Se trata de la agente de la policía de Córdoba, Wanda Esquivel, quien es una de las detenidas por el asesinato de Blas Correas en agosto pasado. Por Rafael Catalano
“Prohibido detenerse o el centinela abrirá fuego”, advertían elocuentes carteles a quienes en tiempos dictatoriales transitaban por la ruta entre Córdoba capital y La Calera, frente al comando del Tercer Cuerpo de Ejército. A la inversa y sin aviso, en la Córdoba democrática del siglo XXI no detenerse ante un control policial -por la causa que fuera- puede depararle al infractor terminar con un balazo de plomo en la espalda. Por Alexis Oliva
Gabriela Sanso, mamá de Rodrigo Sánchez, acusa que el ex jefe de la zona sur de Córdoba Capital, Gonzalo Cumplido, encubrió al policía que fusiló a su hijo en 2015. Se trata del mismo comisario que estaba a cargo de la zona donde ocurrió el asesinato de Valentino Blas Correas. “Quisieron instalar que los chicos venían armados, en persecución, pero no tenían ni idea quiénes eran. Si era un Rodrigo más, un chico de barrio, esto hubiera pasado como si nada”, expresó.
El caso Blas es un ejemplo de excepcionalidad mediática y selectividad política. El “gatillo fácil” como categoría y como práctica está atravesada por marcadores de clase que, al tiempo que denomina una acción, la legitima en tanto su blanco de acción son, generalmente, “los otros”, configurándolos como cuerpos matables. ¿Qué características requiere una muerte en manos de la Policía para que reclamemos impunidad policial? Por Fernanda Caminos.
En una multitudinaria marcha, la más grande en lo que va de la cuarentena en Córdoba, la familia de Blas Correas exigió Justicia y condena a todos los policías implicados en su asesinato y encubrimiento. Aquí, un repaso por las imágenes más impactantes.
El asesinato de Valentino Blas Correas sacudió a una Córdoba acostumbrada a silenciar los abusos cotidianos de la Fuerza Policial, institución con extenso prontuario en la violación de Derechos Humanos. Debates abiertos en medio del dolor. #JusticiaPorBlas