
Hasta que las izquierdas nos separen
De la misma manera que la cultura represora construye el mandato de las fiestas obligatorias, la democracia sacramental construye sus propias fiestas obligatorias: las elecciones. Como todo camuflaje, la permanencia en el tiempo hace que sea imposible diferenciarlo del vero ícono. Del verdadero rostro. Por Alfredo Grande