Demócratas en el ring (1ra parte)
En mi lejana y no demasiada añorada niñez, una de las experiencias más conmovedoras y tristes fue cuando la Momia perdió con Karadagian. Titanes en el Ring terminó siendo un escenario análogo a la actual democracia, denominada representativa. Lo cual no deja de ser curioso.
La queja sobre que gobiernan los dueños, o sea, los CEOS, es un patético recurso. Los Estados son siempre Corporaciones de Corporaciones. Y los CEOS de esas corporaciones pueden ser llamados Jefes de Estado, Presidente, Jefes o como dé lugar. Si alguien duda de esto, basta verificar el financiamiento de las campañas electorales.
La máquina de votar es muy, pero muy, pero muy muy muy cara. Y el que paga, manda. Más temprano que tarde, los CEOS democráticos rinden cuenta a los dueños de su Poder, que no es el pueblo que los votó, sino que son las empresas que los financiaron.
Luego viene una cuestión de estilos. Bóvedas, off shore, conventos, rutas diversas para que los dineros robados que, como las obscuras golondrinas, ya nunca más regresarán. La Momia perdió y tardíamente supe porqué. La Momia quería a los niños muy tiernamente y Karadagián era maligno. Pero la razón de la derrota no fue en relación a las capacidades del luchador vendado. Mi padre al verme tan triste me dijo: “lo que pasa es que Karadajian es el dueño de ese circo”. Aunque sea triste la verdad, muchas veces tiene remedio.
La Momia era un empleado del dueño del circo. Nada más. No era un gladiador contra ningún imperio. Y los demócratas que supimos conseguir, menos. Combatir al capital en abstracto no es lo mismo que enfrentarlo en concreto.
La distribución de la riqueza, necesaria y justa, nada tiene que ver con impedir la acumulación de la riqueza. Si menos se acumulara, menos habría que distribuir. Si luchamos contra la pobreza está bien. Pero si luchamos contra la riqueza es mejor. Un accionista de la Shell es la Momia de turno. Obviamente no es la única pero no me da para darle a todos todo el tiempo. Y menos a todas.
Aunque lo bajemos a Aranguren, la Shell seguirá y nombrará otra Momia porque vendas le sobran. “Según su declaración jurada patrimonial presentada a la Oficina Anticorrupción con datos de 2014, el actual titular de la cartera de Energía tiene el equivalente a unos $ 13 millones en acciones Clase A de Royal Dutch Shell, la casa matriz controlante tanto de la petrolera local como del trading que interviene en la operatoria de importación de crudo”.
Si el kirchnerismo tenía un alto voltaje de erotismo, el macrismo es pornográfico. Y no es una diferencia menor. El erotismo político tiene alto valor de mercado electoral. El abrazo interminable en el tiempo de Eva Perón con el General ha degradado a la mirada lánguida de nuestro Presidente con la titular de una marca de ropa para niños.
Dicen que dicen que compra en talleres clandestinos. Si esto así fuera, ya pronto nuestro Papa la excomulgará, igual que a Grassi. Felices los niños, felices los votantes, felices los accionistas, felices las monjas que no son monjas, felices los casinos, los bingos, las maquinitas traga monedas de los que van a jugar, felices todas y todos. La cultura represora te lo resuelve fácil.
A quien querés más: ¿a los cortes de luz o a los tarifazos? La pornografía surge cuando hay cortes de luz y hay tarifazos.
Por lo tanto el secreto de que los demócratas en el ring continúen dirimiendo supremacías truchas entre momias y karadagianes, es que nosotros seguimos pensando que es en serio cuando es una estafa colosal. Del plan Cóndor al plan Condorito, donde te estafan, asesinan y roban igual, pero más limpito.
La guerra limpia que Galtieri inventó para usar la soberanía de las Malvinas, como moneda de cambio para indultar a la guerra sucia. Brillante análisis que León Rozitchner plasmó en un libro necesario. Quizá cuando nuestro grado de lucidez política alcance niveles superadores, nos demos cuenta que los gobernantes de turno, turno completo, y no pocas veces, varios turnos, son apenas sicarios de los asesinos seriales que controlan los capitales del planeta. Y no es la revolución lo que pueda invertir esta racionalidad perversa.
Tenemos que invertir la racionalidad perversa de la cultura represora para que pueda advenir la Revolución. De lo contrario, lo peor de lo peor que es el hombre nuevo y la mujer nueva lleguen para mimetizarse con el hombre viejo y la mujer vieja.
Hasta Karadagian puede vendarse para disfrazarse de Momia. Nuestra única opción es bajar a los demócratas en el ring y crear una cultura diferente.
Por Alfredo Grande.