A partir de la aparición del cuerpo de Luciano Arruga, el documentalista Patricio Escobar empezó a investigar sobre los desaparecidos en democracia. Sin darse cuenta, se llenó de datos y nombres. Todos chicos de barrios pobres. Hizo un gran cartel en la pared, empezó a escribir edades, lugares, fuerzas, jueces, recortes de diarios. Y ahí advirtió cómo funciona este sistema al que el Estado siempre vuelve: hoy, con la desaparición de Facundo Astudillo. Por Patricio Escobar
Cuando tenía diez años, a Viviana Alegre los militares le desaparecieron a su hermano y a su cuñada, embarazada de seis meses. Ya en democracia, Viviana sufrió otra pérdida a manos del Estado: hace ocho años busca desesperadamente a su hijo, Facundo Alegre. Hoy, en el octavo aniversario de su desaparición, marchamos a las 16 horas desde Colón y General Paz hasta la ex plaza Vélez Sarsfield. Por Lautaro Romero.
El 18 de septiembre de 2006 es desaparecido. Al día siguiente, el genocida Miguel Etchecolatz es condenado a cadena perpetua por el juicio en el que López fue un testigo clave. ¿Cuál fue el avance de la causa que investiga su desaparición? Por Ignacio Corral
El Estado argentino siempre ejerció la represión como método de control social, a pesar de la creencia general que supone que las desapariciones, torturas y muertes ocasionadas por integrantes del aparato de fuerza estatal culminaron tras el fin de la dictadura cívico-militar. Sin embargo, gracias a la lucha de los y las familiares y personas que acompañan las causas de víctimas de la represión en democracia es que se logró conocer la mayoría de los casos en los que el Estado mata. En esta nota, dialogamos con algunas de ellas para comprender el largo camino por Justicia. Por Giuliana Sordo
Ayer, se cumplieron dos años de aquel 1° de agosto de 2017, cuando nos llegó la noticia de que Santiago Maldonado había sido desaparecido por la Gendarmería, en el contexto de una brutal represión desatada contra la comunidad Mapuche de la Pu Lof Cushamen, que aún resiste la usurpación de sus tierras. Por eso, este 1° de agosto, inundamos las calles nuevamente para demostrarle al gobierno nuestro más contundente repudio a sus políticas de ajuste y represión.