso que pasó, somos parte de eso.

Nosotros seguimos padeciendo el genocidio. Durante años se encargaron de hacer mierda a los sectores que luchaban. Nosotros somos Maxi y Darío, por eso no podemos permitir que nos controlen a la hora de salir a luchar y a pedir por nuestros derechos. Si no podemos quedarnos cortando en un lugar, vamos a caminar, vamos a cruzar la calle mil veces, vamos a encontrar nuevas formas de salir a luchar.

Pero vamos a salir a luchar. Porque el miedo no lo pueden instalar en nosotros. Tenemos que estar confiados en que realmente se puede cambiar esta situación y que podemos obligar a estos personajes que están hoy en el gobierno a que retrocedan en cada una de sus políticas infames. Lo podemos hacer. El momento es difícil, pero quizás es el momento que nosotros como pueblo necesitamos para empezar a entender que tenemos que hablar de la represión, del control, de la criminalización y de la discriminación como se debe hablar.

Que aquí existen responsabilidades políticas, judiciales, policiales, de los grandes medios de comunicación. Siempre lo tenemos que decir, no cuando nos conviene. Ahora nos conviene a todos, antes no nos convenía a todos, pero había que decirlo, porque si antes lo decíamos, si antes apretábamos, hoy no íbamos a padecer a un maldito Macri.

Los pobres no somos pelotudos

Yo voy leyendo con bastante enojo en estos días los comentarios de algunos faceebokeros, mensajeros, bloogeros, que los pobres son pelotudos porque algún sector de los barrios humildes ha elegido votar a Macri. Mira vos, los pobres son pelotudos.

No entendieron el capitalismo esos que dicen que somos unos pelotudos los pobres. Yo no lo vote a Macri, pero voy a defender a los pobres siempre. Porque la pobreza es la primer forma de poder controlar las voluntades del pueblo, y si el pueblo pobre eligió a Macri es porque evidentemente algo hicimos mal para no poder llevar las herramientas que necesitaban esos barrios para poder discutir cuál era el mejor gobierno que les correspondía votar. Si es que lo había. Porque las elecciones tampoco eran demasiado brillantes.

Es momento de empezar a discutir mucho, me parece que es momento de abandonar un poquito la huevada del facebook, y que todo parece que se discutir por ahí y nos cagamos a puteadas y trompadas. Hay que empezar a salir, me parece que estas son las acciones que hay que llevar adelante. Hay que empezar a encontrarnos en espacios en los cuales podamos mantener algún tipo de dialogo y llevar adelante determinadas conclusiones. Hace falta empezar a salir a las calles. Y empezar a encontrarnos y a discutir cuales son las mejores formas para enfrentarnos a lo que vendrá.

Juicio por Pablo Vera- de la importancia de presionar al poder judicial y el papel de los medios alternativos

Se está llevando adelante un juicio en Río Negro, es el juicio por el asesinato de Pablo Vera, un machachito que mató la policía de ese lugar (la sentencia será el 14 de Marzo). Se está haciendo una transmisión, con una radio abierta, así que les recomiendo que los que puedan sigan un poco el juicio. Y tirar esta idea. Es algo que se viene llevando adelante con varios juicios que se realizaron, que tuvieron en el banquillo a los policías responsables de las muertes o desapariciones de nuestros pibes.

Y es esto. Empezar a visibilizar los juicios con cámaras dentro, con medios de comunicación afuera. Alternativos muchos de ellos. Con mucha participación de personas tanto adentro como afuera de las salas. Y eso es una forma brillante de poder generar una presión hacia dentro de los tribunales que deciden el futuro de la justicia de cada una de estas víctimas. Empecemos a participar tanto en los juicios donde se condena a los genocidas hijos de puta que se encargaron de secuestrar y desaparecer a nuestros compañeros, como los juicios que se realizan en democracia en donde levantamos la bandera de cada pibe, cada piba asesinado por el gatillo fácil, desaparecido o víctima de alguna causa armada.

Los imprescindibles: los humildes, los que no jetonean

Acá somos realmente compañeros que estamos dispuestos a ocupar el último lugar en la fila. Acá nadie quiere llevarse ningún laurel ni nadie quiere hacer ningún tipo de abuso de la personalidad o el personalismo.

Acá realmente estamos dispuestos a acompañar desde el lugar que cada uno de ustedes necesite que nosotros acompañemos. Esto es militar desde lugares más sensibles, más vulnerables y más de abajo. Y estos son los militantes que tienen que aparecer por doquier, los humildes, los que trabajan, y los que poco jetonean y los que poco quieren salir en la foto.

Esos tiene que haber de a montones, sé que los hay, encontrémonos y empecemos a ganar nosotros la palabra, la batalla y obliguemos a que gran parte de la militancia empiece a mirarnos con respeto y a escucharnos también, porque tenemos cosas realmente importantes para transmitir.

Muchas gracias, hasta luego

 

Fuente: FM La Caterva

Palabras claves: desaparecidos en democracia, Jorge Julio Lopez, justicia, Luciano Arruga, Vanesa Orieta

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