Sembrar la resistencia
Organizaciones de la agricultura familiar, campesina e indígena en alerta por la modificación de la Ley de Semillas, llaman a la lucha por la soberanía alimentaria.
Un amplio abanico de organizaciones se reunieron en el Congreso de la Nación para debatir sobre el inminente envío por el oficialismo y el Frente Renovador de un proyecto de modificación de la Ley de Semillas 20.247.
Si bien el Ministro de Agricultura Ricardo Buryaile anunció generar un proyecto de «consensuado», las organizaciones denuncian que se desconoce su voz y rechazan cualquier ley sin participación en el debate.
En una entrevista realizada en el programa radial Bajo el mismo sol, Ángel Strappazón, principal referente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase VC), expresó sus preocupaciones sobre una ley redactada a medida de las grandes empresas de desarrollo de semillas.
“¿Si detrás del proyecto está Monsanto? Está por detrás y está por delante. Nosotros lo venimos denunciando hace veinte años cuando Felipe Solá -que es miembro del Frente Renovador- aprueba el ingreso al país del gigante Monsanto” manifestó el dirigente. Y continuó “Es un mismo proyecto. No hay ninguna duda: hay una sociedad inquebrantable con Monsanto, Pioneer y otros. Se trata del modelo”.
Consecuencias
En relación a las efectos que podría generar la modificación de la ley en los pequeños productores, el dirigente destacó por sobre todo la pérdida de soberanía, el uso de transgénicos, la imposibilidad de guardar semillas campesinas y la concentración de tierras.
“Nos afecta el hecho de que ellos tengan el 80% de la tierra en función de este modelo y de los transgénicos. Y se estimula a que se expanda la frontera agropecuaria, arrasando no solamente con la semilla campesina, sino también con los bosques, la vida, los ríos, la genética, que son patrimonio de los pueblos” dijo Strapazzón.
«Ellos buscan la desaparición de la agricultura familiar, campesina e indígena. Mucha sangre ha corrido en nuestro monte” haciendo referencia a los asesinatos de Galván y Cristian Ferreyra, y la violencia sobre cientos de campesinos en manos de empresarios del agronegocio.
Y concluyó “Aunque la lucha parezca chiquita, hay que seguir dando la lucha. Si tienen el corazón dispuesto, tienen que sumarse a la lucha por la soberanía alimentaria”.